Isco, un problema gordo

La situación de Isco en el Real Madrid sigue sin resolverse de una manera satisfactoria. El malagueño sigue sin estar en su mejor estado de forma y eso se traduce en el terreno de juego con no tener la continuidad que un jugador de sus características merece. Isco sigue desconectado y el conjunto blanco lo nota, pues aunque los resultados no sean del todo malos, la presencia de un jugador de su calidad en buen estado termina siendo determinante.

Desde la llegada de Solari al banquillo, el problema de Isco ha ido enquistándose poco a poco. El jugador del conjunto madridista ha pasado a ser un habitual del banquillo, en lugar de convertirse en uno de los líderes del equipo para salir de la crisis por la que atravesaban tras la marcha de Lopetegui.

Tras su operación de apendicitis, su relación con el vestuario ha ido empeorando y, en estos momentos, sigue sin mejorar. No tiene el apoyo de los pesos pesados, que en alguna ocasión le han mandado algún que otro recado y que en la actualidad le continúan viendo desconectado del equipo, «a su bola».

«Va a su bola»

Por si fuera poco, Antonio Pintus, preparador físico del equipo, está enfadado con los datos de la báscula de Isco. Y es que su estado físico no se encuentra en el punto óptimo de lo que se le exige a un futbolista de élite. A pesar de ello, el propio jugador fue quien intentó calmar los rumores sobre su supuesto sobrepeso con una foto en su perfil de Instagram, pero ni con esas.

Isco podría estar más fuera que dentro del conjunto blanco. No son pocos los que ven en la situación por la que atraviesa una oportunidad para intentar llevárselo. Sin embargo, desde la directiva continúan pidiendo calma y «cariño» para el jugador. Saben que la mejor forma para solucionar el conflicto es arroparle y mostrarle que están de su lado.

Con todo esto, el madridista deberá afrontar de forma distinta el 2019 a cómo lo acaba. El jugador reclama más minutos. Unos minutos que Solari le ha quitado desde su llegada, pero lo cierto es que tendrá que ganárselos sobre el terreno de juego. El futuro de Isco como jugador del conjunto blanco cada vez está más negro, pero en su mano está darle la vuelta a un problema que cada vez es más gordo.