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La expresión catalana que pone los pelos de punta a los andaluces: «Suena fatal»

La expresión catalana
Barcelona.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Barcelona es una ciudad que no deja indiferente a nadie. Sin embargo, vivir en la Ciudad Condal implica adaptarse a un entorno donde conviven el castellano y el catalán, como le ha ocurrido a Ángela Ramírez, una influencer originaria de Málaga que lleva más de cuatro años viviendo en Cataluña. Desde su llegada a Barcelona, Ángela ha compartido su día a día y su progreso en el aprendizaje del catalán a través de su cuenta de TikTok, donde ya cuenta con más de 3.000 seguidores.

El aprendizaje de un nuevo idioma, según Ángela, va mucho más allá que simplemente memorizar palabras: «No se trataba sólo de memorizar traducciones literales, sino de captar la intención, el ritmo y la naturalidad con que se usan». Expresiones como «ara vaig» y «ara vinc» son ejemplos claros de cómo una simple frase puede transmitir no sólo información, sino también pertenencia cultural.

La expresión catalana que sorprende a los andaluces

@angela.rule Eso si, el acento es intocable 😉 #tiktokcatalà #Barcelona #parati #malaga ♬ Berghain – ROSALÍA & Björk & Yves Tumor

Recientemente, Ángela ha compartido un vídeo en el que explica que durante los años que lleva viviendo en Barcelona ha cambiado varias palabras y expresiones de su vocabulario cotidiano para adaptarse al catalán: «éstas son palabras que he cambiado de mi vocabulario al llevar cuatro años viviendo en Cataluña, siendo de Málaga. Ya no digo «ahora voy», digo «ara». «Ara vaig», «ahora voy» en catalán», comienza explicando.

Este cambio inicial le permitió darse cuenta de algo que para muchos puede pasar desapercibido: «Me he dado cuenta de que los andaluces no somos los únicos que recortamos las palabras».  Otra de las expresiones que ha adoptado es «echarme una siesta», que en catalán se traduce como «fer la migdiada». Según ella, «es como que haces la traducción literal y ya. Pues se me ha quedado».

Por otro lado, «tocar el timbre es algo que se ha quedado en el pasado. Ahora es «pica». El timbre es más cool. Ésta sigo sin entenderla mucho, pero la utilizo más de lo que pensaba». Algunas expresiones le resultaron incluso extrañas al principio, como «ahora vengo», que reemplaza al clásico «ahora voy». Según explica, «es que me suena fatal».

Otros cambios que ha incorporado en su vocabulario incluyen «qué fuerte» por «què fort», y «gracias» por «merci». Ángela subraya que «la utilizo desde el día uno. Le da un toque más internacional al asunto, aprovechando para despedir el vídeo». Una parte interesante de su experiencia es cómo el idioma influye en la percepción de los hábitos y costumbres. «Cuando empecé a vivir aquí, muchas frases y palabras me sonaban extrañas, pero poco a poco las fui incorporando a mi vocabulario», explica.

El aprendizaje del catalán y la integración cultural también han influido en su percepción de la propia identidad. «Este proceso de adaptación ha sido enriquecedor y revelador. Me ha mostrado que aprender un idioma va más allá de las reglas gramaticales y el vocabulario básico. Es absorber la cultura, entender los matices, respetar las formas de expresión y ser capaz de incorporarlas a la vida diaria».

Además, su experiencia demuestra que el aprendizaje de un idioma puede ser divertido y gratificante. «Lo que empezó como una curiosidad lingüística se ha convertido en una herramienta de integración y comunicación efectiva», señala la joven malagueña.

Su experiencia es un testimonio de cómo no basta con aprender vocabulario; es necesario comprender los contextos, los matices y la manera en que las palabras se utilizan en la vida diaria. Éstas son algunas de las respuestas al vídeo:

  • «Ni loco cambiaría el andaluz por el catalán».
  • «Una andaluza que no tiene manía al catalán, una grata sorpresa».
  • «Y lo que te agradecemos los catalanes que integres en ti algo nuestro, gracias».
  • «Yo no entiendo qué veis de raro en decir «ahora vengo». Es que vengo, es normal».
  • «Para mí, granadina, es el «no cal», nunca me sale en castellano».
  • «Pero si en Málaga también decimos ‘ara’, es algo precioso».
  • «Después de ocho años viviendo en una de las ciudades donde más se habla catalán, sigo sin entender por qué dicen «ara vinc»».
  • «Gracias por integrarte y mostrar interés por nuestra lengua, te lo agradecemos muchísimo, una catalana más».
  • «En siete años no se me ha pegado el «adeu», pero el «no cal» y el «mersi» no los suelto ni cuando estoy en Andalucía».
  • «Qué forma tan sencilla y bonita de mostrar respeto e inteligencia, merci».
  • «Soy de padres antequeranos y adaptados a Cataluña como uno más».
  • «No sabes cómo te agradecemos tu esfuerzo por integrarte. Para que sigas aprendiendo, al fregadero le llamamos «pica».

Barcelona es un destino muy atractivo para quienes deciden quedarse. La experiencia de Ángela demuestra que, con esfuerzo y ganas de aprender, es posible adaptarse, integrarse y disfrutar de todo lo que la ciudad tiene para ofrecer.

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