Empresas familiares, ¿cómo innovar sin perder la identidad?

Empresas familiares, ¿cómo innovar sin perder la identidad?
No hay que perder la esencia, pero es vital innovar (Foto: GETTY/ISTOCK).

¿Cómo se puede desarrollar un negocio sin renunciar a las esencias del fundador? Más encima si es tu padre o tu abuelo. El reto al que se enfrenta la empresa familiar en un mercado tan competido como el actual es seguir siendo ellos mismos, un evidente valor añadido en este tipo de compañías, pero ajustándose en todo momento a lo que demanda el mercado.

Algo que en principio no tiene por qué estar reñido con la competitividad de la empresa, más bien al contrario. La especialización máxima es una necesidad de supervivencia y cómo se puede hacer sin renunciar a la esencia familiar pero en un mercado muy alejado del que vio el primer fundador. Aquí esta la pregunta.

Bankia, que estudia este tipo de casos, nos ofrece el ejemplo de Marzasa, un ejemplo de que se puede innovar sin perder la identidad sobre la que se ha construido. Esta empresa, que cuenta ya con 30 años, arrancó su actividad en el ámbito de las carrocerías. De hecho, y para ilustrar lo que les estamos contando, arrancaron centrándose en la maquinaria agrícola y posteriormente se introdujeron en el sector militar y de cisternas para el transporte de mercancías peligrosas por carretera. 

El actual gerente de la empresa es Gabriel Martín, siendo su padre Jesús Martín Zaballos el fundador de esta compañía familiar que ahora gestionan el mencionado Gabriel y sus hermanos Salvador y Alfonsa. El director gerente aclara que primero son hermanos pero luego socios y por tanto, por un lado o por el otro los conflictos son inevitables. Aunque se procura que las cuestiones familiares no afecten nunca al negocio.  

Desde la idea que planteó originariamente su padre, Marzasa ha conseguido mutar hasta convertirse en una fábrica con alta especialización en carrocerías, cisternas y servicios aeroportuarios. Sin perder sus esencias ha modificado su concepción en origen. Gabriel Martín afirma que se establecieron unas miras más altas pues nacieron con una visión un poco limitada aunque seguro, ajustada a aquellos tiempos.

Y esto sólo se consigue, en palabras de Gabriel Martín, estando continuamente pendientes de las innovaciones que puedan surgir en el mercado y atendiendo a las necesidades de sus clientes. Pues son muchas veces éstos los que les indican lo que de verdad demandan y cómo se deben adaptar. Pero siempre con una premisa básica: hay que ofrecer cosas o distintas, o con precios más bajos o que mejoren las prestaciones. Algo que se puede aplicar a casi todos los sectores.

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