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Así es Cala Cerrada, la playa escondida que conquista por su belleza y su historia

Cala Cerrada
Cala Cerrada. (Idealista)

En plena frontera entre Murcia y Almería, se esconde un rincón que parece detenido en el tiempo: Cala Cerrada, también conocida como la playa de los Cocedores. Con apenas 167 metros de longitud, encerrada entre acantilados y modelada por siglos de erosión marina, es uno de los paisajes costeros más fotogénicos, serenos y aún desconocidos del sureste español.

Lo que hace única a esta cala no es solo la transparencia de sus aguas o la belleza natural que la rodea, sino su historia, sus cuevas talladas en roca arenisca y el aura que se respira al pisar la arena. Este entorno privilegiado comienza a figurar en el radar de viajeros responsables, familias que buscan alternativas más tranquilas y amantes de la naturaleza.

Una playa virgen entre historia y biodiversidad

Cala Cerrada es un enclave donde la historia se mezcla con el paisaje. A lo largo de los siglos, la erosión marina ha moldeado la roca arenisca formando cuevas naturales que fueron utilizadas antiguamente para cocer esparto, una planta muy utilizada en la industria tradicional del sureste. Este pasado artesanal da nombre al lugar como «playa de los Cocedores» y aporta al entorno una dimensión cultural que lo diferencia de cualquier otra cala de la región.

Además, sus aguas tranquilas, limpias y poco profundas están repletas de peces, lo que la convierte en un lugar ideal para practicar snorkel, ideal para familias con niños. La orografía crea pequeñas piscinas naturales que permiten disfrutar del baño sin oleaje en un entorno seguro y lleno de vida marina. Es habitual ver a visitantes explorando los fondos con gafas de buceo, descubriendo cardúmenes y pequeñas especies del ecosistema mediterráneo.

Turismo relajado, sostenible y familiar

Uno de los aspectos más destacados de Cala Cerrada es su vocación como destino para el turismo consciente. Aquí reinan el silencio, el sonido del mar y las actividades relajantes. Muchos viajeros optan por visitarla durante la semana o fuera de temporada alta para disfrutar plenamente de su atmósfera pacífica.

En los últimos años, se ha mejorado su infraestructura para hacerla más accesible. Hoy en día ya cuenta con servicio de socorrismo, baños públicos, lavapiés, tres pequeños restaurantes y alquiler de sombrillas y hamacas. Estas mejoras permiten una experiencia más cómoda sin comprometer la esencia natural del lugar. Aun así, quienes conocen bien el lugar insisten: lo mejor es madrugar y evitar los meses más calurosos para disfrutarla como antaño, cuando solo los caminantes o navegantes podían alcanzarla.

¿Cómo llegar a Cala Cerrada y planificar la visita?

Ubicada entre Cartagena (Murcia) y Pulpí (Almería) esta cala está justo en el límite regional, lo que ha generado debates sobre su gestión administrativa. Sin embargo, este limbo territorial no ha impedido su creciente popularidad, especialmente entre viajeros que buscan experiencias diferentes. Desde el punto de vista logístico, llegar a Cala Cerrada es más fácil que nunca, pero no por ello pierde su aire escondido.

Existen varias formas de acceder:

  • En coche, por la N-332 desde la AP-7, desviándose hacia un camino de tierra bien señalizado que lleva a una zona de aparcamiento frecuentada por autocaravanas.
  • Otra opción es llegar a pie, comenzando desde puntos como La Azohía o la Batería de Castillitos, lo que permite disfrutar de una ruta senderista escénica antes de alcanzar el mar.
  • Por último, para una experiencia más íntima y exclusiva, se puede acceder desde el mar en barco, kayak o zodiac. Esta última opción es especialmente popular entre quienes desean ver la cala desde una perspectiva diferente, rodeada de los acantilados que la protegen.

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