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BBVA-Sabadell: la teoría de la conspiración, el error Unicaja y el cumpleaños de Oliu

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Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La opa hostil lanzada esta semana por BBVA sobre Banco Sabadell (como adelantó OKDIARIO) es la noticia no ya del año sino del lustro en el sector financiero. Y cómo no podía ser de otra forma, ha dado pie a todo tipo de rumores, teorías y chascarrillos. Probablemente sin demasiado acierto, pero ya saben que cuando el río suena…

Empecemos por la teoría de que la operación está negociada y acordada por BBVA y Sabadell hace tiempo, con el beneplácito del BCE (esto último sí que es cierto). Por tanto, el rechazo a la fusión amistosa por parte del segundo y el lanzamiento posterior de la opa por el primero no son más que un teatrillo. Parece difícil de creer, la verdad, puesto que el consejo del banco catalán se queda sin los tres puestos -uno con rango de vicepresidente- muy bien remunerados que tendrían si se hacía por las buenas.

González-Bueno, Sabadell, BBVA
César González-Bueno, consejero delegado de Banco Sabadell.

La realidad es que el Sabadell habría estado por la labor de una fusión amistosa si el BBVA hubiera subido el precio. Un poco más de prima, a ser posible con una parte en efectivo, y había deal. Pero se pasó de agresivo con su rechazo, porque a su consejo le sentó a cuerno quemado que el BBVA lanzara la propuesta públicamente sin ninguna negociación previa (más allá de un anuncio de intenciones a mediados de abril).

Y ante esta agresividad, Carlos Torres, presidente del BBVA, decidió tirar por la calle del medio. ¿Tú no quieres? Pues a ver si quieren tus accionistas, que no tienes núcleo duro. Por las buenas o por las malas. Porque Torres no puede fracasar dos veces en la misma piedra mientras sigue acosado por el caso Villarejo, o su presidencia se tambalearía seriamente.

Él justifica que tuvo que anunciar la propuesta porque se filtró a los medios y le estropeó sus supuestas buenas intenciones de negociar. La cuestión es quién lo filtró. Porque la primicia la dio un medio audiovisual británico generalista, Sky News, que no se destaca precisamente por seguir la actualidad del sector bancario español. ¿Y cuál de los dos bancos tiene presencia en Gran Bretaña? Pues eso. El BBVA entendió que lo había filtrado Sabadell y dijo «pues ahora te quedas sin negociar». Y son lentejas, porque no voy a dar un céntimo más.

La conspiración

Pero todo eso no es nada comparado con una teoría de la conspiración que sostiene que la opa sobre el Sabadell está pasteleada entre el BBVA y el Gobierno, y, de nuevo, estamos ante una pantomima con todo el rechazo de los ministros. Que lo de Yoli y Marichús iba de suyo, pero que un tipo supuestamente serio como Carlos Cuerpo se ponga al frente de la manifestación chirría bastante. El que habría metido la pata, según esta tesis, sería Bolaños diciendo la semana pasada que la fusión es buena para crear grandes bancos europeos competitivos.

¿Y para qué se hace esto? Pues, según la teoría, para favorecer a Illa en las elecciones catalanas de hoy al coger la bandera de la defensa de las empresas «del país» -se restringirá el crédito con la fusión de BBVA y Sabadell- y del empleo. Y arrogándose la representación de todos los catalanes: «Cataluña rechaza esta opa», suelta tan tranquilo. Se trata de arrebatar ese discurso a los independentistas y que el típico pequeño empresario votante de CiU de toda la vida prefiera para defenderle al PSOE, que se supone que es más sensato y gobierna en Madrid, antes que al pirado de Puigdemont.

alvador Illa, Pere Aragonés
Salvador Illa con Pere Aragonés en el Parlament. (Foto: EP)

Esa es la razón por la que se habría presentado la opa antes de las elecciones en lugar de esperar al lunes. Obviamente, una vez pasados los comicios, el Gobierno se olvidaría del rechazo y acabaría aprobando la operación dentro de unos meses. Ya se les ocurriría alguna justificación: la ley no nos permite vetarlo, sólo poner condiciones, tampoco hay tanto problema de competencia, CaixaBank con Bankia tiene más cuota (por ahí fue Torres el jueves), etc.

Lo cierto es que desde el independentismo han comprado esta tesis y han acusado el golpe. Están convencidos de que el Gobierno aprobará la oferta y por ahí han intentado contraatacar a Illa, añadiendo la defensa de la «catalanidad» del Sabadell… pese a que tuvo que llevarse la sede a Alicante por culpa de su procés. Sin llegar a creer en conspiraciones, parece innegable que la opa favorece al socialista y que les ha cogido a contrapié.

El error Unicaja

Lo que sí tiene claro el mercado es que el Sabadell se habría librado de este cáliz si hubiera seguido adelante con la compra de Unicaja en vez de echarse atrás. Según fuentes fiables, su presidente, Josep Oliu, estaba por la labor ya hace un año, y también el director financiero procedente de Bankia, Leopoldo Alvear.

Pero el consejero delegado, César González-Bueno, lo frenó. Y cuando quisieron ponerse en serio el pasado otoño, la entidad andaluza había acumulado un importante agujero en su cartera de deuda pública que dio demasiado miedo en Sabadell, como también les contamos aquí.

Sabadell, Unicaja

Pero es que en el Sabadell no se pensaban en ningún momento que podían ser presa en vez de depredador. Creían que el intento de BBVA en 2020 se había quedado ahí y que ahora, con la renovación de la cúpula, el ERE y la vuelta a la rentabilidad, podían seguir perfectamente en solitario o comprarse algo. Que si no nos compraron por 2.500 millones, cómo nos van a comprar ahora que valemos 10.000. Pues toma. Otra cosa es qué piensa el accionista del BBVA de eso. Y ahora, a Oliu no le queda más remedio que buscar un caballero blanco fuera de España, como también les hemos adelantado.

El cumpleaños de Oliu

Una última teoría divertida que circula por el mundillo tiene que ver con el evidente mal rollito entre los dos bancos, concretamente entre Torres y Oliu. Y ésta dice que el BBVA esperó al cumpleaños del presidente del Sabadell en que le cayeron 75 castañas, el 25 de abril, para anunciar su propuesta de fusión en la que ofrecían los tres puestos citados… porque el reglamento del consejo del BBVA prohíbe formar parte del mismo a partir de esa edad. O sea, para dejarle sin sillón a Oliu.

El fallo de esta tesis es que, cuando se formalizara la fusión, Oliu tendría más de 75 años sí o sí. O sea, que no podría optar al asiento de ninguna de las maneras. Y, en todo caso, en un proceso amistoso se habría jubilado con el zurrón bien lleno. Ahora, con la opa hostil, sí que se ha quedado sin nada salvo el plan de pensiones que tiene en el Sabadell. Menos da una piedra. Eso sí, se echará mucho de menos al presidente más extrovertido y cachondo de la banca española.

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