Análisis

DIGNIDAD.

Pablo Iglesias
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados.

“Un hombre tiene que tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo.” Eduardo Chillida 

Creo recordar haber oído alguna que otra vez, aquello de que vivir en democracia es un derecho que hemos ostentado como sociedad haciendo de la necesidad virtud, y logrando sobreponernos desde entonces al poder de la arrogante tiranía. El siglo XX fue liderado por los “ismos”, que trataron de imponer sobre una lucha ideológica sus virtudes moldeando nuestro sistema de orden democrático hacia una forma de vivir dominante.

Y sí, tal que así nacieron las diferentes formas de gobierno que llevaron a nuestro mundo a la suma de totalitarismos que emergieron y perecieron en pro de la segunda guerra mundial con una sobrecogedora moraleja; ¡el mundo libre vive en paz!

Nos enseñó el gran Mahatma Gandhi que en cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad, ninguna tiranía puede dominarle, y así me siento. Supongo y entiendo que Mahatma se refería a un plano en el que la suspicacia de pensar y vivir en libertad corresponde a la suma inteligencia de decidir por uno mismo y no dejarse llevar por la opción que planteen los demás, puesto que por norma general la mayoría suele estar pero que muy equivocada, ya conocen el efecto rebaño.

No hagamos entonces señores de lo normal la norma, puesto que a mi parecer lo normal es lo vulgar, y lo cotidiano lo aburrido. ¿Por qué? Por la mediocridad del conformista. Al fin y al cabo, asumo que siempre habrá soledad para aquellos que somos dignos.

Y es esa propia dignidad la que como individuos en libertad debemos preservar pase lo que pase, ella es quien construye y define nuestros valores más fieles, esos que van más allá de estereotipos, leyes y normas. Esos que nacen y no se hacen. La elegancia y la clase son dos cosas que jamás se pueden fingir, pero pueden seguir intentándolo señoras. En lo que respecta a mi, pocas cosas me molestan más que perder mi tiempo.

Y hablando de tiempo, mucho ha pasado hasta que hemos sido conscientes de que esta sociedad está construida por los valores que definen a sus individuos y no al contrario. Dicho lo cual, así es como nos hemos llegado a encontrar a Mr. Market muy indigno, dominado por los que se hacen llamar “magos del mercado” más doblegados que un conejo de mago, a la merced de los maquiavélicos bancos centrales que se han aprovechado, y mucho, de la inconsciencia venidera de la ignorancia, y de esa necesaria falta de buenos tecnócratas que gestionen el poder al servicio de la sociedad, y no en beneficio propio de unos pocos corruptos y corruptibles.

Esta incompetente estirpe de líderes que creen dominar nuestra forma de vivir, han sembrado una ingente cantidad de dinero en su favor y todavía no saben que les estallará en la cara, como siempre sucede cuando te aprovechas de una situación que te viene dada, y te viene grande. Nuestra querida inflación se acelera esta semana bajo una curiosa paradoja que parte de la complacencia monetaria hacia la necesaria obligación de impulsar la economía a través de una nueva barbaridad monetaria, aunque en esta ocasión hacia la economía productiva, que no especulativa ¡todo sea dicho!

El mensaje de los bancos centrales queda claro chicos: barra libre monetaria hasta que la economía se recupere, como si tuvieran otra opción los señores…. Mientras tanto, la vorágine especulativa de unos mercados hechos a imagen y semejanza de la FED, el BOJ, el BCE y sus secuaces, no pestañean para requeteinflar nuevamente de esteroides monetarios los mercados de commodities, con todo lo que de ello se deriva.

La pregunta que me planteo es; ¿en manos de quién estamos dejando nuestro futuro? Sobre aquellos que se matan vulgarmente a diario para imponer su autoridad moral o democrática sobre los demás? Me parece que la democracia ha llegado a ser la utopía de la representación parlamentaria del pueblo queridos míos. ¿No creen que tengo razón?

Bien, ¿Con qué autoridad se gestionan los recursos que suponen una hipoteca para las dos próximas generaciones? Con las mayorías de un 30% y las alianzas variopintas que suman un 51% total que no creo que expliquen la voluntad de un todo, algo que sí podría resultar de un gran pacto de Estado, en vez de una aburrida y desgastada lucha doblegada de diferentes opiniones que sólo tratan de imponernos su propia visión individual del mundo a nosotros como conjunto. Y esto amigos míos, no es ni justicia moral, ni democracia, ni nada, ¡esto se llama hipocresía!

Este fue, es y lamentablemente será un mundo que está en manos de buitres ávidos de poder, que se entienden y reconocen a sí mismos como propietarios de lo público, pasando de largo de lo que se les presupone, que es ni más ni menos que representantes al servicio del pueblo. ¿Y por contra qué se creen? mediocres dueños del poder por encima de toda necesidad colectiva. Cada día estoy más aburrida de contar el sinfín de razones existentes para desbancarlos.

Permítanme el consejo. Nunca acepten una crítica constructiva de aquél que no ha construido nada, sin a su vez olvidar quiénes sois y qué valores os definen como personas para valeros de vuestra responsabilidad de servir al pueblo con valentía, generosidad y determinación para con un plan de recuperación económica pensado exclusivamente en el interés general, sin olvidar que las grandes mayorías y los pactos de Estado son mucho más inteligentes cuando somos capaces de construir sobre lo establecido mejorándolo.

Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo, y yo me iré de este mundo dejándolo aunque sea ínfimamente mejor de lo que me lo encontré. Eso define mi dignidad, ¿y la tuya?

Gisela Turazzini, Founder CEO, Blackbird Bank

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