El club madrileño, al descubierto

Así se reparten las acciones del Fuenlabrada: de la familia Praena hasta ¡Gao Ping!

Jonathan Praena ha conseguido ascender al mando del Fuenlabrada con métodos poco tradiciones

Deudas, ampliaciones de capital dudosas y el asesoramiento de los Tebas le acompañan

fuenlabrada
Así se reparten las acciones del Fuenlabrada.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

La pregunta está en boca de todo el mundo: ¿quién es el verdadero dueño del Fuenlabrada? Jonathan Praena, su presidente, inició en 2014 un camino que ha llevado a su familia a controlar el club después de que todo comenzase a través un préstamo cercano a los 400.000 euros del Grupo Pradena, un conglomerado empresarial que contaba con inmuebles y negocios de hostelería.

Desde que entró en el equipo madrileño, Praena ha ido incrementando su poder a través de compras de paquetes accionariales y ampliaciones de capital que han dejado a una empresa encabezada por su padre –Esaesnu SL– como el accionista mayoritario del club y a su hermana Patricia como vicepresidenta y directora general. Resulta curioso que Jonathan no aparezca en el accionariado de Esaesnu SL, pero en su familia se han querido cubrir ante posibles incidentes futuros.

Grupo Pradena, tras invertir cerca de 400.000 euros, se hizo con el control de las decisiones del club en 2015 –aunque la escritura se formalizó en marzo de 2016– poseyendo un 30% del total del accionariado. Compraron un 60% del paquete accionarial de Detel Telme SL, quien a su vez poseía el 51% de las acciones del club; mientras que el otro 49% estaban en manos de Julián Pérez Escolar, con quien tenían apalabrada la venta futura. A Jonathan Praena se le encomienda la parte del fútbol, mientras que su socio Alberto lleva el asunto inmobiliario.

El presidente del Fuenlabrada, desde su llegada, intenta dar notoriedad y visibilidad al club buscando colmar sus ambiciones personales. Reforma el palco, pone un catering desorbitado para un equipo de Segunda B –todos los domingos se cortaba un jamón 5 J–, se codea con periodistas famosos y hasta trae a un entrenador mediático como Fernando Morientes. Los resultados, sin embargo, no cuajan y la inversión en el club empieza a ser cada vez más deficitaria. Entre las diversas chapuzas acometidas por Jonathan destaca que el propio Ayuntamiento le prohibió tener colocada una grada en el estadio Fernando Torres por no estar homologada ni ser segura.

Así las cosas, el Fuenlabrada consigue sostenerse porque los otros negocios de Grupo Pradena financian –muchas veces en metálico– los vaivenes del equipo. La confianza entre los dos amigos y socios empieza a deteriorarse. Como dato curioso, Jonathan presumía que el Fuenlabrada no iba a caer nunca porque hasta el famoso empresario chino Gao Ping tenía acciones e intereses en el club.

Y llegaron los Tebas

La situación, sin embargo, no era la más idónea para el club y en 2018 Jonathan contacta con el despacho de Javier Tebas para que asesore al Grupo Pradena en todos los sentidos propiciando el aterrizaje de Javier Tebas hijo en el club como secretario no consejero del club a razón de un contrato de seis cifras. Esa situación se formalizó cuando se hizo público en el Registro Mercantil de Madrid 1 de octubre de 2019, pero los Tebas ya se habían puesto a trabajar a pleno rendimiento en el club desde mucho antes.

En la última temporada del club en Segunda B –ya con los Tebas a bordo–, Jonathan Praena ejecuta un movimiento maestro. El presidente insta a su padre a crear Esaesnu SL para comprar con esa empresa el 49% de las acciones en poder de Julián Pérez Escolar. Este empresario, cansado del déficit anual del equipo, se desprendió de sus boletos por una cantidad próxima a 500.000 euros. Jonathan y su familia no tenían ese dinero, pero como ya hicieron con Padrena pidieron pagarlo a plazos entregando un pago inicial de 60.000 euros.

Mientras Pérez Escolar oficializaba la venta de sus acciones el 30 de mayo de 2019, dos días después el Fuenlabrada conseguía un sorprendente ascenso a Segunda División. El equipo pasaba de valer 0 a 12 millones, pero había muchas cosas que trampear. En la compra también se incluyó la deuda del club con Julián Pérez Escolar justificando así no acudir a dicha ampliación sin diluir su participación por la ampliación por valor de 1,8 millones de euros, que se realizó sin gastar ni un céntimo, puesto que la mayor parte era deuda con el anterior accionista.

Luego Praena firmó un convenio con el Ayuntamiento de Fuenlabrada mediante el que se garantizaba el derecho de uso del estadio Fernando Torres durante 25 años. Tinsa, el tasador referente en España, valoró el coliseo fuenlabreño en dos millones de euros, cantidad que no contentó ni mucho menos al presidente. Fue entonces cuando Tebas apareció y como si fuese un ángel de la guarda –ahora lo está demostrando– consiguió que la tasación del estadio subiese a ¡¡¡5,5 millones de euros!!! en una nueva tasación realizada a finales de 2019, realizada por arquitectos cántabros afines al presidente de la patronal a través de la firma BDR.

Otro favor de Tebas

Ese dinero permitió que el Fuenlabrada salir de la quiebra técnica en la que se encontraba y sanease por completo sus cuentas hasta llegar a dar beneficio de 940.047 al término de las cuentas de esa temporada, pero en el informe de auditoria de Galvez se da cuenta de que esa maniobra es a todas luces irregular por realizar «posteriormente a la fecha límite señalada por la legislación mercantil». Muchos se preguntan, ¿qué hay del férreo control económico que realiza Tebas a otros clubes de Segunda División?

El hecho es que Galvez Auditores –que han mostrado independencia en sus informes– han sido despedidos y a cambio han fichado a BDR Auditores, quienes curiosamente fueron la firma encargada de inflar los números de tasación al estadio Fernando Torres. Este acuerdo se ha hecho público el 3 de agosto, días después de que saltase todo el caso Fuenlabrada. ¿Puede que estos auditores obedientes puedan querer ayudar a la Liga?

Sea como fuere, la sociedad del padre de Praena es la que ha ido comprando y comprando las acciones diluidas hasta hacerse con una mayoría aplastante en el club. ¿Y cómo cobra la familia de Jonathan del club? Su hermana Patricia, vicepresidente de la entidad, creó en verano de 2018 la empresa Triensan SL, que factura mensualmente al Fuenlabrada por múltiples servicios prestados. A falta de las cuentas de este año –dicen en el club que la facturación puede alcanzar los 350.000 euros–, la compañía de la hermana de Jonathan realizó un aumento del capital social de la compañía de 54.600 euros en la temporada 2018/19, cuando estaban en Segunda B. Gestiones Deportivas y Ocio Triensan SL, otra empresa en la que aparece la hermana y Jonathan, también factura importantes cantidades al club mensualmente.

Jonathan Praena, quien tiene que dar todavía muchas cuentas y que está investigado por alzamiento de bienes e insolvencia punible, no ha pagado su deuda con Grupo Pradena –los que le abrieron la puerta del club– ni ha terminado de pagar a Julián Pérez Escolar, a quien le sacó las acciones a precio de saldo. El presidente está muy señalado, pero ha conseguido montar un sistema piramidal en cooperación con los Tebas que merecería un Pulitzer de economía aplicada.

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