CRISIS FINANCIERA

La banca española apenas tiene exposición a Credit Suisse y se siente a salvo de un posible contagio

Los bancos españoles pierden en un día la mitad de lo ganado en Bolsa en lo que va de año

El BCE pide a los grandes bancos europeos que comuniquen su exposición a Credit Suisse

Credit Suisse banca española
Sede Credit Suisse.

Cero riesgos con Credit Suisse, solvencia a toda prueba, una liquidez elevada y una estructura de balance muy diferente a la de los bancos estadounidenses hacen sentirse a la banca española a salvo de las dos crisis que sacuden los mercados internacionales estos días. La tormenta perfecta de volatilidad y miedo escénico que recorre las bolsas internacionales la forman la debacle (no solo bursátil) de la entidad suiza y la del colapso del Silicon Valley Bank (SVB). «No creemos que afecte a los bancos españoles», aseguran desde una de las cinco primeras entidades del país.

Los grandes bancos españoles aseguran no poseer «ni acciones, ni bonos directamente ni cualquier título, a través de las gestoras de fondos». La razón es sencilla, como destaca otra de las grandes entidades consultadas: «Credit Suisse es un banco que lleva cuatro o cinco años inestable, que tuvo problemas de fuga de depósitos, que ha necesitado ampliar capital y que se ha encontrado de nuevo en problemas cuando su primer accionista se ha negado a aportar más dinero para su saneamiento». Son motivos más que suficientes para que los inversores institucionales se hayan mantenido alejados de la entidad suiza que preside Axel Lehmann.

El rigor y calidad de la supervisión que ejerce el Banco Central Europeo (BCE) que preside Christine Lagarde es otra de las razones que exponen los bancos españoles para destacar su seguridad. «En España y en Europa se mira todo, no sólo los riesgos sistémicos como hace la supervisión estadounidense», indican, «aquí te miden los riesgos muy bien, la solvencia, la liquidez; la banca española y europea son fuertes en solvencia y rentabilidad y, sobre todo, son bancos con un modelo muy diferente al estadounidense», añaden. Y concluyen: «El único problema sin resolver que queda en el sector bancario europeo es el de Credit Suisse».

Pánico inversor

Credit Suisse vio cómo su cotización se derrumbaba hasta el 30% a lo largo de la jornada (cerró con unas pérdidas del 24%) después de que su primer accionista, el Saudi National Bank (SNB) confirmase públicamente su negativa a aportar más capital bajo el pretexto de no rebasar el 10% de participación (posee el 9,8% actualmente).

En una entrevista concedida a Bloomberg, el presidente del SNB, Ammar Al Khudairy aseguró que «si superamos el 10%, entrarán en vigor todo tipo de reglas nuevas, ya sea por nuestro regulador o el regulador europeo o el regulador suizo», dijo, para añadir: «No estamos dispuestos a entrar en un nuevo régimen regulatorio».

El mercado, sin embargo, hacía una lectura menos sutil: «El primer accionista del banco se ha cansado de poner dinero». Especialmente, porque la decisión fue conocida no por filtraciones de alguna reunión, sino que se produjo en una entrevista a un medio de comunicación (por tanto, voluntaria) del máximo responsable del Banco Nacional Saudí.

En los dos últimos ejercicios, Credit Suisse ha acumulado 9.000 millones de euros en pérdidas, además de perder más de 126.000 millones en depósitos. Las pérdidas tienen su origen en la quiebra de sus firmas de riesgo como el fondo de cobertura estadounidense Archegos o la firma anglo-australiana de servicios financieros Greensill.

No obstante, señalan desde otro banco español, «los bancos suizos son bancos hiper capitalizados, no tienen problemas de solvencia, pero en un periodo tan corto de tiempo pasa lo de Credit Suisse y el problema del banco estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) y la gente se pone muy nerviosa y nos arrastra a todos».

Las perspectivas que ofrecen desde esta entidad es que la tensión inversora «no debería ir más allá, aunque también tendrá mucha influencia la decisión del BCE respecto a la subida prevista de los tipos en medio punto porcentual».

Como consecuencia de ello, el índice Ibex 35 Banca que recoge las cotizaciones de todas las entidades financieras cotizadas, cerraba ayer con una caída del 7,74%; lo que supone que la banca española perdía en un día algo más de la mitad de todo lo que llevaba ganado en lo que va de año.

Al hilo de esa debacle, los bancos de medio mundo perdieron también importantes cantidades de dinero en capitalización bursátil como consecuencia de lo que en uno de los principales bancos españoles definen como «volatilidad importada de Estados Unidos», derivada del colapso del Silicon Valley Bank.

«Se trata de un banco muy concreto y de un modelo de banco muy especializado y muy diferente a la banca española», añaden desde una de las grandes entidades. SVB estaba especializado en la financiación, custodia y financiación de recursos que captaban las startups de la zona. «El banco usaba esos depósitos y los reinvertía en deuda soberana, el problema es que cuando ha necesitado liquidez, los tipos de interés han subido y, por ello, la deuda ha bajado, por lo que las plusvalías latentes que tenía en su cartera se han materializado y el banco ha perdido mucho dinero», concluyen las mismas fuentes.

A este respecto, la comisaria europea de Servicios Financieros, Miread McGuinness, dijo que la quiebra de SVB y otras dos entidades estadounidenses tiene un impacto directo «limitado» en la banca de la Unión Europea. La comisaria incidió en que SVB tiene una presencia «muy limitada en la UE». Las autoridades alemanas, donde el banco estadounidense contaba con una filial de préstamos, pero no de depósitos, ha aplicado una moratoria a la entidad; mientras que en Dinamarca y Suecia la entidad solo tenía oficinas de representación, pero no subsidiarias que captasen depósitos, explicó.

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