Economía

Las exportaciones de carne caen un 25% en enero tras las declaraciones de Garzón sobre las macrogranjas

exportaciones carne Garzón
El ministro de Consumo, Alberto Garzón.

Las exportaciones de productos cárnicos en enero descendieron un 25% tras las afirmaciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en The Guardian -donde aseguró que España exporta carne de mala calidad de animales maltratados- y que provocaron una profunda polémica durante semanas. Diversas asociaciones se posicionaron contra el ministro de Consumo y no descartaron tomar acciones legales si las exportaciones se veían afectadas por las palabras de Garzón.

Según el último informe de exportaciones ganaderas del Ministerio de Agricultura, correspondiente a enero de este año, las exportaciones totales de carne cayeron un 25% en comparación con el mes anterior. Un dato que, si se compara con el mismo mes de 2021 es todavía más agorero: en enero del año anterior se exportaron 211.895 toneladas de carne, frente a las 158.908 de 2022. Ningún tipo de carne se ha librado de las caídas: las exportaciones de porcino se han reducido un 27%, hasta las 142.790 toneladas, y las de oveja, un 29%.

En repuesta a las polémicas declaraciones del ministro, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA)  defiende que la industria cárnica española está controlada de principio a fin por profesionales veterinarios que certifican la calidad para su consumo y exportación, y recuerdan que en España existe una normativa que regula cómo deben ser las explotaciones, generalmente familiares y de ganadería estabulada, generalmente regentadas por ganaderos autónomos que desarrollan su actividad en los pueblos. También rechazan la polémica sobre las macrogranjas porque “no es un modelo que esté instaurado en nuestro país” y sí en otros como EEUU, China o Brasil, donde hay explotaciones de cientos de miles de cabezas de ganado.

En la entrevista en The Guardian, el ministro no tuvo reparo en criminalizar al sector en un medio de repercusión internacional y en abonar su tesis sobre los hábitos alimenticios de los españoles. «Comer menos carne jugará un papel clave en ayudar a España a mitigar los efectos de la emergencia climática», dijo, y añadió que ello permitirá «ralentizar el proceso de desertización y proteger la vital industria del turismo».

En este contexto, instaba a los españoles a cambiar sus «hábitos de alimentación», especialmente limitando «la carne de res criada en las megagranjas industriales». Añadiendo que «la gente sabe el papel que juegan los gases de efecto invernadero pero tienden a vincularlo con los automóviles o el transporte. Recientemente se ha empezado a observar el impacto de la cadena de consumo animal, especialmente, de la carne, si no actuamos, no sólo nos enfrentaremos al cambio climático sino a la triple crisis: pérdida de la biodiversidad, contaminación y cambio climático».

«Sería el fin de un país como España que depende tanto del turismo, visitar un desierto no es tan atractivo como visitar la Costa del Sol», sentenciaba el ministro. Es entonces cuando afirma que «lo que no es sostenible son las megagranjas», que «contaminan el suelo y el agua y exportan carne de mala calidad de animales maltratados».

Lo último en Economía

Últimas noticias