Economía familiar: cuatro claves para dejar atrás la cuesta de septiembre cuanto antes
1. Revisar los pagos con tarjeta y en efectivo
Lo más importante es ver el punto de partida. Según la entidad, «una práctica muy saludable consiste en revisar los pagos realizados con tarjeta y controlar su vencimiento». Con esta fórmula, se pueden asignar los cargos al mes correspondiente y prever los fondos que necesitaremos en cuenta para evitar así posibles descubiertos. Asimismo, conviene controlar también los pagos realizados en efectivo, comprobando por ejemplo los tickets de compra. Esto nos servirá para analizar nuestros gastos y extraer lecciones. Anotar este tipo de conclusiones será muy útil para planificar viajes en el futuro.
2. Planificar todos los gastos
En segundo lugar, una vez analizados los gastos, conviene controlar los pagos que quedan pendientes, calendarizarlos y asignar fondos para cumplir con ellos, según el blog de la entidad financiera. En este caso, resulta muy útil planificar el empleo de los distintos medios de pago para que no penalicen el resto de meses. De poco sirve compensar los excesos de las vacaciones con un uso desmedido de la tarjeta de crédito para afrontar gastos corrientes. Es mejor utilizarla de manera racional y solamente cuando sea imprescindible. Tampoco se deben olvidar los gastos asociados al aplazamiento de los pagos, como los intereses, que también se deberán afrontar.
3. Rehacer, o iniciar de cero, un presupuesto familiar
Los más previsores disponen de un presupuesto anual para mantener a raya la economía familiar. Si no se dispone de él, es la hora de crearlo. El regreso de las vacaciones es un momento excelente para volver a la rutina. Prolongar los excesos puede ser tentador, pero lo mejor es evitarlo y volver al ritmo marcado por esa guía que nunca debemos perder
Aumentar la deuda en un momento económicamente delicado tampoco es la mejor opción. Una vez controlados los efectos que hayan podido causar los excesos de las vacaciones, es el momento de repasar el presupuesto anual y corregirlo si es necesario. Tal vez sea una buena idea repasar esos gastos obligatorios, necesarios, variables y prescindibles que habremos establecido previamente para ajustarlos.
Si no tenemos un presupuesto anual por el que guiarnos, la vuelta a la realidad tras las vacaciones es un momento bueno para realizarlo. Es muy sencillo y además se puede convertir en un factor crucial a la hora de controlar las finanzas familiares.
4. Pensar fórmulas para sacar partido a los activos
Para aquellos que tienen una segunda residencia para sus vacaciones y no vayan a utilizarla, existe una posibilidad real de obtener unos ingresos extra para paliar los excesos de las vacaciones. Alquilar la casa de la playa de manera temporal para extraerle un rendimiento puede ser una buena idea para recuperar la situación financiera, señala el post de la entidad financiera en su blog.