Joan Laporta y sus escándalos: fiestas, moción de censura y ‘striptease’ en el aeropuerto
Aunque Guardiola maquilló el final de Laporta en la presidencia del Barcelona, ésta fue muy polémica. El
Laporta barre a Font y Freixa y gana las elecciones
Joan Laporta accedió a la presidencia del Barcelona gracias a una mentira. El abogado aseguró tener fichado a Beckham, algo que llegó a corroborar el Manchester United a través de su página web, cuando éste tenía ya un acuerdo con el Real Madrid. A cambio Laporta fichó a Rüstü, que estaba representado por el hijo de Ferguson, por aquel entonces entrenador del equipo inglés.
Joan Laporta accedió a la presidencia del Barcelona con el respaldo del 52,57 por ciento de los ocios, a los que prometió que no incrementaría el precio de los abonos, algo que terminaría haciendo en un 40 por ciento. Laporta aseguró también que no emprendería acciones legales contra los anteriores dirigentes del club, que fue otra de sus promesas incumplidas. Lo que sí cumplió el abogado es que expulsaría a los violentos del Camp Nou. Esto llevó a Joan Laporta a recibir insultos y amenazas de muerte por parte de los Boixos Nois, lo que le condenó a vivir acompañado de guardaespaldas, tanto él como a su familia, y a mudarse.
Tan pronto como llegaron los éxitos deportivos, para lo que hubo que esperar a su segunda temporada al frente del club, se produjo el divorcio entre Laporta y Sandro Rosell. La afición se posicionó entonces del lado del vicepresidente, al que le atribuían el fichaje de Ronaldinho. La hinchada tampoco vio con buenos ojos que Joan Laporta sumase a la directiva a su excuñado, Alejandro Echevarría, conocido en Barcelona por su ideología franquista.
La bajada de pantalones de Laporta
Quince días después de que el Barcelona se proclamase campeón de Liga, Sandro Rosell, Jordi Monés, Josep María Bartomeu y Jordi Morix se vieron forzados a dimitir. Los cuatro dimisionarios denunciaron que Laporta no era el mismo que hacía dos años y que en la junta se habían deteriorado valores como la democracia, la transparencia o el trabajo en equipo, en favor del autoritarismo, la opacidad y la ambición de poder. Para colmo, la imagen del presidente sufría un nuevo revés tras un incidente en el aeropuerto de El Prat. Al ver que el detector de metales no cesaba de pitar, Joan Laporta se quitó los pantalones quedándose en calzoncillos mientras increpaba al personal de seguridad.
La dimisiones y la renovación de la junta obligaban a Laporta a convocar elecciones en 2006, mientras que el presidente y sus colaboradores sostenían que no tenían que hacerlo hasta 2007. Esto es algo que tuvo que resolverse en los tribunales, que determinaron que Joan Laporta tenía que convocar elecciones de manera inmediata siendo, una comisión gestora presidida por Xavier Sala i Martín la que se hiciera cargo del club. Laporta fue el único candidato que obtuvo las firmas necesarias de los socios para presentarse a las elecciones, por lo que regresó a la presidencia sin necesidad de volver a pasar por las urnas.
Dos mociones de censura
Diez años después de la primera moción de censura en la historia del club, la que presentó Joan Laporta contra Josep Lluís Núñez en 1998, Oriol Giralt y Christian Castellví presentaban una contra la junta directiva de Joan Laporta. Los motivos que llevaron a Giralt a presentar esta moción de censura eran que entendía que había habido una negligencia en la gestión del primer equipo de fútbol y en las secciones, y en la venta de parte del patrimonio del club.
También achacaba a Laporta el menosprecio a los socios en el tema de las entradas en las finales, la publicidad o la judicialización de la entidad. Pese a que la moción de censura ganó con el 60,60 por ciento de los votos, no prosperó ya que para ello necesitaba el respaldo del 66,6. Para agarrarse al cargo, Joan Laporta, que ese año había sido muy criticado por Rosell y por la prensa por haber hecho negocios con la hija del dictador de Uzbekistán, dilató todo lo posible la fecha en la que se votó dicha moción de censura; estableciendo ésta en verano, y no en un día de partido, para que la participación fuera menor.
Tras ver como seis de cada diez socios se posicionaron en contra de su gestión, dimitieron ocho directivos del Barcelona y renunciaron a su cargo otros tantos vocales. Aunque todos ellos trataron de convencer a Laporta para que renunciase a la presidencia, éste dijo sentirse “legitimado para seguir y con ilusión renovada por el proyecto”.
La última imagen de Laporta
Entonces Joan Laporta fichó como entrenador del Barcelona a Pep Guardiola y con volvieron los éxitos deportivos. Por ese motivo, y porque el Barcelona había ganado tres títulos esa temporada, Laporta dijo que se sentía “tritranquilo” pese al regreso de Florentino Pérez al Real Madrid. Guardiola completaría el año con un sextete para el Barcelona y Joan Laporta terminó su mandato con una nueva imagen para el recuerdo. El abogado, bañado en champán y con alguna que otra copa de más, fue fotografiado en Luz de Gas celebrando una victoria del Barcelona frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu gracias a un solitario gol de Ibrahimovic.