La banca española pidió a Mario Draghi 4.271 millones en octubre para capear la crisis catalana
Los bancos españoles solicitaron al Banco Central Europeo (BCE) un total de 4.271 millones de euros de liquidez a corto plazo durante el pasado mes de octubre, ante las necesidades de efectivo derivadas de la retirada de depósitos y la inestabilidad institucional provocada tras el golpe de Estado en Cataluña.
Según los datos hechos públicos este martes por el Banco de España este volumen de dinero multiplica por 130 veces las peticiones realizadas por las entidades españolas al BCE el pasado septiembre y es 32 veces superior a los fondos solicitados en octubre de 2016.
Sólo en otra ocasión el sector financiero español ha necesitado una inyección de liquidez a corto plazo de esta dimensión. Fue en mayo del pasado año, antes del referéndum de Reino Unido en el que se votaba la salida del país de la Unión Europea (UE). En aquel momento el volumen de fondos solicitado por la banca española ascendió a 4.514 millones de euros.
Esto no implica que haya tensiones en el conjunto del sector financiero, sino un aumento de las necesidades de liquidez puntual derivado del pánico generado tras el referéndum ilegal del pasado uno de octubre en Cataluña y que provocó que CaixaBank y Sabadell trasladaran sus sedes fuera de la comunidad autónoma, para seguir bajo la red monetaria del BCE.
En términos absolutos, la deuda de los bancos españoles con el BCE, que refleja la apelación bruta de las entidades a través de las operaciones regulares de financiación, creció 1,9% el pasado octubre respecto al mes anterior, hasta situarse en 175.022 millones de euros. Este volumen es un 29% superior al contabilizado el mismo mes de 2016.
Por otro lado, el importe agregado de activos adquiridos en España en el marco de los distintos programas implementados desde 2009 por el BCE suma 289.217 millones de euros en octubre, es decir, un 2,31% más que en el mes anterior.
Esta cifra se ha incrementado un 46% en un año, reflejando el impacto del incremento en el volumen de compras mensuales de activos realizadas por el BCE, en el contexto del programa de expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés).