Nadal dice adiós al Open de Australia lesionado y como un héroe
Rafa Nadal dice adiós al Open de Australia (4-6, 4-6, 5-7) después de lesionarse en el segundo set ante Mackenzie McDonald
Mery Perelló rompió a llorar tras ver a Nadal en su peor momento
Así fue la lesión de Nadal
Rafael Nadal se despide del Open de Australia de la peor manera posible. El tenista balear, vigente campeón del torneo, cayó lesionado mediado el segundo set de su encuentro de segunda ronda ante el norteamericano Mackenzie McDonald y no pudo recuperarse. Nadal, que aguantó como un auténtico héroe, luchando el tercer set casi sin poder andar y descartando la retirada, el camino obvio para la inmensa mayoría, había comenzado perdiendo por tenis ante un rival que estaba haciendo un partido casi perfecto, pero fue una dolencia la que le aparta de la defensa del título en Melbourne.
Las desgracias siguen acumulándose para un Nadal que comenzó el partido algo pesado en sus movimientos y con McDonald dominando en un primer set en el que el balear rozaría la remontada, pero acabaría yendo a parar a los brazos de su rival, quien se había adelantado con dos breaks de ventaja y un juego rápido que descolocó al número dos del mundo. Ya en el segundo, Rafa comenzó de nuevo perdiendo, remontó y vio como, tras un despiste, Mackenzie volvía a quebrar su servicio. Fue en el primer punto del siguiente juego, con 4-6, 3-4 desfavorable, cuando una carrera de Nadal derivó en una lesión fatal que acabaría con el desenlace de su eliminación del Open de Australia 2023.
Nadal, que hay que decirlo, no estaba jugando ni de cerca su mejor tenis ante McDonald, dejó una imagen una vez más ejemplar sobre la pista tras su lesión. El manacorí pasó más de un set evitando la retirada, sin poder prácticamente moverse y compitiendo sólo a base de servicios y palos con su derecha y su revés, pero no se asomó al adiós hasta que su rival no puso lo suficiente para doblegarle y acabó el partido con honores de campeón, dejando junto a su corona un nuevo día para los anales de la historia de un ganador golpeado por las lesiones como casi ninguno, pero que deja tras cada una de ellas una lección deportiva.
Lo sucedido en las dos horas y 26 minutos en que se extendió el partido responde a una de las historias más rocambolescas que viviremos en el tenis mundial en 2023. Rafa Nadal, de vuelta a la senda del triunfo –frente a Draper– en medio de una de las rachas más negativas de su carrera deportiva, se medía en un compromiso teóricamente sencillo ante Mackenzie McDonald, norteamericano semidesconocido y actual número 65 del ranking ATP.
Nuevo drama para Nadal en Australia
El tapado comenzaría golpeando, literalmente y con dureza a la pelota para hacerlo figuradamente sobre un Nadal descolocado y que lo pagaba con un doble break en contra que le despertaría, pero sin ya poder remontar la desventaja que McDonald había impuesto en el marcador. Estuvo cerca Rafa, pero el 80% de primeros y los seis aces –por cero dobles faltas– de Mackenzie echaban el resto para hacer saltar la sorpresa en el primer set.
6-4 desfavorable para un incomodísimo Nadal, que ya había discutido con la juez de silla y pasaba a hacerlo consigo mismo. No encontraba los golpes, pero sí una nueva rotura de servicio en contra, que le ponía las cosas si cabe más cuesta arriba. Era momento de bajar al barro, de desactivar la versión nishikoriana de McDonald, y Rafa, como casi siempre, lo logró. Sin embargo, el empate en el luminoso duró poco, porque un despiste al servicio del manacorí, y tiene muchos ultimamente, llevaba un juego que iba cómodo a la transformación en un nuevo break que daba ventaja a McDonald. Y a partir de ahí, el horror.
Una carrera de Nadal de lado a lado de la pista en el juego siguiente, nada más iniciarse, derivaba en un frenazo seguido de una cara larga del balear. Algo se había roto, estirado o torcido, pero algo, sin duda, no iba bien. Los instantes posteriores se encargaban de confirmarlo. El campeón del Open de Australia 2022 estaba lesionado e inmovilizado sobre la pista. Como consecuencia de ello y, claro, de la ventaja previa de McDonald, el segundo set también se escapaba por el mismo resultado de 6-4, pero la historia ahora era distinta.
Fin a la heroicidad de Nadal
Nadal se marchó a vestuarios justo antes de perder el set, pero volvió y como en otras ocasiones, se negó a retirarse. Esta vez no podía casi moverse, al principio tampoco saltar nada en el servicio, pero en el tercero, en un alarde de grandeza y resistencia, justificó sobradamente el precio de la entrada. Fue ganando juego a juego, jugando a dos golpes, casi siempre imposibles, palos, aces, en un repertorio que le llevó a soñar y hacer soñar incluso con vencer un set para convertir su milagro en algo tangible. No lo logró y con un 5-7 final, McDonald sumaba la mejor victoria de su carrera en un partido con un ganador y un lesionado, que volvió a demostrar que sabe caer como un auténtico héroe.