El conflicto independentista ha desplomado un 4% el PIB de Cataluña
La deriva independentista, que ha aumentado tras el referéndum ilegal del 1-O, está pasando factura a la economía de Cataluña. El coste económico del desafío liderado por Carles Puigdemont ha hecho perder a la región el 4% del PIB, según un estudio de Sociedad Civil Catalana (SCC). Y no solamente eso, también la misma organización ha asegurado el Índice de Riesgo Catalán en 212,5 puntos sobre 100, un máximo histórico desde 2004.
El escenario se pone cada días más complicado para Cataluña tras la celebración de la consulta ilegal del 1 de octubre. La región se convierte en un lugar donde camparía la inseguridad jurídica si hubiera una Declaración Unilateral de Independencia (DUI), un hecho que tendría dos graves consecuencias: paralización de inversiones y fuga de empresas.
La segunda consecuencia lleva semanas materializándose, de hecho, según datos de los Registradores Mercantiles, hasta el momento han abandonado Cataluña alrededor de 700 compañías. Entre ellas, no sólo las pymes, sino también otras grandes corporaciones como Sabadell, Caixabank, Abertis, Colonial o Gas Natural.
«Y eso que los profetas del independentismo aseguraban que no se irían», ha comentado en rueda de prensa el fundador y vocal de la junta directiva de SCC, Ferrán Brunet. A tenor de los hechos, la profecía se Artur Mas, expresidente de la Generalitat, no ha estado demasiado acertada. La cifras son tozudas y marcas de renombre como Cordoníu, Pastas Gallo, Idilia Foods o Bimbo han decidido dejar de lado los deseos políticos de los gobernantes catalana para salvaguardar sus intereses.
Cree, además, que la salida masiva de sociedades de Cataluña es «inaudita y extraordinaria», aunque reconoce que es una situación «difícilmente reversible a no ser que Cataluña sea un lugar inmaculado donde reine el Estado de derecho». Y ha añadido: «Hay que minimizar el coste temporal y evitar que se convierta en coste permanente».
España aporta a Cataluña una riqueza de 54.000 millones anuales
Por otro lado, el economista Brunet también ha hecho alusión a un estudio presentado hace unas semanas, antes de la consulta al margen de la ley, sobre la aportación del resto de España a la economía catalana que se cifra en 54.494 millones de euros al año.
Según el mismo documento, los empleos catalanes generados por el resto de España se elevan a 973.635, el 27 % del empleo existente en Cataluña. Unas cifras con las que Sociedad Civil Catalana ha querido desterrar el «mantra» de «España nos roba» y ha asegurado que ocurre todo lo contrario: «España nos enriquece». Y por ello, ha afirmado que el perjuicio más grave para Cataluña no sería salir de la UE sino «romper con el mercado del resto de España».
El Indice de Riesgo Catalán supera los 210 puntos
Por otra parte, el Índice de Riesgo Catalán está en la actualidad fijado en los 212,5 puntos sobre 100, un máximo histórico desde 2004. Este índice, que ha sido presentado en rueda de prensa por el economista Javier Santacruz, es una medición que mide mes a mes el impacto que tiene el desafío independentista sobre la economía catalana y en el conjunto de la española.
Un índice que se basa en dos bloques, por una lado, la evolución de los indicadores adelantados y, por el otro, el impacto que tiene en la opinión pública a través de las apariciones en prensa nacional e internacional del conflicto catalán desatado tras el 1-O.
Santacruz ha recordado que este mismo martes el Gobierno envió a Bruselas el plan presupuestario y «somos el único país de Europa con déficit excesivo, tenemos que reportar los progresos y uno de los obstáculos que tenemos en estos momentos es la situación secesionista».
Ha explicado que «ha habido un retroceso de la actividad económica de tal alcance, que podríamos decir que se trata del mayor coste de estos 13 años de índice». Un impacto negativo de la deriva independentista que, según el experto, se ha extendido a muchos sectores «como las reservas hoteleras, el flujo del turismo, pedidos industriales, ventas minoristas, creación de sociedades y el flujo de empresas que sale de Cataluña al resto de España».
Cree que es importante el hecho de que las corporaciones trasladen sus sedes fiscales y sedes operativas. «Esto sí tiene graves consecuencias económicas, supone traslado de trabajadores fuera de Cataluña o paralización de inversiones».
Santacruz señala, además, que esta fuga de empresas lo que hace es «paralizar la inversión, pero también manda un «mensaje negativo a los mercados financieros», aunque, según el experto, «dan por hecho que no habrá secesión, por eso la Deuda Pública no está sufriendo demasiado en las últimas subastas».