El Atlético vive una pesadilla en Leganés

Cae tras 15 victorias consecutivas en una tarde en la que todo salió mal

En la primera parte tuvo que golear, pero se estrelló tres veces contra la madera

El colmo fue un penalti fallado por Griezmann en el minuto 90

Atlético
El Leganés frena al Atlético.
Tomeu Maura

El Atlético vive una pesadilla en Leganés y pone fin de la forma más cruel posible a su histórica racha de 15 victorias consecutivas. El equipo tuvo que marcharse a los vestuarios con el resultado resuelto, pero se estrelló tres veces contra la madera y luego pagó con sangre su mala salida al campo tras el descanso. El colmo del infortunio fue un penalti fallado por Griezmann en el minuto 90 para culminar una segunda parte horrible en la que sólo remató una vez entre los tres palos, a los 96 minutos.

El Leganés inició las hostilidades desde el mismo momento en el que se puso en juego el balón y tardó menos de un minuto en acelerar el ritmo cardíaco de la grada cuando un disparo de Juan Cruz se perdió muy cerca de Oblak, que al lanzarse a por el balón se golpeó con la base del poste. La mirada de Simeone fue suficiente para fulminar a todo el equipo.

El Atlético captó la advertencia y se sacudió las legañas de inmediato para darle a su rival una respuesta contundente. A los once minutos un pase de Giuliano llegó a pies de Julián, cuyo remate se fue al travesaño. La araña estuvo aún más cerca poco después, pero Nastasic evitó el gol con Dmitrovic ya batido. El partido ya estaba a esas alturas a pleno rendimiento, con las pulsaciones al límite. En Butarque nadie daba tregua.

Dominado por un Atlético voraz, el Leganés encontró un hueco entre las tropas enemigas en una cesión de Le Normand que se quedó corta. De la Fuente olió el error y se interpuso para buscar el remate, pero ahí surgió poderoso Oblak para evitar el gol. En la jugada siguiente Barrios llegó hasta el borde del area, pero le faltó puntería. Más acertado estuvo Griezmann, pero no lo suficiente. El francés disparó a la base del poste a los 25 minutos y luego Dmitrovic le sacó el segundo intento.

A esas alturas, con cuatro ocasiones clarísimas desperdiciadas, el Cholo empezaba a impacientarse. Y más aún cuando Gallagher cabeceó al travesaño tres minutos después. Melero anuló la jugada, pero la repetición demostró que si el balón hubiera entrado el VAR le habría dado validez al gol. Entregado, intenso y ambicioso, al equipo sólo se le podía poner un pero, su falta de efectividad. Un pecado capital en el fútbol profesional.

Con nueve disparos a puerta, tres de ellos a la madera, pero sin haber sido capaz de marcar, se marchó al vestuario un Atlético consumido por el desespero de comprobar como su enorme superioridad no se había traducido en nada positivo. El Leganés, sobre la lona pese a haber recibido tantos golpes, abandonó el césped con un sentimiento inverso y la satisfacción de un resultado que le compensaba el sufrimiento.

Lino fue la novedad rojiblanca a la vuelta de vestuarios, con Brasanac incorporado también a la alineación de un Leganés que aprovechó la empanada inicial de los de Simeone para sacar petróleo. A los 49 minutos Nastasic aprovechó un error de Barrios en un saque de esquina para cabecear abajo, a un lugar al que no llegó Oblak.  El Atlético, que había merecido resolver el partido en el primer tiempo, se vio por debajo en el marcador.

Con el grifo de ocasiones cerrado en la segunda parte, Simeone mandó al campo a Koke y Llorente primero y a Correa después para tratar de vencer la resistencia de un Leganés totalmente cerrado que no dejaba ni el menor hueco al líder, que había entrado en un verdadero agujero negro del que no sabía como salir. El resultado, de hecho, no parecía correr el menor peligro. El Cholo, al límite, llegó al punto de recurrir a Adrián Niño ante la sequía absoluta de sus delanteros. Al paso por el minuto 80 el Atlético no había sido capaz de disparar ni una sola vez en toda la segunda parte. Lo hizo Correa a los 81, pero muy desviado. Tampoco Niño tuvo puntería a los 84.

Lo peor, sin embargo, estaba por llegar. A los 89 minutos Figueroa avisó a Melero de una mano de Sergio en el área. El monitor confirmó la infracción, pero Griezmann lanzó posiblemente el peor penalti de su carrera deportiva para acabar de culminar una verdadera pesadilla de partido. Una tarde para olvidar cuanto antes.

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