BBVA seguirá adelante con la compra de Sabadell aunque el Gobierno no autorice la fusión de los dos
El presidente del BBVA, Carlos Torres, está decidido a seguir adelante con la compra del Banco Sabadell incluso en el escenario de que el Gobierno no autorice la posterior fusión de las dos entidades, según fuentes conocedoras de la situación. Se trata de su plan B, que dejaría al Sabadell como una filial controlada por el BBVA, siguiendo el modelo que aplicó en su día el Santander con Banesto.
«En el BBVA lo tienen claro: su plan B en caso de que el Gobierno no permita la fusión es ‘hacerse un Banesto’ y quedarse con el Sabadell como una filial. Tendrían su control absoluto, destituirían al consejo y cambiarían el comité de dirección para poner a su gente», explican las fuentes citadas.
El problema en ese caso es que el BBVA no podría obtener las sinergias (ahorros de costes) de 850 millones al año que calcula en caso de fusión. «Las sinergias serían sólo parciales si no se puede fusionar, pero no le importa. Banesto fue una gran inversión para el Santander y, de momento, el Sabadell le aporta al BBVA 1.400 millones de beneficios extra al año», según las fuentes.
La idea de Carlos Torres es mantener ese estatus de filial «a la espera de tiempos mejores», es decir, de la llegada de un nuevo Gobierno del PP más proclive a la libertad de empresa y a permitir este tipo de operaciones corporativas.
Confianza en que el Gobierno la apruebe
Este escenario es el secreto mejor guardado del BBVA, ya que Torres se ha negado a hablar de él tanto ante los grandes inversores como ante los medios de comunicación. El mensaje oficial es que no se contempla esa posibilidad porque el banco está convencido de que el Gobierno comprenderá los beneficios de la operación y que en España hay competencia más que suficiente en la banca.
En cuanto a la competencia, su gran argumento es el precedente de la fusión de CaixaBank y Bankia, que fue autorizado con condiciones; a ese respecto, Torres ha asegurado que cumplirá todas las condiciones que le puedan imponer tanto la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), que debe aprobar la OPA, como el Gobierno, que tiene la última palabra sobre la posterior fusión.
Por lo que se refiere a los beneficios de la operación, el BBVA alude a que un banco más grande tendría más capacidad para conceder crédito e impulsar así el crecimiento de la economía española, si bien hay 200.000 pymes y autónomos que son clientes de los dos bancos y que temen que la entidad fusionada les cierre el grifo o les endurezca las condiciones, como informó OKDIARIO.
Otro argumento es que la entidad fusionada pagará más impuestos que el BBVA y el Sabadell por separado, algo que los expertos desmienten, como también explicó este periódico.
No obstante, la realidad es que el Gobierno ha mostrado desde el principio su oposición radical a la operación, al igual que a la OPA húngara sobre Talgo (por cierto, el consorcio Ganz-Mavag también espera que el Ejecutivo la autorice al comprender sus bondades). Por tanto, Torres debe intentar que cambie de opinión para sacar adelante su plan A.
Para ello, está buscando tender puentes con el Gobierno. Así, recientemente se deshizo en elogios sobre su política económica en un acto que contó con la presencia de Pedro Sánchez (con el que estuvo reunido una hora en privado) y del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.