Las empresas españolas ‘se ponen las pilas’ para acabar con el ‘edadismo’ y recuperar el talento sénior
El tejido empresarial español tiene como asignatura pendiente 'rescatar' el talento sénior. El rostro de los parados de larga duración son las personas de 45 años, que buscan formarse e innovar en diferentes ámbitos digitales.
«Se busca persona joven, con experiencia e ilusión», «absténgase personas mayores de 45 años». Son algunas de las frases que pueden verse en las ofertas de trabajo de cualquier portal de empleo y que, excluyen directamente a un colectivo: los sénior. Las empresas españolas se han puesto las pilas para recuperar el talento y la voz de la experiencia en un mundo donde la tecnología ha eclipsado algunos sectores económicos.
«El edadismo o la discriminación de las personas mayores de 55 años, es una realidad en España. No puede ser que la edad te discrimine: el 53% de de las propuestas de empleo por mayores de 55 años son rechazadas, o esos currículum se van directos a la basura. La tasa de actividad de personas mayores de 55 años está en España cinco puntos por debajo de Europa», ha asegurado Iñaki Ortega, director de Deusto Business School, durante el encuentro de Ageing Nomics.
Las empresas y el departamento de Recursos Humanos (RRHH) están cambiando para construir sociedades donde convivan diferentes generaciones. «Están cambiando las áreas de RRHH porque la adquisición del talento no es la adquisición de empleado. Las organizaciones tienen que trabajar sobre proyectos que debe incorporar talentos diferentes», sostiene Javier Ruiz de Azcárate, de Catenon.
Elvira Arango, directora de Formación de Mapfre, apuntó que «sólo las empresas sobrevivirán si son capaces de mantener un liderazgo disruptivo y humanista». Arango invitó a reflexionar sobre el proceso de transformación en la era digital y propuso poner el foco en el empleado para que tengan la libertad de avanzar dentro de la compañía. «En Mapfre, más del 12% de nuestros empleados se ha cambiado de puesto o de país».
La educación, clave
Natalia Grijalba, de EY, subraya la importancia de llevar estas nuevas tecnologías al ámbito de la educación y la formación interna en las empresas. «Ahora ya no es el inglés, ahora son las nuevas tecnologías. Sabemos que hay nativos digitales, pero desde las empresas hay que ayudar a que la sociedad a que se renueve».
Además, los expertos de esta mesa redonda insisten en que hay que llevar estas técnicas a las aulas. «Hacer programas más prácticos: enseñar habilidades de innovación, de autogestión y autoconocimiento; aplicar las nuevas metodologías: mentoring, coaching, fomentar la cultura del feedback, democratizar la formación para que el profesional elija en qué áreas quiere formarse».
Emilio José González, profesor y doctor de Economía de ICADE, hace hincapié en que el «talento sénior está desaprovechado: tienen unas cualidades y ciclo de vida diferente. Smart think, inteligencia emocional y tienen capacidad para trabajar en equipo y liderarlos, además de resolver problemas. Por el desarrollo de su cerebro, son más aptas para las exigencias del mercado de trabajo»
Santiago García, Confederación Española de Centros de Enseñanza, mantiene que el futuro del trabajo pasa por «las capacidades humanas. Es la diferencia para que no pueda ocupar nuestro trabajo. Tenemos déficit de profesionales humanos y el mundo de la empresa debe tomarse en serio la contratación y el reconocimiento que requieren las personas que se forman continuamente».