MANUAL DEL EMPRENDEDOR

¿Cómo funciona una cooperativa?

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Un grupo de trabajo en una empresa. (Foto: GETTY/ISTOCK)

Se trata de que distintas personas que sienten pasión y motivación pongan en común trabajo y/o capital con la finalidad de llevar a cabo una determinada actividad. A diferencia de otro tipo de sociedades, en la Cooperativa no se tiene en cuenta la aportación económica de las distintas partes en la toma de decisiones. El voto de cada cooperativista tiene el mismo valor y las decisiones se toman en forma de asamblea. Los requisitos que se precisan para abrir una son los siguientes:

· Mínimo de tres socios para su constitución (dos para las de segundo grado).

· No hay un capital mínimo exigido, que se marca en los Estatutos.

· Responsabilidad limitada al capital aportado.

Iniciar una cooperativa comporta una serie de ventajas en comparación a otros tipos de sociedad:

· Capital social variable: el capital social se estipula en los Estatutos, por lo que se puede adaptar a las posibilidades de los socios que deciden emprender la cooperativa.

· Responsabilidad limitada: los socios solamente son responsables por el capital que han aportado, no por su patrimonio total.

· Bonificaciones fiscales: por su forma, tienen exenciones y bonificaciones a nivel fiscal.

· Libre adhesión: los socios se dan de alta y baja cuando quieren y sin restricciones.

· Toma de decisiones conjunta: todos los socios participan en el proceso de decisión. De esta forma, se consigue un gran consenso delante de cualquier reto a afrontar y se fomenta la implicación de todo el mundo.

· Normalmente la gestión es austera y poco arriesgada: se establecen ratios de capital en relación a la deuda. Además, al estar presentes muchas personas en la toma de decisión, en general vencen los más proclives a no arriesgar.

· Facilidades para encontrar financiación: para fomentar su creación, las distintas administraciones públicas les conceden facilidades al respecto.

· No soportan gastos de registro e impuesto sobre la renta: los costes de constitución y funcionamiento, por lo tanto, se reducen.

· Alta contratación por parte de la Administración: como en los otros casos, para conseguir que se desarrollen, son adjudicatarias de proyectos públicos.

Por el contrario, las cooperativas pueden sufrir los siguientes inconvenientes:

· Lentitud en la toma de decisiones: tomar las decisiones de forma democrática facilita el trabajo en equipo, pero también las puede retrasar. En un contexto tan cambiante como el actual, puede llevar a pérdida de oportunidades.

· Les cuesta acceder a financiación por las entidades de crédito: al no estar llevadas normalmente por gestores profesionales, las entidades son reacias a facilitarles crédito.

· Hay limitaciones en la contratación de trabajadores no socios: no pueden contratar a aquella cantidad de trabajadores que deseen, porque hay unos límites marcados por la ley.

· Reparto de los beneficios: si ha habido pérdidas en años anteriores, hay que utilizar el 30% de los beneficios del año corriente a solventarlas.

·  Falta de experiencia en la gestión: las personas que forman una cooperativa acostumbran a ser expertos en aquello que se dedican, pero puede que tengan dificultades en llevar la gestión y administración del día a día.

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