La crisis revoluciona las clases sociales: irrumpe una nueva clase media plagada de funcionarios

Algunos estratos de la sociedad española han aguantado mejor la crisis económica y han salido antes que los demás. Cuando empezó en 2007, el 18,1% de los ciudadanos se consideraba clase alta o media-alta. Ahora, 11 años después, con dos recesiones por medio, ha crecido en tres puntos, hasta el 21,1%, una cifra récord. Se debe a la mejor posición de muchos directivos y ejecutivos, al mantenimiento de las profesiones liberables y también al incremento de altos funcionarios públicos y de la clase política. El 40% de esta clase alta procede de una Administración o empresa pública.

El  suelo de esta estadística de los mejor situados se alcanzó en 2009 cuando sólo representó al 16,2% de los ciudadanos. Desde entonces, se ha beneficiado de la salida de la crisis y ha escalado hasta situarse en ese 21,1%.

El 40% de la clase alta trabaja para una Administración o empresa pública.

Sin embargo, según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del barómetro de noviembre, se está produciendo un curioso nuevo fenómeno en la sociedad española ya que está irrumpiendo con fuerza lo que los técnicos denominan ‘nuevas clases medias’. Se trata de trabajadores en rutinas administrativas y los servicios. Es decir, colectivos de asalariados no manuales que han tenido y mantienen un empleo muy estable.

En este grupo son mayoría los empleados de las Administraciones públicas. Así, si esta nueva clase media representaba en 2007 el 20,4% de los ciudadanos, la cifra alcanza ahora el 23,3%. En 2011, año del ajuste en el sector  público, la tasa fue sólo del 16,5%. Por tanto, casi uno de cada cuatro españoles dice pertenecer a esta categoría.

Sin embargo, se han despeñado las denominadas ‘viejas clases medias’, que, con la crisis, han iniciado su particular cuenta atrás. Han pasado de representar  el  17,3% en 2007 a sólo el 13,5% ahora, cuatro puntos menos. En este grupo se encuentran los pequeños  negocios y empresarios, autónomos, agricultores y el comercio en general. Si sumamos las dos clases medias, que son las que sostienen al país con sus ingresos fiscales, sale que siguen cayendo en su conjunto. Por ejemplo, si en 2007 representaban al 37,7% de los ciudadanos, ahora sólo llegan a 36,8%. El descenso no es mayor por el alza de las nuevas clases medias.

La clase obrera, la más numerosa

En cuenta a la clase baja, sigue en descenso, ya que el mantenimiento del empleo induce a pensar al encuestado que se encuentra en una categoría social superior. El CIS discierne entre obreros cualificados y no cualificados. Esta clase representaba al 44,2% al inicio de la crisis y ahora llega al 40,1%. Es la clase más numerosa en España. El grupo de obreros cualificados (trabajadores manuales, capataces, artesanos y u operadores) ha perdido dos puntos de presencia y otros dos los obreros no cualificados (peones en la industria, los servicios así como jornaleros del campo).

La crisis ha reducido la distancia entre hombres y mujeres en la clase alta. Así, si en 2007 el 19% de los hombres decía ser first class, ahora llega al 21,8%. Mientras, la mujer tenía una representación hace 11 años del 16,7%, y ahora alcanza el 20,4%. También crece el porcentaje de mujeres en el segmento de nueva clase media (28% frente al 24% hace 11 años) respecto a los hombres (16% en 2007 y 18% ahora). Ya hay más mujeres que hombres que se consideran nueva clase media. Pero el descenso en la vieja clase media es de casi siete puntos entre las mujeres frente a un solo punto de los hombres. En cuanto a las demás categorías sociales, la cifra de mujeres se mantiene estable mientras que la de los hombres baja espectacularmente entre los obreros no cualificados.

¿Qué profesiones tienen las clases sociales?

El 62% (47% en 2007) de los directivos y ejecutivos, altos funcionarios y profesionales por cuenta dice ser clase alta. El porcentaje sube al 77% (88% hace 11 años) entre los profesionales y técnicos por cuenta ajena así como cuadros medios. Llama la atención que un 27% de los estudiantes digan pertenecer a esta clase social. Seguramente no se debe a su situación personal sino a la familiar. El grueso de la nueva clases media se encuentra entre el personal administrativo, comercial y de servicios ya que el 98% de los encuestados dice tener esta condición social. Entre los comerciantes y pequeños empresarios, el 78% se identifica con la vieja clase media, seis puntos menos que al inicio de la crisis. Entre los pensionistas casi el 46% dicen ser clase baja (44% en 2007), un 28% se adscribe a la clase media (36% en 2007) y el 15% (14% antes de la crisis) se denomina clase alta.

Sin embargo, estas categorías no tienen una clara traslación a la hora de declarar las rentas ante Hacienda. Si tenemos en cuenta la consideración que han realizado los partidos políticos de que las rentas bajas, equiparables a la clase baja, están por debajo de los 15.000 euros anuales; las medias, entre esos 15.000 hasta 60.000; y la altas, a partir de esta última cifra, los datos de la Agencia Tributaria ofrecen una realidad distinta que tiene que ver no con los ingresos percibidos realmente sino con los declarados. Por ejemplo, si el 43% de los declarantes en 2007 dijeron obtener rentas por debajo de los 15.000 euros, en 2016 (últimos datos disponibles al detalle) alcanzaron el 50% con 1,5 millones de contribuyentes más en esta franja (9,2 millones frente a 7,7 millones en 2007).

Las rentas medias, que son las que pagan de verdad impuestos, representaban en 2007 más del 52% de los declarantes por IRPF y ahora sólo llegan al 47% cuando hay medio millón menos de personas en este tramo (9,3 millones en 2007 y 8,8 millones ahora) . Por su parte, si el 4,3% de los declarantes se consideraban rentas altas ahora la cifra, pese a que los datos del CIS dicen otra cosa, es del 2,6%. Hay casi 300.000 rentas altas menos que cuando empezó la crisis.