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Los municipios españoles en los que hay más jubilados que trabajadores

Trabajadores y jubilados
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En muchas zonas rurales de España, la población envejecida y la falta de oportunidades laborales han generado un desequilibrio en la relación entre trabajadores y jubilados. En diversas localidades, el número de pensionistas supera ampliamente al de empleados en activo, reflejando un fenómeno que afecta principalmente a municipios de Galicia, Asturias y Castilla y León. Este desajuste demográfico no sólo afecta al mercado laboral local, sino que también condiciona la economía de estas comunidades autónomas, donde las pensiones se han convertido en la principal fuente de ingresos.

La despoblación, sumada a la escasa oferta de empleo, provoca una disminución en el número de cotizantes, incrementando la dependencia del sistema de pensiones. Los datos reflejan una realidad preocupante: en algunos municipios hay más del triple de jubilados que de trabajadores. Este fenómeno es más evidente en pequeñas localidades donde los jóvenes han emigrado en busca de mejores oportunidades y la actividad económica ha disminuido drásticamente. Como consecuencia, los establecimientos comerciales han reducido su presencia, quedando en muchos casos limitados a una farmacia, un pequeño supermercado y un único bar. La falta de empresas y el cierre de negocios agravan aún más la situación, ya que sin empleo no hay nuevos residentes ni cotizantes que sostengan el sistema.

Municipios con más jubilados que trabajadores

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revelado que en España la media de trabajadores por cada jubilado es de 2,4, pero en ciertas localidades esta proporción se reduce a cifras alarmantes. Por ejemplo, en algunas zonas rurales de Zamora, Salamanca u Orense, apenas hay 18 o 20 trabajadores para un centenar de pensionistas. La escasa población en edad laboral y la ausencia de nuevos negocios consolidan este escenario, dificultando cualquier intento de reactivación económica.

La distribución geográfica de este fenómeno evidencia que las provincias más afectadas son aquellas con un elevado índice de envejecimiento y un pronunciado éxodo juvenil. Provincias como León, Zamora y Salamanca lideran la lista con decenas de municipios donde las pensiones son la principal fuente de ingresos. En otras regiones, como Extremadura y el norte de Castilla-La Mancha, también se observan casos similares, aunque en menor proporción.

El impacto económico de esta situación es significativo. A pesar de que el número de municipios sostenidos principalmente por pensiones ha disminuido en los últimos años, la brecha entre ingresos por cotizaciones y gasto en pensiones sigue creciendo. El desfase financiero de la Seguridad Social se ha incrementado considerablemente, obligando al Gobierno a transferir fondos adicionales para cubrir el déficit.

Ante esta situación, surgen diversas estrategias para tratar de revertir la tendencia. Entre ellas, se promueve el fomento del empleo en estas localidades a través de incentivos fiscales, apoyo a emprendedores y mejoras en la conectividad y en los servicios públicos. Además, se buscan políticas que faciliten el retorno de jóvenes a sus lugares de origen, proporcionando oportunidades de desarrollo profesional y acceso a vivienda.

Sin embargo, la solución no es sencilla y requiere una combinación de esfuerzos entre administraciones, sector privado y la propia sociedad para garantizar un equilibrio demográfico sostenible en el futuro.

Las provincias más envejecidas de España

El envejecimiento de la población en España es un fenómeno imparable que afecta especialmente a ciertas provincias, sobre todo en el noroeste del país. La combinación de una alta esperanza de vida y una de las tasas de natalidad más bajas del mundo está provocando un rápido envejecimiento demográfico. Castilla y León, Galicia y Asturias son las comunidades más afectadas por esta realidad, con provincias como Zamora, Orense y Lugo a la cabeza en porcentaje de población mayor de 65 años.

La llamada «España vaciada» se enfrenta a un desafío creciente debido a la emigración de jóvenes en busca de oportunidades en grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Esta situación ha llevado a provincias como Zamora a alcanzar un índice de envejecimiento del 326,8%, lo que significa que hay más de tres personas mayores de 64 años por cada menor de 16. León, Salamanca y Palencia también presentan cifras alarmantes, reflejando un problema estructural que requiere soluciones urgentes.

Mientras tanto, otras regiones de España, especialmente en el sur y el centro, muestran un perfil demográfico más joven. Provincias como Guadalajara y Toledo han logrado atraer población joven gracias a su cercanía a Madrid y a una mayor oferta laboral. Además, la llegada de inmigrantes ha contribuido a reducir el impacto del envejecimiento en estas zonas.

A nivel global, España se encuentra en el puesto 23 entre los países más envejecidos, aunque la tendencia es preocupante. Con una de las tasas de natalidad más bajas del planeta, el país podría situarse entre los más envejecidos en las próximas décadas. Japón encabeza el ranking mundial, seguido por Italia, Portugal y Alemania, lo que refleja un patrón común en las naciones desarrolladas.

El envejecimiento plantea desafíos en áreas clave como la sanidad, la sostenibilidad del sistema de pensiones y la atención a la soledad no deseada. Adaptar las políticas públicas para garantizar una mejor calidad de vida a la población mayor será una de las claves para el futuro de España.

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