El Banco de España avisa al nuevo Gobierno: sin más ajustes habrá otra crisis de deuda
España crece a una velocidad superior al 3% y se han creado casi 600.000 empleos en los últimos doces, pero todo puede irse al traste si los mercados internacionales dejan de financiar a nuestra economía, volviendo a los tiempos en los que las familias y empresas vigilaban de cerca la prima de riesgo.
Aunque el sector privado ha acometido una reducción del endeudamiento más que notable, las cifras absolutas todavía son insostenibles. Y, en lo referente al sector público, los pasivos se han triplicado desde el inicio de la crisis, lo que provoca que España sea un país completamente dependiente de la financiación exterior.
«Pérdida de confianza de los inversores en la capacidad de la economía española para completar los ajustes pendientes»
En este contexto, el Banco de España advierte que si no se continua la senda emprendida por el Gobierno en materia de ajustes y reformas liberalizadoras, los inversores pueden retirar su confianza y dejar de financiar a la economía nacional, lo que nos dejaría en manos del Banco Central Europeo (BCE), que se convertiría en la única palanca sobre la que se mantendría el crecimiento.
En su informe sobre estabilidad financiera, el organismo que preside Luis María Linde, hace un repaso por los riesgos que se le presentan a España en los próximos meses, destacando la posible “pérdida de confianza de los inversores en la capacidad de la economía española para completar los ajustes pendientes como consecuencia, por ejemplo, de la percepción de un agotamiento del proceso de reformas o de avances insuficientes en la senda de restablecimiento de los principales equilibrios macrofinancieros y fiscales”.
Hay que gastar menos de lo que se ingresa
Con este mensaje, el Banco de España indica al nuevo Gobierno que salga de las urnas el próximo diciembre que no puede dar un giro de 180 grados a la política económica, ya que sólo hay un camino para mantener el suministro de crédito internacional a nuestro país: demostrar a nuestros acreedores que podemos devolver el dinero prestado. Y para ello hay que reducir el déficit público, no gastando más dinero del que se ingresa, así como liberalizar los mercados para aumentar la competencia y la competitividad.
El organismo teme que, si no se prosigue en la senda de ajustes y reformas, se produzca un “endurecimiento de las condiciones de financiación”, en un contexto en el que «la mejoría de estas condiciones ha venido contribuyendo de forma importante a la recuperación económica en marcha y en el que los sectores público y privado mantienen todavía niveles de endeudamiento agregados elevados”.
Por lo tanto, “para minimizar el alcance de estos riesgos, y reducir su probabilidad de ocurrencia en el caso de los que tengan un origen interno, es imprescindible seguir avanzando en el esfuerzo de mejora del funcionamiento estructural de la economía española y asegurar el cumplimiento previsto de la senda de consolidación fiscal”, añade el Banco de España.
En cuanto a los riesgos internacionales, la institución que dirige Linde identifican actualmente dos escenarios “que podrían actuar como detonante de una eventual corrección” económica: la desaceleración económica mundial y la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, “si no ha sido suficientemente anticipada por los mercados”. La Reserva Federal prepara la primera subida de las tasas de interés desde 2006.
Como tercer factor adicional de inestabilidad, el Banco de España apunta a un posible recrudecimiento de las tensiones en la Unión Europea si la economía griega incumple los compromisos de su programa de rescate.