Laporta implanta el absolutismo en el Barça

Joan Laporta
Joan Laporta

Joan Laporta tiene decidido que nadie ocupará el lugar que dejó hace ahora un mes Ferran Reverter, cuando anunció su renuncia del FC Barcelona. El que fuera CEO del club, que llegó el 1 de julio tras acabar su contrato con Media Markt, no será relevado por ningún otro profesional y sus competencias serán asumidas por el propio presidente. El mandatario blaugrana considera que el puesto es innecesario, al menos mientras dure su legislatura en el Camp Nou.

El abogado barcelonés será a partir de ahora no sólo presidente del Barça, sino también su director general. Así lo decidido en el último mes, pese a que inicialmente se contempló la posibilidad de fichar a otro profesional de características similares, con un gran bagaje y destacado currículo, pero en con el inicio de marzo, la decisión de Laporta es la que acaparar él las competencias que hasta venía desempeñando Reverter. No lo hará sólo, parte de las funciones del CEO serán también llevadas a cabo por Ferran Olivé, actual directivo y tesorero del club.

Laporta entiende que el actual Barça puede subsistir sin la figura del CEO y que el club puede llevarse como si de una empresa familiar se tratase, ya que son los directivos los que tienen en juego su patrimonio. El presidente asume así mayor control y deja ir la figura del director general, permitiendo que la toma de decisiones sigue dependiendo de él y que el plan estratégico tome el camino que él desea y no se den malentendidos, como bien pudo pasar con la renuncia de Reverter, que abandonó el barco en plenas negociaciones con Spotify.

Durante su entrevista con los medios del club, Laporta explicó que Ferran Reverter «venía de una multinacional y llevaba mucho tiempo fuera de casa», y ha vivido «un año muy intenso, para él también, y era el momento que dedicara más tiempo a la familia», argumentaba dejando entrever que se fue sin líos: «Lo entendimos perfectamente y llegamos a un acuerdo». «En el Barça convergen diferentes opiniones», añadía el presidente, dejando entrever algo más: «Su marcha no afecta al plan estratégico. Siempre nos gusta apuntar más arriba pero seguro que se logra un buen resultado. He pasado a ser más ejecutivo junto al tesorero. Hemos hecho un organigrama más transversal, con los departamentos más en contacto entre ellos. No quiero un club jerarquizado que cuesta tomar decisiones».

Pese a que insistía en que la decisión fue familiar, Joan Laporta continúa purgando todo lo relacionado con Ferran Reverter. Los dos últimos ejecutivos a los que aportará del club son Juan Manuel Tabero y Xavier Mas, que eran el Director de Tecnología y Compliance Officer, muy afines al que fuera CEO del club. De hecho, internamente ya se ha comunicado que Sergi Atienza será el sustituto de Mas como Compliance Officer. Este guarda relación con Laporta, ya que trabajó en el mismo despacho de abogados que el presidente, aunque se asegura que solamente tuvo alquilado un despacho en Laporta & Arbós, afirman en Mundo Deportivo.

Así, Laporta sigue ganando poder dentro del Barça, más del que ya le corresponde como presidente del club, aportando a los profesionales con los que existen menor afinidad y que pueden generar «diferentes opiniones» como aseguraba en su reciente entrevista en Barça TV. Ferran Olivé será ahora su mano derecha, tomando mayor peso en la dirección y toma de decisiones.

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