La maldición de Messi en el Clásico: cuatro años sin marcar en el Camp Nou

Lionel Messi ha sido el verdugo del Real Madrid en muchas ocasiones desde su llegada al primer equipo del Barcelona y sigue siendo el hombre a parar por parte del conjunto madridista en cualquier Clásico, pero su volumen goleador se ha visto reducido en el último lustro, hasta el punto de que el argentino lleva más de cuatro años sin ver puerta en el Camp Nou con los blancos como rivales.

1288 días sin ver puerta son demasiados, sobre todo para un jugador acostumbrado a rondar los 50 goles por temporada, pero la defensa del Real Madrid le ha negado a Messi, con sus férreos marcajes, el gol una y otra vez en los últimos cuatro duelos disputados en su propio estadio, que está ejerciendo de kryptonita del delantero.

Messi ha disputado hasta la fecha 13 Clásicos bajo el calor de su público y en solo tres de ellos ha logrado ver puerta. El argentino es uno de los mejores goleadores del planeta, pero de aumentar su sequía se iría a los once encuentros sin marcar al Real Madrid en el Camp Nou, una cifra que no está a la altura a su figura como estrella mundial.

La última fecha que refleja un tanto de Messi en un partido de estas características es el 7 de noviembre de 2012, un Clásico en el que Mourinho aún ocupaba el banquillo del Barcelona. Dos goles del astro argentino pusieron en ventaja al equipo azulgrana después del gol inicial de Cristiano Ronaldo, que más tarde anotaría el segundo en su cuenta particular para igualar el marcador final del encuentro.

El mal momento de juego que atraviesa el Barça provocará que Messi tenga que estar atento a varios frentes en el partido. Además de preocuparse por romper su maleficio anotador en los Clásicos del Camp Nou, Leo será el encargado de crear juego en la zona de medios del Barcelona, y sus bajadas a recibir el balón para favorecer la circulación parecen obligadas, visto que ni Rakitic ni Busquets están pudiendo gestionar el canal de pases del equipo de Luis Enrique, que echa demasiado de menos a un Iniesta que de llegar al encuentro, como parece que ocurrirá, lo hará entre algodones.

El Madrid, por si acaso, alineará un stopper, llámese Casemiro o Kovacic, para frenar al jugador más peligroso de los culés, junto al resto de jugadores listos para saltar al corte de sus dribblings marca de la casa. A Zinedine Zidane no le obsesiona que Messi vuelva a irse de vacío –es consciente de que el gol es una opción posible–, pero desde luego pondrá todo su empeño para que no tenga una noche destacada, y así aumentar las posibilidades de victoria del Real.