Vanesa Almeida: rumbo al Manaslu para demostrar que el autismo no tiene barreras
Vanesa Almeida busca ser la primera mujer con autismo en coronar un ochomil
El proyecto ‘8.000 sin barreras’ trasciende lo deportivo para derribar prejuicios

Vanesa Almeida afronta el mayor desafío de su vida: alcanzar los 8.163 metros de la octava montaña más alta del planeta y lanzar un mensaje de inclusión. La deportista vitoriana no es ajena a los retos. Campeona del mundo de vela, tres veces campeona de España y entrenadora del equipo paralímpico español en Londres 2012, decidió dar un giro radical a su vida tras conocer, ya pasados los 40 años, que tenía síndrome de Asperger. El diagnóstico no fue una barrera, sino la clave que dio sentido a una vida marcada por la sensación de desconexión.
Desde entonces, su objetivo es claro: demostrar que el autismo no limita, sino que es la sociedad la que aún impone obstáculos. Y la montaña se ha convertido en el escenario perfecto para reivindicarlo.
Del Toubkal al Himalaya
Tras experiencias en el Toubkal, el Elbrús o el Ojos del Salado, y alguna renuncia como en el Cóndor boliviano, Almeida ha encontrado en la alta montaña un espacio de libertad donde sus fortalezas brillan: capacidad de concentración, rutinas firmes y calma en el silencio. Ahora encara su reto más ambicioso: el Manaslu, en Nepal, dentro del proyecto “8.000 sin barreras”, que busca convertirla en la primera mujer con autismo en coronar un ochomil.
La expedición, iniciada el pasado 5 de septiembre junto al alpinista Juan Vallejo, no se limita a lo deportivo. Incluye también un componente científico: estudiar cómo se adapta el organismo en condiciones extremas, aportando conocimiento que ayude a derribar prejuicios.
Más allá de la cima
El proyecto se completa con charlas, talleres y actividades en colegios e instituciones para sensibilizar sobre el autismo y fomentar una sociedad inclusiva. Almeida insiste en que alcanzar la cima es importante, pero que el verdadero impacto está en abrir espacios de comprensión y normalizar la diversidad. «Equidad frente a uniformidad, singularidad frente a homogeneización», resume como el reto pendiente de la sociedad.
La cima más alta, la familia
Consciente de las dificultades y del desgaste físico y emocional de un desafío como este, Almeida afirma que su mayor conquista no es deportiva, sino personal: haber formado una familia y educar desde la autenticidad. Su marido Gonzalo y sus hijos, asegura, son “la cima más alta” de su vida.
El ascenso al Manaslu será un hito deportivo y social, pero también un recordatorio de fondo: el autismo no limita. Lo que limita, subraya Almeida, es una sociedad que aún no ha aprendido a abrazar la diversidad.