Al Madrid no le dejan ganar en Estambul (78-77)

Al Madrid no le dejan ganar en Estambul (78-77)
Felipe y Ayón pelean por un rebote frente a los jugadores de Fenerbahce.
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Una decisión puede marcar un partido y los árbitros del Fenerbahce-Real Madrid tomaron una que penalizó al equipo blanco en su intento de hacerse con la victoria en Turquía. El resultado de 78-77 favorable a los locales representa un gran partido entre dos de los grandes favoritos a hacerse con la Euroliga, pero esa última falta señalada a Carroll, que acabó con el tiro libre decisivo de Nunnally, dejó un sabor de boca más que amargo en el vestuario merengue.

El Fenerbahce Ulker Sports Arena es, además de una de las canchas más complicadas de Europa, la sede de la Final Four de la competición en la presente edición. El Real Madrid llegaba por tanto al que será escenario de su principal objetivo de la temporada con la motivación doble de seguir sumando victorias ante rivales top y cuajar una buena actuación en una cancha que podría traer grandes alegrías en mayo.

La intensidad y el poderío físico son los dos argumentos innegociables de Fenerbahce y ante su público, ambos atributos acostumbran a subir enteros para atosigar a los rivales. La estrategia no cambió en la visita del Real Madrid y desde el inicio los turcos se pusieron por delante con la única respuesta de Llull en el ataque blanco.

Felipe y Ayón, con menor envergadura pero un entendimiento sin igual entre los interiores en Europa, comenzaron a construir ventajas y segundas oportunidades para que su equipo compensara el desacierto en el tiro y pudiese seguir a rebufo de un Fenerbahce que tenía en Nunnally a su brazo ejecutor.

El encuentro estaba en el barro y ahí el conjunto turco, en su salsa y en su casa, se maneja a las mil maravillas, pero Pablo Laso estuvo rápido y –sobre todo– inteligente, para dar entrada a dos de sus pitbull, Taylor y Hunter, que no tardarían en equilibrar la balanza física y, de paso, demostrar que la plantilla del Real Madrid es inigualable en términos de polivalencia.

Con los bases descolocados mentalmente, Rudy tomó las riendas como generador de juego antes del descanso, permitiendo, con Hunter como ejecutor, que el Madrid se marchara por delante tras un triple anulado a Nunally por milésimas. La motivación y el trabajo debían continuar para lograr una victoria de órdago, pero Obradovic, que acabó la primera mitad del partido histérico, puso las pilas a los suyos, que empezaron con un parcial de 5-0 que les traía de vuelta el liderato del marcador.

Maciulis, otro secundario que sería actor principal en el 90% de los equipos de Euroliga, afinó su puntería hasta voltear de nuevo el partido y poner el partido en las manos madridistas con Gustavo Ayón como consolidador de una ventaja pequeña (55-57) que parecía seguir mermando la moral de Fenerbahce.

Sloukas, el verdugo del madridismo tantas otras veces, aprovechó su inteligencia y la precipitación de Doncic, eslabón débil en la armadura del Real, para sumar seis puntos que, aunque contestados con un lanzamiento de Rudy, sirvieron para encender la mecha de la afición para los minutos decisivos del partido. El partido volvía a hablar en turco.

Los árbitros borran al héroe Randolph

Randolph, que venía de tomar varias malas decisiones, acercó a su equipo a un punto con dos triples fruto de una circulación maravillosa del equipo blanco, hoy de morado. El ‘3’ del Madrid se erigió en líder en el duelo de pistoleros desde la larga distancia que mantuvo con su paisano Nunnally, sin poder poner a los visitantes por delante pero demostrando que Fenerbahce iba a tener que sudar sangre para llevarse el triunfo.

El instinto asesino de Randolph colocó, por fin, al Madrid por delante, pero un carrusel de faltas técnicas favoreció mínimamente a Fenerbahce, que ponía las tablas a un minuto del final. La tensión se podía cortar con un cuchillo en el Ulker Sports Arena.

Dos tiros libres de Llull fueron contestados de inmediato con una penetración de Dixon que le daba al Real Madrid, con empate a 77 en el marcador, la teórica última posesión para ganar el partido. El tiro decisivo de Llull salió repelido por el aro y los árbitros, en una decisión incomprensible según mostraron las cámaras, señalaron una falta de Carroll que acabó con Nunnally finiquitando un partido en el que los blancos merecieron mayor justicia por parte de los árbitros.

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