Las 2 palabras que jamás debes decir cuando hables por el móvil: te pueden vaciar la cuenta del banco
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Si suena el teléfono y una voz al otro lado dice ser del banco, es probable que tu reacción sea confiar. Pero cuidado: una respuesta mal dada, una frase que en apariencia no revierte peligro, puede abrir la puerta a que te vacíen la cuenta en cuestión de minutos. Las estafas telefónicas han evolucionado tanto que ya no se limitan a intentar que des tus datos personales; ahora buscan algo mucho más fácil de conseguir: que tú mismo confirmes información clave sin darte cuenta. Y en concreto, hay 2 palabras que jamás debes decir cuando hables por el móvil.
Lo más peligroso de las estafas telefónica que se producen en la actualidad, es que muchas de estas llamadas parecen reales. De hecho, podemos comprobar que incluso se usan números que imitan al de tu banco, con tonos profesionales e incluso mensajes previos de aviso. Todo está preparado para que creas que se trata de una gestión legítima. Y ahí es cuando cometes el error, pronuncias las 2 palabras que jamás debes decir y acabar siendo víctima de una de estas estafas.
Las 2 palabras que jamás debes decir cuando hables por el móvil
Hay dos palabras o de hecho, dos expresiones que jamás debes decir si no estás 100 % seguro de con quién hablas:
- Tu PIN de la tarjeta.
- Los códigos de verificación que se envían por SMS o email.
En el momento en que dices algo como «el PIN es…» o repites el código que acaba de llegar a tu móvil, los delincuentes ya tienen la llave para vaciar tu cuenta o autorizar compras y transferencias a su nombre. No hace falta que des más datos: con ese simple gesto pueden actuar como si fueras tú.
La nueva cara del vishing
Este tipo de fraude se conoce como vishing (phishing por voz) y se ha disparado en España durante el último año. Funciona así: te llaman, se hacen pasar por tu banco y te informan de un supuesto cargo extraño o de que tu tarjeta está en riesgo. Acto seguido, te piden que confirmes un código que “acaba de enviarte el banco para verificar tu identidad”. En realidad, ese código es para autorizar una operación que ellos han iniciado.
El engaño es tan creíble que muchas personas, al verse nerviosas, no piensan dos veces antes de dar el código. Y ahí comienza el problema que puede llevarnos a que nuestra cuenta bancaria acabe a cero.
Cómo identificar una llamada falsa
Los pasos a seguir en este tipo de situaciones son claros. A veces podemos dudar y por confiados, acabar cayendo en la trampa, pero si tienes en cuenta los consejos que ahora te damos, es más complicado que te estafen:
- Si te piden datos sensibles, cuelga. Ningún banco pide PIN ni códigos de verificación por teléfono.
- No te dejes presionar. Los estafadores generan urgencia: «¡Es ahora o perderá el dinero!». Es su principal arma.
- Comprueba el número real de tu banco. Aunque en tu pantalla parezca legítimo, puede ser un número falsificado mediante spoofing.
- Nunca repitas códigos que llegan a tu móvil. Esos códigos siempre son para confirmar operaciones que tú mismo has iniciado, no para verificaciones externas.
¿Qué hacer si sospechas de una llamada?
- Cuelga sin miedo. No pasa nada por parecer descortés si te están intentando estafar.
- Llama tú al banco desde un número oficial (el de la web o el de tu tarjeta).
- Guarda el número sospechoso y repórtalo a la Policía.
Además, es útil instalar aplicaciones que identifican llamadas fraudulentas o mantener activadas las alertas de movimientos bancarios en tu app para reaccionar rápido.
¿Por qué estas frases son tan peligrosas?
Porque, con tu PIN, los estafadores pueden clonar tarjetas o vaciar cajeros sin que te enteres. Y con un código de verificación, pueden validar operaciones online como transferencias, compras en tiendas digitales o incluso acceder a tu cuenta bancaria sin tu permiso. Es como si les dieras las llaves de tu casa con una sonrisa.
Y lo peor es que no sólo caen las personas mayores. Los delincuentes han perfeccionado tanto el guion que incluso usuarios jóvenes, acostumbrados a la tecnología, han sido engañados. Un simple momento de distracción o la idea de «es el banco, seguro que es importante» basta para caer en la trampa.
En conclusión, una llamada inesperada puede convertirse en un problema serio si bajas la guardia, incluso aunque parezca proceder de una fuente confiable. Nunca pronuncies tu PIN ni repitas códigos de verificación cuando te lo pida alguien al teléfono, por muy convincente que suene. Si hay dudas, cuelga de inmediato y confirma directamente con tu banco a través de sus canales oficiales.
La prevención y la desconfianza razonable son la única manera de evitar que un minuto de confianza se convierta en un agujero en tu cuenta, con consecuencias económicas difíciles de revertir.