Fernando Alonso pregunta por el equipo de ciclismo Sky
Tras una intentona fallida con el Euskaltel-Euskadi en 2013, Fernando Alonso se plantearía doblar la apuesta intentando hacerse con el patrocinio del Sky.
Fernando Alonso siempre ambicionó ser una persona relevante en el mundo del ciclismo. El bicampeón de Fórmula 1 no oculta su pasión por el deporte de las dos ruedas, del que es seguidor y fiel practicante desde hace años. El piloto, a través de colaboradores cercanos, se habría interesado en hacerse con el control del equipo Sky, el gran dominador del pelotón en los últimos años y que al término de 2019 no tiene un sponsor firmado.
Alonso, que actualmente goza de un mayor músculo financiero que en 2013 cuando estuvo a punto de adquirir el Euskaltel-Euskadi, ha barajado la posibilidad de hacerse cargo de la estructura británica. El presupuesto anual del equipo se sitúa en torno a los 35 millones de euros y Fernando puede aportarlos gracias a su patrimonio personal –según Business Insider de 210 millones– y con su marca de ropa deportiva Kimoa como nombre del nuevo posible equipo.
El asturiano, comprando el patrocinio del Sky, sabe que se encontraría un equipo totalmente configurado para ser dominante desde el primer momento en el pelotón mundial. Alonso tiene una agenda muy despejada a partir de 2020 –sin compromisos firmados de momento– y hasta podría prestar una atención elevada a su pasión.
Por el momento, el piloto ha preguntado en el mundillo del ciclismo lo qué acarrearía hacerse con el viejo Sky, las posibilidades de negocio existentes y hasta posibles alianzas con McLaren. La escudería para la que Alonso ha corrido hasta esta temporada acaba de firmar un acuerdo con el equipo Bahrein-Merida –por imposición del fondo inversor Mumtalakat–, pero hasta entonces había sido un fiel colaborador del Sky, a quien le había facilitado tecnología y complementos de vanguardia.
Alonso sabe que en el mundo del ciclismo es casi imposible generar los 35 millones que costaría el equipo al año, pero sí tiene un objetivo claro: dar visibilidad a la marca Kimoa hasta convertirla en un referente en Europa y América a medio plazo. En Asia, las ventas de la marca del piloto han sido todo un éxito desde su lanzamiento en 2015. En los mercados más tradicionales les ha costado arrancar y es aquí donde Fernando espera rentabilizar esa hipotética pérdida monetaria.
Un experto en negocios
El pasado mes de octubre, el bicampeón de Fórmula 1 se compró los derechos audiovisuales de las 500 millas de Indianápolis para España. Por aquel entonces, el piloto no había anunciado su participación oficial en la prueba y consiguientemente adquirió el paquete muchísimo más barato en un movimiento empresarial maestro. Tardaría casi un mes en anunciar de forma oficial que las correría, pero la gran rebaja se había logrado.
Alonso competirá en la emblemática prueba y al mismo tiempo ingresará dinero ya sea revendiendo los derechos o creando una plataforma a través de los cuales monetizarlos. El piloto ha apostado sobre seguro en una prueba donde sabe que tiene tirón en España. Da igual que dar vueltas a un circuito ovalado sea presuntamente aburrido, el asturiano logró que los aficionados siguiesen masivamente su aventura en 2017 en la Indy 500 duplicando en audiencia en nuestro país lo logrado ese mismo fin de semana por el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1.
Con el ciclismo entre ceja y ceja desde hace años, Alonso dispone ahora de una posibilidad para tomar el control de una escuadra dominante. El proyecto no está tan inmaduro como en 2013 gracias a la existencia de Kimoa como marca que promocionar. Sin ir más lejos, el vigente campeón de las 24 horas de Le Mans renunció a parte de su salario esta temporada para que su firma de moda apareciese bien reflejada en el morro del McLaren-Renault.