Inversión

¡Facta, non verba!

La misión a Marte de Elon Musk despegará en 2024
Elon Musk

“Si estás caminando en el camino correcto y estás dispuesto a seguir caminando, eventualmente lograrás progresar”. Barack Obama

¿Cuál es el valor de una palabra? Una palabra es suficiente para hacer o deshacer la fortuna de un hombre, y esta misma define nuestras vidas por las oportunidades que otorga, incluso las que perdemos. Pero estaremos de acuerdo en que esta idea se sujeta por un grácil hilo, al fin y al cabo todas las cosas están sujetas a interpretación, y la interpretación que prevalezca en un momento puntual es una función del poder, pero nunca de la verdad, aunque esta siempre es poderosa y prevalece. Algunas veces hemos de considerar la posibilidad de que nada fortalece más a la verdad que el silencio, si algo he aprendido es que las cosas por sí mismas no cambian; cambiamos nosotros.

¿Recordáis la súper campaña del “Yes we can” de Barack Obama, que terminó con el arrasador resultado de las elecciones americanas de 2009? Tres palabras que dieron poder a un necesario discurso motivador que iba dirigido a toda una nación deprimida por la crisis subprime, tres palabras que lograron levantar las masas de un modo que sólo antes se había visto con el “Levantemos Europa” de Sir. Winston Churchill.

El desgarrador escenario con el que nuestra sociedad actual cohabita es en cierto modo similar al vivido en la primera mitad del siglo pasado, cuando dos guerras mundiales dieron consciencia al mundo sobre la necesidad de solucionar imperativamente los problemas bajo la diplomacia y no bajo conductas arcaicas de beligerancia y colonización, recordándonos que formamos parte de un mismo planeta y todos compartimos las mismas emociones. Años más tarde y tras esta pandemia, seguimos inmersos en una sociedad deprimida y exhausta por las consecuencias de un mundo absolutamente huero tras la brutal crisis subprime, y en el que lastimosamente la diferencia de clases lejos de estrecharse, se ha ampliado dejando en agua de borraja aquél “Yes we can”, a no ser que el santísimo Barack se refiriera con ello al establishment… ¿en cristiano? “Sí podemos” quedarnos con la riqueza de la clase media.

«Tropezar de manera continuada con la misma piedra, manifiesta un fallo estructural de difícil o imposible solución»

Y os preguntaréis cómo puedo afirmar tal desatino… Pues bien, les cuento; el hecho de convertir los impuestos en asteroides financieros, ha terminado por arruinar el bienestar de muchas generaciones, dejándonos con un sigilo digno de estudio. Para que vean, solamente aquellos que nos dedicamos profesionalmente a los mercados, los que bajamos al barro real, podemos llegar a entender, aunque sea someramente, la magnitud del enorme desafío que tiene nuestra generación para recuperar parte de aquello que hemos dejado por el camino, que es mucho. Tal vez por este motivo vemos un incesante desgaste social que lleva a un constante orden de manifestaciones y extremismos, que alteran la paz social que heredamos de la posguerra.

Todos somos conscientes de que el valor de la palabra tiene todo que ver con los hechos que la secundan, puesto que las palabras se las lleva el viento y por motivador que pueda llegar a ser tu discurso, la satisfacción es la diferencia entre percepción y expectativas, y cuando estas son muy altas… luego el tortazo escuece. Y claro, fracasar una vez siempre forma parte de la experiencia y del éxito, pero tropezar de manera continuada con la misma piedra, manifiesta un fallo estructural de difícil o imposible solución. Sino pregúntenle a un fracasado, si los triunfadores tienen mucha suerte…

Y bajo este pretexto digamos “monetario”, nuestro querido mundo vuelve a mirar con devoción al superhéroe del momento; Elon Musk, como el hombre más rico del planeta tierra, sobre el papel. Esta, y no otra, es la gran lección que nos dió la Fed; alimentar el mercado para crear “superhombres forjados a base de burbujas”. Y esta, no será ni la primera ni la última de ellas, ¿por qué? porque esa piedra nos encanta…

En 2014 en Blackbird Bank nos encargamos de desmontar la burbuja del MAB, gracias a explicar a la comunidad inversora los peligros latentes que había sobre invertir en Carbures, y cómo la propia burbuja en la que vivían cómodamente inmersos les había hecho perder el norte hasta a los fundadores y dueños de la compañía, personajes tales que a toda costa trataron de hacer lo que sí ha hecho Elon, que no ha sido otra cosa que aprovecharse de la burbuja para convertir la codicia de los incautos en efectivo para su compañía.

Qué gran sociedad sería aquella en la que pudiéramos admirar sin tapujos a las personas por los valores que las definen, en vez de admirarlos por aquello que aparentemente poseen. Así pues, nuestra semana arranca con el pertrecho escenario causado por la Fed de Mr. Bernanke, en el que ¡ojito! porque a esta enorme burbuja especulativa generada se le suman los primeros síntomas evidentes de inflación, ya que ahora al parecer es el turno de las commodities. Los bancos centrales avisan y en Europa, cómo no, los halcones empiezan a merodear peligrosamente el nido de las pobres palomas, siendo éstos ya más partidarios de normalizar las políticas monetarias, que otra cosa.

Algo que por cierto curiosamente nos ha dejado el regalo de avivar al sector bancario que ahora sí se suma al carro de las ideas que merecen la pena monitorizar operativamente. Si las consecuencias del Covid-19 sobre la economía española ha tenido un impacto ya provisionado por la banca, podríamos acontecer un rally más que interesante sobre el sector, lo cual evidentemente al Ibex 35 ¡le puede gustar mucho!

Bajo esta palpable rotación cíclica y un mercado absolutamente histriónico, creo firmemente que podríamos estar pero que muy cerca de un mercado parecido al del año 2000, en el que todas las modas terminaron reventando a Mr. Market con ese puro y reconocible dolor que ocasiona la pérdida, aunque sin que esa realidad impidiera a las compañías aburridas y defenestradas previamente, tener resultados sobresalientes durante el crash durante los años posteriores al mismo. ¿Tiene lógica? Sí, puesto que por más que los halcones traten de ser agresivos contra la inflación, existe una realidad irrefutable en el querido capitalismo, y ésta es que el intervencionismo de políticos baratos y banqueros centrales temerarios ha terminado creando una espada de Damocles, que bien podrían usar para hacerse un harakiri.

La razón número 1 por la cual la gente fracasa es porque escucha a su familia, amigos y vecinos. Ahora imagínense esto amplificadamente; ¡boom! Dicho lo cual, les invito humildemente a que me acompañen por el camino de la personalidad, aquél que bendice el ‘facta, non verba’, aquél en el que te das cuenta de que cuando te encuentras a ti mismo al lado de la mayoría… es tiempo de parar, y reflexionar.

Gisela Turazzini, Founder CEO, Blackbird Bank.

Lo último en Economía

Últimas noticias