Clasificación Eurocopa: España-Escocia

Morata, héroe nacional

España sufrió de lo lindo para derribar el muro de Escocia pero los goles de Morata y Sancet dieron el triunfo a la selección española, que se coloca líder de grupo y con un pie en la Eurocopa

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Así está la clasificación

España Escocia, Eurocopa
España se impuso 2-0 a Escocia en La Cartuja.

Morata es nuestro héroe. Puede que no sea perfecto, ni tan rápido como Mbappé, ni tan fuerte como Haaland, ni tan certero como Harry Kane, pero es nuestro héroe nacional. Un gol del delantero del Atlético, que cabeceó un centro medido de Jesús Navas, sirvió para que España derribara el muro de Escocia para alivio de La Cartuja y para colocar a la selección de Luis de la Fuente como líder de grupo y con un pie en la Eurocopa. Sancet hizo el segundo, que abrochó el triunfo español ya en las postrimerías del duelo.

A De la Fuente las bajas le resolvieron el once. Sin Pedri, que está más tiempo ausente de España que el Rey Emérito, ni Asensio, Dani Olmo, Yamal y Nico Williams, la selección se quedaba mellada por los bordes como un cuchillo mal afilado. El seleccionador no tuvo más remedio que colocar en los extremos a Ferran y Oyarzabal, ambos sin tilde por mor de las lenguas cooficiales, para secundar a Morata, nuestro nueve pese a quien pese.

Morata, digo, tiene unos números imponentes con España, impropios de su currículum discreto como delantero y de su carácter pusilánime y un poco pagafantas. Pero no tenemos un 9 mejor, porque nosotros somos de más de nacionalizar centrales.

Retrocedemos en la alineación y ahí están nuestros tres centrocampistas: Rodri, Merino y Gavi. El del City es el único jugador de la selección que está entre los cinco mejores del mundo en su posición. Le secundan Merino y Gavi, dos futbolistas con talento, músculo y mala leche. El portero volvía ser Unai Simón y en defensa, los de siempre, uno del Real Madrid y otro del Barcelona en los laterales, Carvajal y Balde, para flanquear a la pareja de centrales franceses: Le Normand y Laporte.

España salió dispuesta a dar matarile a Escocia por la vía rápida. Y bien pudo (y debió) hacerlo Ferran Torres, que recibió un pase de gol de Morata, pero definió cruzado y fuera ante la salida a la desesperada del portero Gunn. Una ocasión de las que no se pueden fallar. Después  perdonamos otra ocasión a la salida de un córner en el que Laporte no llegó a contactar con la cabeza por muy poquito.

Tras resistir al arreón inicial de España Escocia se protegió con un blindaje a su área. Percutía la selección española y, una vez tras otra, se topaba con el muro escocés. Aunque no se lo crean, lo intentamos a balón parado y casi lo conseguimos. Dominábamos el partido pero el gol nos hacía la cobra. Los escoceses aguantaban con orden y sufrimiento.

España se atasca

España jugaba al balonmano con los pies. Pases horizontales, uno detrás de otro, y cero profundidad. Escocia plantaba a todos sus guerreros por delante del área de Gunn. Tanto nos ensimismamos en nuestra propia posesión que incluso pudimos llevarnos algún susto. A Dios gracias que los escoceses tienen menos talento que las ministras de Podemos.

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Merino y Carvajal saltan a un balón aéreo en el España-Escocia. (EFE)

En el 27 de nuevo Merino se la puso a Morata, que no alcanzó a rematar en el área porque le faltó un poco de carácter y de fe. Que volvió a tenerla en el 30 en un mano a mano ante Gunn que resolvió algo escorado con un disparo al lateral de la red. Apretaba España en busca de un gol que merecía más por insistencia que por clarividencia.

En el 33 fue Mikel Merino el que pudo abrir el marcador tras un disparo envenenado dentro del área que repelió el palo derecho de Gunn. Nada, que no encontrábamos el gol ante una Escocia que nos proponía jugar al frontón cuando nosotros queríamos jugar al fútbol.

Bryan agita el partido

Otra vez Morata fue protagonista (negativo, claro) de una ocasión de gol de España en la que se metió en fuera de juego, su hábitat natural, por su propia torpeza. El gol, que iba a ser de Carvajal, fue anulado al rozarla el delantero de la selección. Los escoceses se defendían multiplicándose como un gremlim al que le hubieran echado agua.

A pesar de nuestros denodados esfuerzos por lograr un gol, nos fuimos al descanso con 0-0. Escocia aguantaba con su portería sin desvirgar y España se topaba contra el muro del rival sin ideas para encontrar espacios ni precisión para definir las pocas ocasiones de las que había dispuesto la selección de Luis de la Fuente.

El seleccionador se lio la manta a la cabeza al descanso y metió de golpe a Fran García por Balde y a Bryan Zaragoza por Oyarzabal. Una nueva izquierda, más joven, incisiva y atrevida, para impulsar a una España tremendamente atascada. El jugador del Granada no tardó ni cinco minutos en poner en pie a La Cartuja con una maniobra en la que sentó a dos escoceses y disparó arriba. Por fin alguien que agitaba un partido aburrido y mortecino.

Por fin Morata

Morata siguió coleccionando ocasiones y fallos con un disparo arriba dentro del área en el 55. Luego vino el gran susto para España. Carvajal se metió en un lío estúpido en una jugada en la que no quiso despejar y cometió una falta lateral en la que vio amarilla. De esa falta nació un gol de falta directa de McTominay. Se la tragó Unai Simón pero, por suerte para nuestra selección, Hendry estaba en fuera de juego y el colegiado, avisado por el VAR, anuló el gol de Escocia.

De la Fuente, aún con el susto en el cuerpo, sacó del campo a Carvajal y Merino e introdujo a Jesús Navas y Sancet, otro debutante más después de Fran García y Bryan Zaragoza. A España, ofuscada y sin plan desde el inicio, se le consumía el tiempo y los cabezazos contra el muro escocés no nos daban rédito, sólo puntos de sutura.

Menos mal que en el 73 por fin encontramos un resquicio en la pobladísima defensa de Escocia. Lo hizo Jesús Navas, que la puso templadita, medida y envenenada al primer palo. Un centro que valía un millón de dólares. Allí apareció emboscado Morata para peinarla a la red con un toque certero y sutil. Luis de la Fuente y el banquillo español celebraron el gol que podía valer el pase a una Eurocopa. Nos lo merecíamos, vive Dios.

Con algo menos de un cuarto de hora por delante ya teníamos el partido medio ganado. Solo teníamos que evitar perderlo. Escocia apretó y nos metió el miedo en el cuerpo con un par de ocasiones. Respondió Luis de la Fuente con el cambio de Joselu por Morata, que a punto estuvo de lograr el segundo a los pocos segundos de entrar al campo. Muy de su estilo.

Lo que sí logró Joselu fue robar un balón a Hickey, que se resbaló, y asistir a Sancet, que atacaba el área para lograr el segundo tanto de España, en colaboración con el defensa de Escocia, que desató el delirio en La Cartuja. El 2-0 abrochó un triunfo sufrido y merecido de la selección de Luis de la Fuente que se coloca como líder de grupo y con un pie en la próxima Eurocopa.

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