Lo afirman: esta es la fecha en la que tendrá lugar el fin del mundo

En una perspectiva astronómica, el fin del mundo se vincula con los cambios proyectados en el Sol durante su evolución estelar. Se estima que en unos 5.000 millones de años, el Sol agotará su reserva de hidrógeno y se transformará en una gigante roja, expandiéndose y consumiendo los planetas más cercanos, incluyendo la Tierra. Este escenario marcaría el cese de la habitabilidad del planeta para formas de vida conocidas en la actualidad.

Los expertos ya hablan claro sobre lo que puede ocurrir en caso de que un evento astronómico supusiera el fin de la Tierra tal y como la conocemos y te lo contamos a continuación.

¿Qué es una Supernova?

Una supernova, un evento astronómico que marca el final de la vida de una estrella masiva, es una explosión cataclísmica que libera una inmensa cantidad de energía en forma de luz y radiación. Durante este fenómeno, la estrella experimenta un colapso gravitacional seguido de una liberación de energía violenta, volviéndose extraordinariamente brillante y superando en luminosidad a una galaxia entera por un breve período. La energía liberada puede ser detectada a distancias astronómicas.

Estos eventos cósmicos desempeñan un papel crucial en la evolución del universo, generando elementos más pesados que el hierro, como el oro y el uranio, que se dispersan en el espacio y se convierten en la base para futuras estrellas y planetas. El estudio de las supernovas ha permitido a los astrónomos comprender la vida y muerte estelar, así como el ciclo de elementos en el cosmos.

Según la información que manejan los científicos actualmente, el Sol explotará dentro de 5.000 millones de años. Este pronóstico se basa en eventos astronómicos, como una supernova descubierta recientemente a 12.000 años luz de la Tierra. El sol seguirá un destino similar, expandiéndose y destruyendo los cuerpos celestes en el sistema solar, dejando solo metales pesados, polvo y gas.

¿Qué ocurriría si el Sol se apagara por completo?

La existencia del Sol es fundamental para sustentar la vida en la Tierra, proporcionando luz, calor y energía. En caso de que el sol se apagara, las consecuencias no serían instantáneas. La Tierra conservaría su calor durante un periodo de tiempo, aunque los efectos de la falta de luz solar serían evidentes en pocos días, afectando a humanos y plantas.

La primera diferencia  notable sería la falta de luz solar, aunque aún tendríamos la iluminación lunar en momentos específicos y ubicaciones. Durante un tiempo, la electricidad y los combustibles fósiles podrían suplir la ausencia de luz solar, permitiendo la iluminación artificial.

Sin la luz solar, la fotosíntesis desaparecería, reduciendo la productividad natural de la Tierra en un 99,9%, ya que las plantas no podrían realizar el intercambio gaseoso esencial para su supervivencia. Aunque teóricamente habría oxígeno suficiente para miles de años, el inevitable deterioro del mundo sería evidente.

En una semana, la temperatura terrestre disminuiría, llevando al congelamiento de mares y océanos. Y, por último, teniendo en cuenta que, además de proporcionar calor e iluminación, el Sol es responsable de la gravedad que nos mantiene en órbita, la falta de la masa solar nos lanzaría a la deriva en el espacio después de ocho minutos, alterando nuestra órbita terrestre de forma irreversible.

¿Cuáles son las principales teorías?

Además de la explosión del Sol, hay otras teorías sobre el fin del mundo.

• La posibilidad de una guerra nuclear sigue siendo motivo de preocupación, ya que varios países poseen dispositivos de destrucción masiva capaces de alterar el mundo de manera drástica. En caso de conflicto, se desencadenarían explosiones devastadoras y radiaciones letales, afectando no solo a las poblaciones humanas, sino también contaminando alimentos y agua. Además, la calidad del aire se vería comprometida, y existe el riesgo de un invierno nuclear, con temperaturas extremadamente frías y consecuencias perjudiciales para la producción de alimentos.
• En el contexto del auge de la Inteligencia Artificial (IA), ha surgido la visión apocalíptica de un mundo dominado por robots. Estos dispositivos ya desplazan numerosos empleos humanos y se prevé que esta tendencia continúe en el futuro. Aunque las máquinas inteligentes tienen el potencial de aumentar la productividad, existe una preocupación generalizada acerca de que no solo amenazan el empleo humano, sino la supervivencia de la civilización en su conjunto. Este temor, denominado por Isaac Asimov como el «complejo de Frankenstein», refleja el miedo a que las máquinas inteligentes se rebelen y destruyan a sus creadores humanos.
• Aunque pandemias al estilo de ‘The Walking Dead’ podrían concebirse, la realidad actual, marcada por la pandemia del Covid-19, demuestra que existe un riguroso control epidemiológico y operaciones de alerta y respuesta ante brotes. A pesar de que el Covid-19 ha causado más muertes que muchas otras amenazas, hay limitaciones naturales en la evolución de las enfermedades.

Es crucial aclarar que el fin de la Tierra, en términos astronómicos, no ocurrirá en un futuro cercano. El planeta tiene una vida estimada de miles de millones de años más antes de experimentar cambios significativos a escala cósmica. No obstante, es esencial contemplar otros aspectos vinculados a la vida en la Tierra y su sostenibilidad, considerando el futuro de la habitabilidad del planeta.