Fiscalidad

El Gobierno revisará el martes el impuestazo a las energéticas pero dejará fuera el de la banca

impuesto a las energéticas
María Jesús Montero y Teresa Ribera
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Gobierno tiene previsto aprobar el próximo martes un real decreto por el que se revisará el impuesto a las empresas energéticas, tras las amenazas de varias compañías -en especial de Repsol- de llevarse inversiones fuera de España. Pedro Sánchez se debate entre rebajarlo o suprimirlo (en realidad, no prorrogarlo, ya que es un impuesto temporal) por las presiones opuestas de sus socios de Gobierno. En todo caso, el decreto no incluirá el tributo de la banca, según fuentes conocedoras de la situación.

Estas fuentes explican que el PNV está presionando a Sánchez para la eliminación total del impuesto por la posible falta de inversiones. Esta misma semana, Petronor (la filial de Repsol en el País Vasco) ha anunciado la paralización de nuevas infraestructuras, y eso es casus belli para el Gobierno vasco.

En el lado opuesto se encuentran Sumar y ERC, que no sólo quieren mantener el impuesto a las energéticas, sino incluso subirlo. Aunque no está totalmente decidido, la mayoría de las fuentes considera que lo que habrá es una cierta rebaja, pero sin llegar a la supresión. Una rebaja que puede tomar la forma de desgravación por inversiones verdes para reducir la cuota del tributo.

Para diseñar esta reforma, se ha pedido un informe al Ministerio de Hacienda de María Jesús Montero. El sector se opone a esa rebaja y pide la eliminación, pero algunas fuentes consideran que cualquier medida es mejor que quedarse como están.

La excusa gubernamental para esta revisión del impuesto es que los precios de la energía, en especial el del gas, han caído a los niveles anteriores a la guerra de Ucrania. Por tanto, es difícil sostener que siguen existiendo «beneficios caídos del cielo» que consiguen las tecnologías inframarginales (como las renovables y la hidráulica) por la fijación de un precio de la luz muy alto por culpa del gas.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, fue la que abrió la puerta a esta «actualización» del impuesto en la cumbre del clima de Dubai: «Es importante determinar si siguen existiendo o no esos beneficios extraordinarios que intentaban ser identificados en esa figura. La fiscalidad habitual se puede corregir, modular, pero ya no estamos hablando de beneficios extraordinarios, estamos hablando de otra cosa».

Posteriormente, el propio Pedro Sánchez avaló las palabras de Ribera: reconoció la reducción de los precios energéticos y la necesidad de inversiones para cumplir los planes ecológicos del Gobierno: «Estamos viendo que hay proyectos industriales que necesitan también de esa cobertura de una política energética que, de alguna manera, estimule, incentive estas grandes inversiones en energía renovable». Es decir, necesita las inversiones que están paralizando las empresas por culpa del impuesto.

Impuesto a la banca

En todo caso, el decreto del martes se referirá exclusivamente al impuesto a las energéticas y dejará fuera el de la banca, pese a que Nadia Calviño abrió ayer también la puerta a una posible revisión de esta figura sobre la base del cambio de escenario de los tipos de interés, que comenzarán a bajar el próximo año y reducirán los márgenes y beneficios del sector.

Las fuentes consideran que se trata de un intento de quedar bien con el sector antes de su marcha precisamente a otro banco, el BEI, pero que no se va a concretar hasta que no tome posesión el sustituto de Calviño en el Ministerio de Economía. Además, la banca no tiene defensores entre los socios de Sánchez, con lo que la presión para rebajar este tributo es mucho menor que en el caso de las energéticas.

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