Roberto Carretero: «Alcaraz es un amateur en salir de fiesta comparado con lo que hacíamos nosotros»
El que fuera campeón de Roland Garros Júnior y Masters 1.000 de Hamburgo se retiró porque su cabeza dijo 'basta'
Recuerda sus vivencias como tenista y como comentarista y analiza la mentalidad de Alcaraz en OKDIARIO
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La vida deportiva de Roberto Carretero (Madrid, 1975) es la historia de un tenista que fue lo que pudo en lugar de lo que quiso. Un joven que derribó la puerta del circuito ATP sin preguntar al ganar Roland Garros Júnior 1993 y el Masters 1.000 de Hamburgo 1996 jugando desde la previa, al estilo Vacherot en Shanghái, y se fundió a negro por un sinfín de lesiones y debates consigo mismo hasta que su mente dijo ‘basta’.
«A lo que yo pasé se le podría llamar depresión hoy en día», expresa durante su conversación con OKDIARIO. Roberto Carretero pasó cuatro veces por el quirófano y una combinación de eso con frustraciones y fiestas desembocaron en una temprana retirada, a los 26 años. Se recicló y desde hace 17 es la voz del tenis en Movistar. Ha pasado del toreo a ver los toros desde la barrera y todas los conocimientos que otorgan ambos prismas los ha plasmado en su libro El tenis desde dentro: del vestuario a la cabina.
Ahí explica la desaparición de un tenista prodigio cuyo talento era indomable. Bombardeaba con la derecha, poseía un físico imponente y tenía potencial, pero ahí murió su carrera. Se perdió en un deporte solitario, más en aquella época, y que ejerce de guillotina para las mentes. Confía en que Alcaraz, a quién considera «un amateur en salir de fiesta comparado con lo que hacíamos nosotros», cambie la forma de ver y sentir el tenis. «Es un deporte que conlleva frustración continua desde pequeño», asegura Roberto Carretero.
Pregunta. ¿Cómo surge la idea de escribir un libro?
Respuesta. No me surgió a mí, me lo propuso la editorial. En ese momento me dio un vuelco el corazón porque al ver qué editorial era, que es quien Open con Andre Agassi dije hostia. Pero me gusta ser valiente y dije vamos para adelante. Creo que tengo una historia interesante. Mucha gente me ha preguntado qué me pasó, tuve una carrera corta pero a la vez exitosa… Al comentar partidos me preguntaban por las redes sociales ¿Qué me pasó?
P. ¿Y qué le pasó a Roberto Carretero?
R. Un cúmulo de muchas cosas. Esto no es de la noche a la mañana, pero sí que es verdad que quizás las expectativas que yo tenía eran siempre muy altas y cuando no se cumplían me venía muy abajo porque no tenía la preparación ni la capacidad, sí tenísticamente, pero eso tiene que ir acompañado de ser un profesional y lo que conlleva la vida del tenista. Cada uno tiene una forma de ser y yo me tenía que haber cuidado muchísimo para tener a lo mejor una de las carreras más lesivas como la de Rafa Nadal.
P. El tenista se cuidaba poco en aquella época.
R. Era lo que teníamos normalizado, lo que había en ese momento. Hoy en día todo eso ha cambiado muchísimo. Ahora no se le ocurre a nadie que quiera ser deportista profesional hacer las cosas que hacíamos nosotros, pero en aquella época era normal el pasártelo bien los sábados, el día que perdías… Era lo normal. En mi caso tenía que haber sido el más profesional del mundo para seguramente tener muchas más lesiones que los demás. Por mi forma de jugar y porque creo que mi físico no era par el tenis precisamente.
P. Alcaraz también disfruta de momentos fuera de la pista. ¿Ve alguna similitud entre ambos?
R. Alcaraz es un chaval que quiere disfrutar y que quiere vivir también los momentos. Pero Alcaraz es un amateur en cuanto a a salir de fiesta comparado con nosotros. Lo normal en mi época era, perdías y salías. Además porque los propios torneos te montaban la fiesta. Entrenabas entre semana y el sábado salías, quedabas, ibas a discotecas… unos salían de una manera y otros salían de otra, pero todo era lógico y normal. Lo de Alcaraz es una cosa que ha soltado por su boca en el documental y se ha hecho un revuelo. Pero creo que, si Alcaraz hiciese la mitad de lo que hacíamos nosotros, no podría estar como está.
P. ¿El tenis es un deporte en el que se sufre más que se disfruta?
R. Es un deporte que desde bien pequeño conlleva una frustración continua. Te vas a cualquier club, a cualquier escuela y los niños lo viven de esa manera. Ves a socios del club y los ves cabreados. El pádel es otra cosa. Estás más cerca y la gente sonríe. En el tenis hay más frustración y espero que Alcaraz cambie eso.
P. ¿La soledad de los viajes a cada torneo hace que el tenista sufra y esté más frustrado?
R. Es diferente cómo se vivía la soledad antes a cómo se vive ahora. Ahora viajan con familia, con la pareja, dos entrenadores, preparador físico, fisioterapeuta… Hablo de la mayoría. Hay muchos otros que no pueden viajar de esa manera y solo pueden viajar con uno o con dos. Pero si te das cuenta, al final se ve a un 80 del mundo con tres en el palco. Se gana mucho más dinero que antes, por lo tanto, puedes ampliar. Y luego las facilidades de hoy en día con el WhatsApp, las videollamadas, las redes sociales… Todo se ha globalizado y es mucho más cercano. Antes era cuando te podías frustrar más porque estabas sólo, no solamente en la pista, también en el hotel y en todos los lados. Es un deporte muy solitario que al final tú tienes que hacer lo que en otros deportes hacen varios compañeros juntos.
P. ¿A usted le castigó la soledad del tenis?
R. Mucho, no lo voy a negar. Era una de las cosas que no me gustaba del tenis. Y es muy importante que te guste o por lo menos que sepas gestionarlo. Yo no solamente no me gustaba, sino que lo gestioné mal. Si a eso le sumas problemas en el hombro desde los 13 años, roturas por todos lados y que en vez de hacerme fuerte me hacía más blando… Te cuidas menos y vas a peor. Todo esto es una bola de nieve que se va haciendo más grande, va cayendo en caída libre y es jodido. Hoy en día el tenis permite que uno tenga más gente, más equipo, los padres, la familia más cerca y apoyan todas las carencias y es más fácil. La dificultad del tenis esa, por eso es un deporte único.
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