La farsa verde: los gobiernos han dado 570.000 millones en ayudas para gasolinas y 64.000 a renovables
La Agencia Internacional de la Energía (IAE, por sus siglas en inglés) ha retratado a los gobiernos del mundo sobre la política verde y en contra de los combustibles fósiles. En su último informe, titulado Strategies for Affordable and Fair Clean Energy Transitions, la IAE desvela que los gobiernos de todo el mundo repartieron 620.000 millones de dólares -570.000 millones de euros- en ayudas para el consumo de gasolinas, lo que supone nueve veces más que las subvenciones que dieron esos gobiernos para ayudas a inversiones en energías renovables orientadas a los consumidores.
De acuerdo con los datos publicados por la IAE, los gobiernos de todo el mundo -no desglosa por países- aportaron el año pasado un total de 70.000 millones de dólares -64.000 millones de euros- a ayudas a las energías renovables, una cantidad muy inferior a las otorgadas para el consumo de gasolinas y otros combustibles fósiles.
La AIE critica esta «distorsión» y recuerda que acelerar el paso de las energías limpias mejora el acceso de los ciudadanos a la energía. «Si los responsables políticos y los líderes de la industria posponen la acción y el gasto hoy, todos acabaremos pagando más mañana», señala la Agencia Internacional de la Energía en el informe, fechado en mayo. Esa «distorsión», señala, está favoreciendo a los combustibles tradicionales, lo que dificulta las inversiones hacia la transición a la energía verde.
Según la AIE, la principal tarea de los gobiernos es hacer que las tecnologías energéticas limpias sean más accesibles para quienes, de otro modo, tendrían dificultades para hacer frente a los costes iniciales.
La AIE apunta que alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050 requiere inversiones adicionales, pero también reducirá los costes operativos del sistema energético mundial en más de la mitad durante la próxima década, en comparación con una trayectoria basada en las políticas actuales.
En muchos casos, las tecnologías energéticas limpias ya son más competitivas en costes a lo largo de su vida útil que las que dependen de combustibles convencionales como el carbón, el gas natural y el petróleo. La energía solar fotovoltaica y la eólica son las opciones más baratas para la nueva generación. Incluso cuando los vehículos eléctricos, incluidos los de dos y tres ruedas, tienen costes iniciales más elevados, suelen suponer un ahorro debido a los menores gastos de funcionamiento. Los electrodomésticos energéticamente eficientes, como los aparatos de aire acondicionado, proporcionan beneficios similares en costes a lo largo de su vida útil.
«Los datos dejan claro que cuanto más rápido se avance en las transiciones hacia una energía limpia, más rentable resultará para los gobiernos, las empresas y los hogares», ha advertido Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE. «Si los responsables políticos y los líderes de la industria posponen la acción y el gasto hoy, todos acabaremos pagando más mañana», alerta.
La AIE recuerda que, en algunos países, los precios regulados para el usuario final de los combustibles fósiles y la electricidad se fijan por debajo de su valor de mercado. Aunque estas políticas pretenden mantener los precios de la energía a un nivel asequible fomentan el despilfarro, distorsionan los incentivos a la inversión en la economía y aumentan las emisiones. Además, cuando no están orientadas, como suele ser el caso, los hogares que consumen más energía – que en general son los de mayores ingresos – reciben una mayor parte de las subvenciones.