La gran incógnita de Las Vegas que puede aprovechar Fernando Alonso para soñar con todo
Las frías temperaturas que se esperan pondrán un interrogante sobre los neumáticos
La primera edición de la carrera pondrá a prueba a todos los ingenieros de la Fórmula 1
Fernando Alonso mira con ilusiones renovadas al Gran Premio de Las Vegas, que el próximo fin de semana se estrenará en el calendario de la Fórmula 1. Después de sus dos abandonos sucesivos en México y Estados Unidos, su Aston Martin volvió a rugir con fuerza en Brasil y el bicampeón mundial volvió a probar las mieles del podio. Ahora, la próxima prueba llega rodeada por muchos interrogantes y el piloto más experimentado de la historia de la competición espera pescar en río revuelto.
Más allá de la enorme novedad que supone estrenar un circuito de Fórmula 1, hay un aspecto que preocupa especialmente a los ingenieros de todas las escuderías: las baja temperaturas que se esperan durante el fin de semana. El empeño de la competición por ampliar su calendario en los últimos años ha provocado que el Mundial acabe cada vez más tarde y el afán por correr de noche en Las Vegas, para que las luces de sus neones brillen con fuerza, provocarán un clima inusualmente frío. La mínima temperatura que se espera el domingo no pasa de los 8 grados.
El ingeniero jefe de Red Bull, Paul Monaghan, reconoce que se enfrentan a una misión desconocida y difícil de predecir. «En términos de neumáticos, estas temperaturas realmente los lleva a un entorno diferente, ¿no?. Hace unos años fuimos a Nurburgring en octubre y todos los días estaba húmedo y frío. Y en Austin, hace unos años, recuerdo que un día hacía un frío particularmente helado. Nos ocupamos de todas las preocupaciones sobre el agrietamiento en frío, el manejo de los neumáticos, todo este tipo de cosas. Y sí, se encuentran en el extremo inferior de su rango operativo», advierte Monaghan.
Por ello, los ingenieros tienen ante sí la gran misión de «llevar los neumáticos a un punto en el que funcionen» en el nuevo circuito de Las Vegas y de hacerlo sin contar con datos precedentes de otros años u otros escenarios similares que les servirían para poder comparar la puesta a punto de los coches.
«El desafío está ahí para todos nosotros. Creo que eso ocurre en los tres complejos: todos estarán demasiado fríos. Realmente es una cuestión de si podemos mantenerlos a todos en la ventana durante el tiempo suficiente para que podamos correr una temporada de carrera decente», reflexiona el responsable técnico de Red Bull en declaraciones a Motorsport.com.
Gran Premio de Las Vegas
En la misma línea se expresa su colega Dave Robson, jefe de rendimiento de Williams. «Es difícil. Creo que esa combinación de la superficie de la pista, de la que sabemos muy poco sobre el momento, y cómo interactuará con los neumáticos determinará en gran medida cómo se desarrollará el fin de semana. Ciertamente, no podemos predecir exactamente cómo se comportará el coche en Las Vegas, así que iremos allí con muchas opciones», reconoce.
Además, la labor de los ingenieros se complica con los actuales límites presupuestarios de la F1. «Anteriormente, probablemente habríamos hecho un paquete de refrigeración nuevo y pequeño y habríamos intercambiado el enfriamiento que no necesitábamos por carga aerodinámica, y es posible que hubiéramos hecho algunas otras cosas en el coche. Pero ahora tenemos que preguntarnos si vale la pena hacer eso. Especialmente a medida que se acerca el final de la temporada, eso puede depender de cuánto hayas gastado en los meses anteriores», finaliza Robson.