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El Gobierno donde dijo digo ahora dice Diego: todas las veces que se negó a bajar impuestos

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El Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a hacer lo contrario de lo que dice. Hace apenas 15 días, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, tildó de «cosmética» la medida que ha anunciado el miércoles el Ejecutivo de bajar al 5% el IVA de la luz en el Senado, en respuesta a una pregunta del senador por el Partido Popular Javier Maroto. No dudó entonces en asegurar que tal recorte fiscal era «insuficiente» en el corto y el medio plazo, y que era preciso trabajar en «transformar el modelo», impulsar la electrificación y la eficiencia energética.

Sin embargo, no es ni mucho menos la primera vez que los miembros del Gobierno cargan contra cualquier atisbo de rebaja de impuestos y, en concreto, del IVA. Ya se sabe, ese tipo de acciones son más propias de políticos neoliberales que tienden a favorecer el patrimonio de los ricos, o al menos así se entiende en la izquierda. Por contra, subvencionar es más propio del progresismo, de acuerdo con ese mismo catálogo ideológico. ¿Cuestión también de cosmética? A buen entendedor…

En abril se repitió la misma jugada en el Congreso, cuando Sánchez se negó a bajar impuestos como le había pedido el nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. El enroque del Ejecutivo seguía firme, como había venido demostrando anteriormente. Por ejemplo, cuando la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, adelantó en marzo que no había margen para reducir los impuestos a la electricidad.

A ese mismo discurso se aferraba en abril la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rechazando cualquier iniciativa del principal partido de la oposición de rebajas fiscales. «El PP, ante cualquier problema que surge en el país, la única respuesta, la única alternativa que pone encima de la mesa es una bajada fiscal, que significa un deterioro de los servicios públicos», dijo ante los periodistas en Sevilla.

En enero del año pasado, también Montero, en esta ocasión en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, ya se negó en banda a bajar el IVA del 21% al superreducido como producto de primera necesidad. «Bruselas nos viene llamando la atención por el abuso del IVA reducido», se justificó.

Más incongruencias. En septiembre de 2021, Calviño ya afirmaba que «no se deben tomar decisiones apresuradas o atajos que lleven a males mayores» en relación con una bajada del IVA de la luz.

En definitiva, todo un giro de tuerca que no sorprende, ya que esa ha sido la verdadera política del Gobierno durante su mandato: prometer una cosa y hacer la opuesta. Es decir, la contradicción en estado puro, por más que Calviño insista en que el tema de la rebaja del IVA de la electricidad «es un ámbito en el que cada uno tiene que asumir su propia responsabilidad, y sobre todo tratar de ser coherente con sus propias decisiones», como aseguró en abril en una rueda de prensa en Mérida junto al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

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