El Banco de Inglaterra cede a la presión y baja los tipos de interés para evitar una recesión tras el Brexit
El Banco de Inglaterra (BoE) ha cedido este jueves a la presión de los mercados y ha decidido bajar en 25 puntos básicos los tipos de interés, que se sitúan ahora en un mínimo histórico del 0,25%, con el objetivo de evitar una recesión de la economía tras el Brexit. La bajada supone así por fin a siete años de estabilidad monetaria, pues desde el año 2009 el organismo bancario había mantenido los tipos en el 0,5%.
La institución que dirige Mark Carney, además, ha ampliado en 60.000 millones de libras esterlinas (71.500 millones de euros) su programa de compra de activos, que alcanza así un volumen de 435.000 millones de libras (518.389 millones de euros) e incluirá bonos corporativos.
Pese a que el supervisor bancario británico optó el mes pasado en su primera reunión tras el Brexit por mantener los tipos, decisión que sorprendió al mercado, ahora se ha visto obligado a tomar esta medida, tras los últimos datos macroeconómicos que anticipan una caída del PIB en el segundo trimestre de 2016.
La firma de análisis Markit apunta a un descenso del 0,4% de la economía de Reino Unido en el tercer trimestre. Entre abril y junio, el PIB creció un 0,6%, según la estimación que hace el ‘INE’ británico. Este dato deberá ser confirmado el próximo 26 de agosto.
En lo que va de año, la Bolsa de Londres ha subido en torno a un 10%, el mismo porcentaje en el que se ha depreciado la libra. La decisión desembocará en una devaluación aún mayor de la moneda en Reino Unido, algo que precisamente quería evitar el Banco de Inglaterra.
La tasa de inflación, por su parte, se situó en junio en el 0,5%, dos décimas por encima del 0,3% de mayo y su nivel más alto desde el pasado mes de marzo. la actividad del sector manufacturero del Reino Unido sufrió en julio una profunda caída que situó el índice PMI en 48,2 puntos desde los 52,4 de junio, el nivel más bajo desde febrero de 2013.
La decisión del Banco de Inglaterra se enmarca en un contexto de inestabilidad en los mercados financieros en la que los bancos centrales están tomando diferentes caminos. Así, el Banco de Japón ha decidido esta semana ampliar su programa de flexibilización. El BCE también optó hace menos de dos semanas por mantener la política expansiva actual. La Fed, sin embargo, podría apostar por una subida de tipos antes de que acabe el año.