Bennett logra el doblete en la Vuelta en un día de respiro y susto final

Sam Bennett se impuso en la decimocuarta etapa de la Vuelta a España, con final en Oviedo. Los favoritos vivieron una jornada tranquila hasta los últimos kilómetros, en los que una caída en la que se vieron involucrados sin consecuencias Tadej Pogacar y Alejandro Valverde. Bennett se aprovechó del caos provocado por el percance en el pelotón y se impuso a Richeze en un sprint que acabó siendo cosa de dos y en el que el irlandés se coronó por segunda vez en lo que va de Vuelta.

La resaca de Los Machucos se iba a vivir con una etapa de kilometraje notable, por encima de los 180, pero un tránsito aparentemente asequible entre las localidades de San Vicente de la Barquera. Los organizadores de la Vuelta habían decidido dar un respiro al pelotón en esta decimocuarta etapa, más allá del pensamiento de los sprinters, quienes volvían a tener una oportunidad después de días de sufrimiento entre cuesta y cuesta.

Para darle un poco de vidilla al final, una pequeña rampa en la llegada de Oviedo pondría a prueba el momento de forma de los hombres más rápidos del pelotón, siempre y cuando sus equipos pudieran eludir la llegada a meta de una fuga que no fue todo lo numerosa que hubiera sido necesario para fructificar. El tesón de Silvan Dillier, Luka Pibernik, Harm Vanhoucke, Salvatore Puccio y en menor medida Diego Rubio y Stephane Rossetto, les permitió llegar con vida hasta los kilómetros finales, en los que el treno del Quick-Step se propuso monopolizar la llegada.

Sin embargo, y ya bajo la protección de los tres kilómetros, una caída sacudió al pelotón afectando al que posiblemente era el gran favorito al triunfo parcial teniendo en cuenta la cuesta final, Luka Mezgec. Alejandro Valverde y Tadej Pogacar también se vieron involucrados sin consecuencias aparentes más allá de heridas superficiales y golpes, dejando por delante escasamente a quince corredores de los que se destacaron un precipitado Van der Sande, Richeze y el vencedor de la etapa, Sam Bennett, quien sin necesidad de agarrarse abajo en el manillar dominó con maestría una llegada accidentada que sirve de preludio para la llegada de los dos colosos asturianos de domingo y lunes.