Liga Santander: Real Madrid – Alavés

Benzema y Vinicius, sociedad ilimitada

Victoria cómoda y solvente del Real Madrid ante el Alavés con una nueva exhibición de Benzema y Vinicius, el dúo dinámico de un equipo que sigue creciendo en vísperas de medirse al Barça en el Clásico del Camp Nou

Benzema y Vinicius, sociedad ilimitada
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Benzema y Vinicius. Vinicius y Benzema. Tanto monta. La sociedad ilimitada de sus delanteros más imaginativos y talentosos volvió a dar rédito al Real Madrid, que se impuso sin agobios y con solvencia a un timorato Alavés. El francés abrió el camino de la victoria madridista, el brasileño lo selló y Mariano lo rubricó. Karim y Vinicius se han convertido en los superhéroes de un madridismo necesitado de ídolos.

Solari ensayaba una delantera nueva: la BBV. Vinicius, el brote verde de un Real Madrid gris, acompañaba al siempre convaleciente Bale y al desconocido Benzema, más genio y más figura que nunca. El francés ha alcanzado su madurez futbolística hasta un punto que los galones del equipo no sólo no le pinchan sino que le sientan como uno de sus Ferraris: como un guante.

BBV al margen, había algún cambio en el once del Real Madrid, con los descansos obligados de Carvajal y Varane por sanción y de Kroos por prevención. De los de Isco y Marcelo, mejor ni hablar porque es como tener un Dalí y un Picasso guardando polvo en el trastero. Ni están ni se les esperan. Por centrarnos que me voy por las ramas. Los que jugaban: Courtois; Odriozola, Ramos, Nacho, Reguilón; Casemiro, Ceballos, Modric; Bale, Benzema y Vinicius.

Dominó de salida el Real Madrid, efervescente como una Couldina. Encerró al Alavés en su área y tuvo un par de aproximaciones peligrosas, incluida una ocasión de Ceballos dentro del área. Intentaron tímidamente los de Abelardo defenderse del acoso blanco. Sin éxito. Benzema, desencadenado y con el guapo subido, se marcó un reguetón en la frontal, pero su disparo se marchó arriba. La buena noticia para los vitorianos es que habían sobrevivido a los primeros diez minutos del Bernabéu sin encajar gol.

Vinicius y Benzema, sociedad ilimitada

A Karim le imitó Vinicius. Calcó la jugada el brasileño, aunque la hizo con más espacio y velocidad. Falló en el disparo final, que le salió seco pero muy centrado. Lo repelió sin problemas Pacheco. El Bernabéu aplaudía a un chico cuyos destellos opacan sus costuras. Seguía mandando el Real Madrid y resistiendo el Alavés.

El que no aparecía era Bale, de cuerpo presente y futbolísticamente ausente, ahí escorado en la derecha como el Santiago Abascal del Real Madrid. Cercano a la media hora transitaba el partido con el equipo de Abelardo más replegado que los espartanos en las Termópilas y los de Solari que habían perdido vigor y empezaban a aburrirse de tocar la pelota como en los tiempos de Lopetegui.

Pero entonces la conexión Vinicius-Benzema volvió a hacer clic. Fue doble clic. El brasileño atisbó el desmarque de un efusivo Reguilón por la izquierda. El lateral se metió en el área, levantó la cabeza y encontró a Karim emboscado entre los centrales del Alavés. Se la puso y Benzema la empujó. Fue el 1-0 propio de la perfecta sencillez de un videojuego.

El tanto narcotizó el juego de ataque del Real Madrid, que se limitó a mantener la pelota en posesiones largas. Tampoco el Alavés hizo nada por cambiar su plan de defenderse y llegamos al descanso con la pírrica ventaja de los de Solari y con los vitorianos todavía asidos al partido.

Bale y Vinicius se cambian de banda

El segundo acto comenzó con los mismos actores interpretando los mismos papeles. El de atacar el Real Madrid el de defenderse el Alavés. Sí cambió de banda Solari a Bale y Vinicius. El galés, como Albert Rivera, se sintió más cómodo cerca de la izquierda y tuvo su primera ocasión al filo del 50 después de un maravilloso control y de un remate de semivolea que despejó como pudo Pacheco.

Siguieron dos avisos consecutivos del Alavés marrados por Calleri. El Real Madrid había empezado a pensar en el Clásico puede que demasiado pronto. Sólo Casemiro, que se había pegado con media Vitoria, se mantenía enchufado en el partido. A él le hicieron una falta peligrosísima en la frontal. Se la disputaban Ramos y Bale. La tiró el galés. Arriba. Fue su último acto de servicio antes de ser sustituido por Asensio y silbado por el Bernabéu.

Otro susto del Alavés, el tercero, lo repelió Courtois con la eficacia de un francotirador serbio. Luego la conexión Vinicius-Benzema volvió a descoser a la zaga blanquiazul, pero faltó el remate final que no encontró a Asensio en el área pequeña. En el 74 Solari sacó del campo a Benzema, que se llevó la que puede ser una de las mayores de su carrera en el Bernabéu. Salió Mariano, que entró al campo con el pie izquierdo y con un remate esperpéntico que pegó tal puntapié al césped que si es Messi, pita penalti.

No terminaba el Real Madrid de cerrar el partido hasta que apareció Vinicius. Enésima carrera del brasileño, que vio a Asensio por el costado contrario, le habilitó y Marco aceleró y volvió a encontrar a Vinicius, que por fin marcó su primer gol no de rebote en la Liga. Era el 80 y el partido quedaba visto para sentencia. Ah, y el brasileño presentaba su candidatura para ser titular en el Camp Nou.

Pasaportado el partido pasaron los últimos minutos y el Real Madrid selló una victoria balsámica con un golazo postrero de Mariano, que voló para rematar acrobáticamente en plancha un centro de Odriozola. El triunfo madridista reduce de dos dígitos su desventaja con el Barça y que le sigue rearmando de moral para el Clásico del miércoles. Pero esa ya será otra historia.

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