Consolidación en la banca

El BCE presiona al Sabadell para que acepte la oferta de BBVA pero Oliu exige una prima del 50%

BBVA cree que su oferta es suficiente y no habrá puestos para el Sabadell si la mejora

BBVA, Sabadell, competencia
El presidente de Sabadell, Josep Oliu, y el presidente de BBVA, Carlos Torres.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La propuesta de fusión del BBVA con el Banco Sabadell cuenta con el apoyo del BCE (Banco Central Europeo), que está presionando con fuerza al banco catalán para que la acepte, según fuentes conocedoras de la situación. Pero añaden que el consejo del Sabadell, que ya se reunió el martes y lo volverá a hacer en las próximas horas, pide una mejora de la oferta que eleve la prima del 30% ofrecido al 50% sobre la cotización del lunes.

«El BCE está totalmente a favor de la operación y está presionando mucho al consejo del Sabadell para que dé su visto bueno», aseguran una de las fuentes. Otra añade que «el BCE quiere a Sabadell con otro banco grande como el BBVA. Al BCE le preocupa que la situación económica se dé la vuelta y Sabadell entre de nuevo en problemas, a pesar de la mejoría de los últimos tres años».

Sin embargo, el supervisor bancario europeo se ha encontrado con una dificultad: el consejo del Sabadell no está dispuesto a entregar el banco al precio que ofrece el BBVA, como ya ocurrió en 2020. Y menos en una operación sólo con intercambio de acciones y sin efectivo. Según algunas de las fuentes, el órgano de gobierno pide que dicho precio (la ecuación de canje con las acciones de BBVA) se eleve hasta ofrecer una prima del 50% sobre el cierre del lunes.

«En el Sabadell consideran que la oferta es demasiado barata, sobre todo cuando se paga con papelitos. Se paga sola con la mejora de márgenes que suponen los tipos de interés oficiales al 4%. El Sabadell va a mejorar su beneficio un 15% este año, y eso ya supone la mitad de la prima», sostiene una tercera fuente.

Pero el banco que preside Carlos Torres no está dispuesto a mejorar su oferta porque considera que ya es suficientemente generosa. «Ofrecer una prima del 50% implicaría valorar al Sabadell aproximadamente en 1,2 veces el valor en libros, que es como cotiza BBVA… cuando BBVA tiene una rentabilidad (ROTE) superior al 15% frente al 10% del Sabadell», explica la primera fuente.

Como adelantó OKDIARIO, el BBVA está dispuesto a lanzar una opa hostil si no llega a un acuerdo amistoso con el Sabadell porque no puede permitirse fracasar dos veces en su compra. El BCE y el Banco de España no quieren una operación hostil -nunca ha triunfado ninguna en la banca española-, lo que obligaría al BBVA a mejorar el precio. «Torres tiene dos opciones: o mejora el precio, cosa que no quiere hacer, o hace una operación hostil».

Ventaja del BBVA

Ahora bien, el BBVA juega con dos elementos a su favor en esta situación: el primero es que sabe que, si lanza una opa hostil, se lleva el Sabadell porque ésto no tiene un núcleo duro de accionistas; y el segundo es que, tanto si mejora el precio como si lanza una opa, queda anulada la oferta amistosa de tres puestos en el consejo y una vicepresidencia para el Sabadell. «En ese caso, los actuales gestores del Sabadell se quedarían sin nada», lo cual supone un importante argumento para que alcancen una solución negociada.

Por otro lado, el mercado considera que la previsión de sinergias que ha publicado el BBVA, unos 850 millones de euros antes de impuestos, es demasiado conservadora y en realidad va a conseguir mayores ahorros de costes: «Hay más jamón que cortar ahí», según una de las fuentes. Eso le permitiría mejorar el precio, aunque sin llegar a las demandas del Sabadell.

Por último, algunos analistas hablan de posibles estrategias de defensa por parte del Sabadell, lo que se conoce como poison pills. Una de ellas sería la posible venta del británico TSB y otra retomar el proyecto de compra de Unicaja que el banco catalán descartó a finales del año pasado por las fuertes pérdidas en deuda pública del andaluz.

«No pueden hacer nada de eso, el consejo tiene que andarse con pies de plomo, porque le pueden acusar de anteponer sus intereses a los de sus accionistas. Es un momento muy delicado y tienen las manos atadas», concluye otra fuente.

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