Así estafó Joseph Lewis a cientos de clientes de cinco países distintos a través de Garanti

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Borja Jiménez

A partir de 2004, Joseph Lewis, ciudadano inglés y residente en Turquía, comenzó a operar lo que se comercializó como un «servicio de gestión de inversiones» con el nombre de «LON-IST». Con sede en Estambul, los servicios de LON-IST se anunciaron en una página web (www.lon-ist.com), que a partir de 2007 incluía el comercio de divisas.

LON-IST solicitó y recibió fondos de inversores para el comercio de divisas al menos desde diciembre de 2007, y recibió considerables fondos adicionales en el período 2008-2010. Además del sitio web, el negocio de forex de LON-IST fue anunciado a través de una red informal, pero global, de profesionales de una variedad de países, incluyendo Turquía, Reino Unido, Francia, Canadá y Australia.

Joseph Lewis abrió varias cuentas en una sucursal de Garanti en Estambul con el objetivo de recibir los fondos de inversores defraudados. Tanto Lewis como las diversas entidades jurídicas que creó no contaban con ninguna de las licencias necesarias de la autoridad nacional de reglamentación para operar en el mercado de divisas.

«No se entiende cómo Garanti no detectó inmediatamente las actuaciones de Joseph Lewis, el cual estaba utilizando el nombre LON-IST para solicitar y transferir fondos de cientos de inversores, sin la debida autorización y todo ello a través de las cuentas de Garanti», explican desde la defensa de los afectados, que recuerda que «los inversores podían obtener tarjetas ATM vinculadas a las cuentas Garanti, que a su vez estaban ligadas a la cuenta personal del defraudador».

Además, uno de los medios de venta que LON-IST utilizaba para atraer a los inversores era que podían obtener tarjetas ATM vinculadas a las cuentas Garanti, lo que les aseguraba que sus fondos eran accesibles en todo momento.

En 2010, Joseph Lewis logró acceder al programa de banca privada Garanti Masters, que utilizaba para emitir tarjetas ATM a los inversores. Algunas de las tarjetas contenían los nombres de los inversores, mientras que otras mostraban el nombre de Joseph Lewis en el anverso de la tarjeta, pero estaban firmadas por los inversores individuales en el reverso: todas las tarjetas tenían el número de cuenta personal de Joseph Lewis.

«Todo este entramado, el excesivo número de tarjetas vinculadas a una sola cuenta, y el gran volumen de dinero en efectivo habrían, por sí solos, levantado suficientes ‘banderas rojas’ para cualquier banco que operara con los procedimientos adecuados de compliance», continúan desde el bufete que interpondrá las correspondientes demandas.

De este modo, LON-IST se encuentra en la lista de empresas no autorizadas por la Financial Services Authority («FSA»). Es más, el anuncio de la entonces Financial Services Authority («FSA») del Reino Unido en relación con LON-IST «debería haber desencadenado una rápida reacción por parte de Garanti», explican los abogados.

El 14 de septiembre de 2010, la FSA emitió una alerta pública con el fin de advertir a los inversores sobre LON-IST, puesto que esta empresa no estaba autorizada a llevar a cabo actividades de inversión reguladas en el Reino Unido, e identificó específicamente el sitio web (www.lon-ist.com).

Con el fin de desvincularse del nombre ya desprestigiado de LON-IST, el 27 de enero de 2011, Joseph Lewis envió a los inversores un correo electrónico informándoles de que el negocio había sido rebautizado con el nombre de Joe Lewis Trading (JL Trading) y se trasladó a otro sitio web (www.joelewis-trading.com).

A pesar de estar en el listado de la FSA, y del sospechoso cambio de denominación y sitio web, todos los acuerdos de Joseph Lewis con Garanti se mantuvieron: los datos bancarios facilitados a los inversores por parte JL Trading eran idénticos a los facilitados para LON-IST; JL Trading siguió recibiendo importantes fondos de los inversores en esas cuentas entre 2011 y 2014 (cuando BBVA ya había entrado en el banco turco); y Joseph Lewis siguió emitiendo tarjetas ATM de los inversores vinculadas a su cuenta Garanti Masters entre 2011 y 2013.

Revelación del fraude

El 3 de diciembre de 2014, Lewis circuló un correo electrónico en el que afirmaba que JL Trading había perdido todos sus activos y que no podría devolver los fondos de sus inversores. También admitió que JL Trading había dejado de operar en el mercado de divisas en 2009 y que, por lo tanto, sus declaraciones posteriores sobre su actividad comercial habían sido completamente falsas. Las noticias del escándalo fueron publicadas en la prensa local e internacional, pero los inversores nunca recuperaron su dinero.

¿Y qué hay de los inversores defraudados?

«En aquel momento no se hizo eco del papel tan relevante que tuvo Garanti en el fraude, pero su falta de diligencia en el momento en el que se produjeron los sucesos y su desentendimiento del asunto desde el inicio, ha provocado un grave perjuicio a los inversores que se vieron afectados por el fraude», explican desde la defensa de los afectados, que reconoce que no se irá contra BBVA al «no haber jurisprudencia» para ello.

En este sentido, la filial turca del BBVA no se hace responsable de las pérdidas sufridas por los inversores, a pesar de haber sido la plataforma que ha permitido que se produjese el fraude: «Ha permitido que un agente no autorizado utilizara sus servicios bancarios y ha resultado ser el apoyo imprescindible de este esquema fraudulento. Si Garanti hubiera sido mínimamente diligente, y hubiera cumplido con sus obligaciones de compliance y buen Gobierno,  los inversores no habrían sido defraudados», explican los abogados.

«Es más, incluso cuando los clientes defraudados, después de haber probado documental y fácticamente la responsabilidad subsidiaria de Garanti BBVA, el Banco ha rechazado cualquier tipo de responsabilidad e indemnización a las víctimas. Es de esperar que se abran diligencias legales contra Garanti BBVA en el corto plazo y que la matriz española se vea salpicada en un momento en el que su posición frente a inversores y clientes no es la más favorable», concluyen.

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