El escalador sigue demostrando en las redes sociales que no tiene pelos en la lengua

Alberto Ginés: ni la fama cambia al Spiderman español

Alberto Ginés
Alberto Ginés en los Juegos Olímpicos
Guillermo Sáez

Alberto Ginés se erigió en la gran sorpresa de España en los Juegos Olímpicos de Tokio. Con apenas 18 años, el escalador llegaba a Japón con el objetivo de ganar experiencia pensando en los siguientes Juegos que acogerá París dentro de tres años, pero sorprendió a todos sus rivales para colgarse el oro. Ese éxito le catapultó a la fama, pero basta con echar un vistazo a sus redes sociales para comprobar que sigue siendo un chaval normal, con la mismas preocupaciones y formas de expresarse que todos sus compañeros de generación que jamás podrán ni soñar con una medalla olímpica. No necesita community manager ni discursos impostados. La franqueza es su marca personal y ya lo era hace unos meses, antes de su meteórica irrupción en el Parque Deportivo Urbano de Aomi:

Pero la pesadilla se acabó transformando en un logro memorable, en una medalla que miles de deportistas persiguen a lo largo de sus carreras sin llegar a conseguir nunca. Alberto Ginés lo hizo con la mayoría de edad recién cumplida y no dudó en mostrar a su abuela tatuada para la ocasión. Al mismo tiempo, descubría que la fama también podía tener un reverso amargo.

 

Entre las nuevas obligaciones unidas a la medalla de oro de Alberto Ginés, un torrente de homenajes de todo tipo que exigían cambios en el vestuario habitual. Llegaba el momento de ponerse de punta en blanco para recibir todos esos agasajos y tampoco ocultó la vergüenza que le daba ponerse la americana y los zapatos. En los últimos meses se ha familiarizado con su famoso traje.

Ni los accidentes cotidianos ni los actos más solemnes escapan a la mirada fresca de Alberto Ginés, una ‘rara avis’ en las versiones robóticas que los deportistas profesionales a menudo exhiben en sus redes sociales.

Mientras sigue recibiendo reconocimientos tres meses después de los Juegos Olímpicos, Alberto Ginés ha vuelto a los duros entrenamientos de un deporte especialmente exigente como el suyo.

Además, tampoco tiene miedo a expresar lo que piensa de otros colegas ni de las condiciones en las que ve obligado a entrenar en su país.

La escalada es uno de los deportes que el pasado verano se estrenó como disciplina olímpica y vivirá su reválida en Paris 2024, donde Alberto Ginés seguirá exhibiendo el mismo descaro que le caracteriza, ya sea subiendo una larga pared de roca o tecleando en la pantalla de su teléfono móvil.

 

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