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Ni vinagre ni bicarbonato: el truco más fácil para eliminar toda la grasa de la freidora de aire

La freidora de aire
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La freidora de aire se ha convertido en uno de los electrodomésticos imprescindibles en muchas cocinas, y no es para menos. Este aparato ha revolucionado la forma en que cocinamos, permitiéndonos disfrutar de platos crujientes y sabrosos sin necesidad de bañarlos en aceite. Gracias a su tecnología que hace circular aire caliente a gran velocidad, podemos obtener resultados similares a los de la fritura convencional, pero con muchas menos calorías. Además, es ideal para quienes buscan opciones prácticas, rápidas y más saludables en su día a día.

Su facilidad de uso y la variedad de recetas que permite preparar han contribuido a su éxito imparable. Sin embargo, como todo en la cocina, también requiere una serie de cuidados. Aunque muchas personas creen que limpiar una freidora de aire es una tarea engorrosa, lo cierto es que, con algunos trucos sencillos y sin necesidad de recurrir a vinagre o bicarbonato, se puede limpiar sin esfuerzo.

¿Cómo eliminar la grasa de la freidora de aire?

Hay un viejo dicho que dice: «No es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia», y en este caso no puede ser más cierto. Uno de los secretos mejor guardados para evitar que la limpieza de tu freidora se convierta en un suplicio consiste en colocar una lámina de papel de horno en el fondo de la cesta exterior (siempre debajo de la rejilla o cesta interior perforada) para que recoja los restos de grasa y líquidos que se desprenden durante la cocción.

Otra opción muy práctica es usar papeles diseñados específicamente para freidoras de aire, que ya vienen cortados a medida y con orificios que permiten el paso del aire. Pero si prefieres usar papel de horno tradicional, puedes hacer tú mismo los agujeros con unas tijeras o un cuchillo. Lo importante es no bloquear el sistema de circulación, ya que esto es lo que permite que los alimentos se cocinen de forma uniforme.

Limpieza paso a paso

Una vez que hayas terminado de cocinar, y siempre que el aparato esté templado (no caliente al punto de quemar ni completamente frío), es el momento ideal para actuar.

En ese punto, los residuos grasos están blandos y se pueden eliminar fácilmente con un estropajo suave, un poco de detergente y agua caliente. Nada de frotar con fuerza ni usar productos abrasivos. Basta con una limpieza normal como la que harías con cualquier sartén antiadherente. Además, muchas freidoras de aire permiten desmontar la cesta y lavarla directamente bajo el grifo o incluso en el lavavajillas.

Si la grasa se ha endurecido, sólo necesitas llenar la cesta con agua caliente y añadir unas gotas de detergente o un producto desengrasante suave. Deja reposar unos 15 a 20 minutos y luego limpia con la parte blanda del estropajo. En la mayoría de los casos, esto es suficiente para ablandar los residuos y retirarlos sin esfuerzo.

Una zona que muchos pasan por alto al limpiar su freidora de aire es la parte superior, donde se encuentran el ventilador y la resistencia. Aunque no requiere una limpieza diaria, sí es recomendable revisarla cada cuatro o cinco usos, especialmente si has cocinado alimentos muy grasos o que salpican, como pollo con piel o carnes adobadas.

Para hacerlo bien, asegúrate de que el aparato esté completamente desconectado y frío. Luego, con un paño ligeramente húmedo, limpia cuidadosamente los restos de grasa o comida que se hayan acumulado en esa zona. Si hay suciedad persistente, un cepillo de dientes viejo de cerdas suaves o un bastoncillo de algodón humedecido en una solución de agua tibia con jabón pueden ser muy útiles.

Errores a evitar

Uno de los errores más frecuentes es verter agua en la cesta y ponerla en funcionamiento para que el vapor reblandezca la grasa, algo que no se debe hacer bajo ninguna circunstancia. Las freidoras de aire no están diseñadas para funcionar con líquidos, y el vapor generado puede subir hasta la resistencia o el ventilador, dañando los componentes eléctricos de forma irreversible.

Otro fallo muy habitual es usar estropajos metálicos, que pueden rayar la superficie antiadherente de la cesta o la rejilla. Estas ralladuras no sólo deterioran el recubrimiento, sino que hacen que los alimentos se peguen más y dificultan la limpieza futura.

También es un error rociar limpiadores químicos directamente dentro de la freidora, sobre todo en la parte superior donde está el ventilador. Esto puede provocar cortocircuitos o dejar residuos tóxicos que afecten los alimentos.

Por último, dejar los restos de comida durante días favorece la acumulación de grasa reseca, malos olores y la proliferación de bacterias. Limpiar justo después de cocinar es siempre la mejor opción.

Mantener limpia la freidora de aire no tiene que ser una tarea complicada. Incorporando algunos hábitos sencillos, como proteger la base con papel de horno, rociar ligeramente con aceite antes de cocinar y limpiar justo después de usar, se puede mantener como nueva con el mínimo esfuerzo.

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