Nacidos para la Champions
Este Real Madrid es made in Champions. En esta competición comenzó a forjar su leyenda y en esta competición da su mejor versión como cuando una modelo ofrece su lado bueno. Sus futbolistas han nacido para la Champions. Cuando parecen muertos y oyen la musiquita, resucitan y se ponen a jugar al fútbol. Lo hicieron ante la Roma con un Bale desconocido (por lo bueno) y goleador, con un Benzema omnipresente y con un Solari que se cepilló de un plumazo a media selección española: Ceballos, Asensio y un Isco que va a empezar a ser un marrón en 3, 2, 1…
Al Real Madrid le ha tocado en esta Champions un grupo que es como un dependiente de El Corte Inglés: amable y siempre te hace la vida más fácil. La victoria del ídem en Moscú clasificaba tanto a los madridistas como a la Roma antes incluso de jugar. Enhorabuena a los premiados. Y a Solari, que respiraba porque el partido que tenía pinta de tigre se había convertido en un lindo gatito.
Antes incluso de saberse clasificado Solari se había cepillado a Isco. Como diría el concejal de La que se avecina, «aquí hay tema, pero vamos». Sí, hay tema Isco. Más bien un lío de tres pares de narices. Seis partidos de la era Solari, ninguno de titular y en Roma ni en el banquillo.
Tampoco jugaban Asensio ni Ceballos, decapitados del once tras lo de Ipurúa. Sí estaban, y no me enrollo más, Courtois de portero; Carvajal, Varane, Ramos y Marcelo en la defensa; Marcos Llorente, Kroos y Modric en el medio; Lucas Vázquez, Bale y Benzema en ataque.
Sin presión ni exigencia el Real Madrid salió mandón al Olímpico. Laterales profundos, Benzema ofreciéndose para pactar con todos como un concejal de Ciudadanos y monopolio de la pelota. Respondió la Roma, un equipo valiente delante y endeble atrás. El duelo parecía de tenis de tanta ida y vuelta. Pero los de Solari tenían mejor saque, mejor derecha y mejor revés.
Este Madrid tiene otro color
Era de agradecer el planteamiento valiente de la Roma, con la defensa muy adelantada, que dejaba espacios a sus espaldas para que los atacaran Lucas, Bale y hasta Benzema. No había ocasiones claras en las áreas pero el duelo estaba movido. La Roma dio el primer aviso en una contra mal finalizada. La televisión enfocó a Conte en la grada.
Respondió Modric con un disparo que se envenenó al tocar en Benzema y acabó repeliendo Olsen con los pies. El croata volvió a ser protagonista al ver una amarilla por entrada a El Shaarawy. De resultas de la misma tuvo que ser sustituido por el hijo de Kluivert. Poco tardó el chico en dar un sustito con una buena llegada al área madridista.
Con el Madrid dominando y la Roma aprovechando los espacios nos comimos la primera media hora sin ocasiones claras. Bueno, ni claras ni oscuras. Sin ocasiones. Punto. Sí las tuvieron los locales en un minuto mágico en el que acumularon tres ocasiones, una de ellas rechazada milagrosamente con el pie por Courtois.
El Real Madrid dimitió de repente del Olímpico y la Roma, con un equipo plagado de chavales, empezó a dominar y a ver la cara a Courtois más de cerca que su otorrino. También se destapaba y ahora eran los de Solari los que interpretaban el papel del contragolpe no siempre con finales felices en sus acciones. Y así, entre ataques de unos y contraataques de los otros, nos fuimos al descanso no sin que antes el espíritu de Higuaín se apoderara del cuerpo del turco Ünder para hacerle fallar un gol que habría metido un cono puesto ahí.
Por fin Bale
En la reanudación el Real Madrid dio primero. Y rápido. Un penoso despeje del meta Olsen cayó en los pies de Benzema. Karim vio a Gareth, Bale aceleró, dribló y marcó de tiro cruzado. Un minuto después tuvo el segundo en sus botas después de una galopada marca de la casa. Se plantó solito ante Olsen pero tiró al muñeco. Quién sabe si el césped le jugó una mala pasada con nocturnidad como Theresa May a Pedro Sánchez.
El gol desató a un Bale que empezó a aparecer por todo el frente de ataque. Se puso el frac de crack, ese que se pone tan pocas veces. La Roma, espoleada por su animoso público, no se encogió. Siguió siendo valiente y buscó el área de un Courtois que se agigantó.
La respuesta del Madrid fue otro golpe al mentó romano. Otra vez apareció Bale para ponérsela en la cabeza a Benzema cuyo instinto de pasador le hizo no rematar a puerta sino asistir a un Lucas Vázquez que sólo tuvo que empujarla para hacer el 0-2. Los blancos volvían a mostrar su versión letal por partida doble: en la Champions y a la contra.
Los blancos comenzaron a gustarse como en sus buenos tiempos. Como el mismo día de la Roma pero en el Bernabéu. Tenían el balón, disfrutaban del juego y mareaban a la Roma. Ya con el partido resuelto Solari metió a Mariano por Benzema. También a Valverde por Modric. Misión cumplida para ambos.
Pasaron los minutos finales. Incluso salió castigado Asensio para jugar los últimos seis minutos. El Real Madrid rubricó un triunfo cómodo y solvente ante un rival que se disolvió en la segunda mitad. Los de Solari volvieron a demostrar que con la luna llena de la Champions se convierten en hombres lobo que devoran a sus rivales.