El alirón del Leicester debe esperar
La épica esperaba. Treinta y cinco jornadas después, el Leicester City tenía la oportunidad de proclamarse campeón de la Premier League por primera vez en su historia. El equipo de Claudio Ranieri ha conseguido, a base de trabajo y oportunismo, colarse entre los mejores de Inglaterra y liderar un campeonato que está cada vez más cerca de ganar. Vardy, Mahrez y Kanté tratarían de buscar el más difícil todavía y cerrar el título en casa de uno de los equipos más grandes del fútbol, el Manchester United.
El encuentro comenzó con dominio latente de un Manchester United que no era un simple invitado a la fiesta del Leicester. Los Red Devils, tras una temporada irregular, se están jugando la cuarta posición que da acceso a Champions League frente a West Ham y Manchester City. Mostrando superioridad a través del balón, un buen centro de Valencia encontraba solo a Martial quién con un disparo a bocajarro batía a Kasper Schmeichel.
El acoso local era una constante y continuó después del primer gol, pero en el minuto 17, y tras una gran oportunidad local, una falta lateral botada por Drinkwater encontraría al capitán Wes Morgan, que haciendo gala del poderío físico que le caracteriza se imponía a su marca y anotaba a placer el 1-1.
El empate dio aire al Leicester
A partir de entonces, volvió la calma al partido dentro de la intensidad en la que se mueve el Leicester. A partir de robos e intentos de contra, los de Claudio Ranieri trataron de llegar con peligro a la meta de David De Gea, al mismo tiempo que el Manchester buscaba lo mismo en la contraria. Un error de Danny Simpson pudo acabar en el 2-1, pero la rápida reacción del lateral y de Schmeichel impidieron un nuevo tanto local. El descanso llegaba con la sensación de haber pasado lo peor, pero quedaban 45 minutos de asedio del United.
Pero al contrario de lo esperado, el acoso llegó por parte visitante. Okazaki se quedó a escasos centímetros de adelantar al Leicester, y Ulloa avisó después. El United quería tener el balón, pero Mahrez lo mantenía en su haber, buscando el peligro y arañando segundos al marcador por partes iguales, consciente de que, a pesar de la gesta que podría resultar ganar el título en el Teatro de los Sueños, un empate era también un gran resultado.
El tramo final del encuentro se vivió con la máxima tensión que un gol del Leicester convertiría en delirio. Ambos tuvieron sus ocasiones, y los foxes sufrieron la expulsión de Drinkwater por una acción en la que el United pidió penalti. No se materializó la falta ni ninguna de los balones al área de los últimos minutos. El equipo revelación de la temporada sobrevivía con diez jugadores, y el fin de semana que viene, con once y frente al Everton, tendrán una nueva oportunidad de proclamarse campeones de la Premier League, aunque su sueño podría cumplirse antes.
Un pinchazo del Tottenham valdría
Y es que a pesar de no haber logrado la victoria en Old Trafford, el Leicester City puede proclamarse campeón al término de esta jornada si el Tottenham, único rival por el título para los foxes, no consigue ganar en Stamford Bridge en su duelo del lunes frente al Chelsea. Los de Mauricio Pochettino tratarán de sacar los tres puntos si quieren seguir teniendo una pequeña aspiración de proclamarse campeones de la Premier League.
En los dos encuentros restantes, el entrenador del Leicester City, Claudio Ranieri, podrá volver a contar con uno de sus pilares en el equipo, Jamie Vardy, toda vez que su sanción – ampliada por las protestas posteriores –, después de ser expulsado en el encuentro frente al West Ham, haya llegado a su fin. El máximo goleador del líder podrá ayudar a sus compañeros a confirmar el histórico título desde el terreno de juego.