Ocampos ‘vacuna’ al Betis
El Sevilla reafirmó su candidatura a jugar la próxima Champions League ganando claramente el derbi al Betis. Lucas Ocampos se convirtió en el nombre propio del regreso del fútbol a España siendo el autor del primer gol del partido, regalando el segundo con una asistencia de fantasía de tacón y hasta estrellando un balón en el larguero. Los béticos tendrán excusa por un penalti riguroso de Mateu, pero la superioridad local quedó vigente en ocasiones de gol.
El nuevo fútbol se hizo realidad en el Ramón Sánchez Pizjuán. Sin afición, pero con detalles que evocan que dejan claro que no se han olvidado de ellos. La megafonía, las pancartas, la presencia de directivos e incluso la pausa para hidratación hicieron a los futbolistas sentirse si nos encontrásemos en el 8 de marzo. Pero, que nadie se olvide, todo ha cambiado y se pudo ver desde el primer minuto de juego con los gritos entre unos y otros como el sonido ambiente.
Los dos contendientes presionaron muy alto como consecuencia de contar con el as en la manga de los cinco cambios. El Betis fue el que más percutió en esta idea, pero el Sevilla encontraba las cosquillas de su rival con un Oliver Torres en versión Guti. El canterano del Atlético, cada vez que aparecía, filtraba pases que obligaban al sprint tanto a Bartra como Sidnei.
El Sevilla, como era lógico, se apoderó de las primeras ocasiones con Ocampos estrellando una intentona al larguero que resonó en media capital hispalense. El Betis, a través de la posesión de balón, intentaba responder aunque sin mucha profundidad. La sobrepoblación de zurdos en la medular –Fekir, Canales y Aleña– hacía previsible el juego visitante, mientras que los locales salían como cuchillos a la contra.
El Sevilla, poco a poco, iba posicionándose en los dominios de un Joel que no tuvo que realizar grandes alardes. De Jong sigue como antes del coronavirus de cara al gol, pero a la postre su brega resultaría decisiva para el devenir del encuentro.
Ocampos marca la diferencia
El descanso sentó fenomenal a un Sevilla que estiró líneas. El Betis estaba contra las cuerdas concediendo un córner detrás de otro. Con el octavo en la cuenta local, el equipo de Lopetegui se encontró con un penalti riguroso que vio Mateu Lahoz y que en el VAR no quisieron rectificarle.
El árbitro valenciano, acostumbrado a ser el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el funeral, vio un riguroso contacto entre Bartra y De Jong que terminó por decretar los 11 metros. El antiguo central del Barça saltó con el brazo de forma un poco ortopédica y obstaculizó al holandés en una acción sin excesivo peligro.
Ocampos, el jugador más en forma de los sevillistas, se encargó de anotar su undécimo tanto en la presente campaña prolongando su racha goleadora en los últimos cinco partidos. El Betis reaccionó estaba contra las cuerdas y parecía incapaz de salir con el balón jugado.
El Sevilla, viendo la debilidad del rival, siguió percutiendo desde el saque de esquina. En un centro que se dirigió al primer palo, Ocampos se sacó de la chistera una genial asistencia de tacón en el aire para que Fernando rematase a quemarropa en el segundo palo. El pívot anotó la sentencia frente a un Betis que carecía de carácter.
Lopetegui se vio tan superior con media hora por delante que retiró a un Ocampos que fue duda hasta el último minuto y le reservó para próximos envites. El Betis, tras ir muy conservador, mejoró su imagen con la entrada de Joaquín y Lainez. El Sevilla, sin embargo, mostró su versión solvente demostrando que meterle dos goles es una empresa imposible para casi cualquier equipo.
Los locales durmieron el partido y el Betis se tuvo que conformar con una derrota que les deja totalmente fríos. Los verdiblancos fueron un quiero y no puedo ante un Sevilla mucho más experimentado y que presenta su candidatura a grandes cotas en lo que falta de Liga.