Navidad

Estos son los cuatro escenarios de contagio en las cenas de Navidad según un modelo matemático

Investigadores del MIT han desarrollado un modelo matemático en el que se establecen los cuatro escenarios posibles (y su riesgo de contagio) que se pueden dar en las reuniones de 10 personas estas Navidades.

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Qué riesgo real de contagio puede haber estas Navidades

¿Cómo van a ser realmente las cenas de Nochebuena o Nochevieja en tiempos de pandemia? A pesar de tener ya establecidas una serie de pautas marcadas desde el Consejo Interterritorial de Salud, todos tenemos claro que estas van a ser unas Navidades atípicas pero si deseas conocer cuál es el riesgo real de contagio en las comidas y cenas navideñas que se van a celebrar este 2020, surge ahora un modelo matemático en el que se plantean cuatro escenarios de lo que podría suceder.

Estos son los cuatro escenarios de contagio en las cenas de Navidad según un modelo matemático

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Un máximo de 10 personas (aconsejando que sean miembros de dos núcleos familiares) es el «tope» acordado por el Consejo Interterritorial de Salud, representado por el ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, para las reuniones en las fiestas de Navidad y aunque en un principio sabemos que la ciudadanía intentará cumplir con esa medida, igual que ha hecho con el resto de medidas que se han ordenado o como en este caso, recomendado, es evidente que debemos ser cautos y tener conciencia del riesgo real de contagio por coronavirus que todavía existe.

La Navidad de 2020 será como el resto del año, algo atípico. Una celebración que poco va a tener que ver con las Navidades de años anteriores debido a la pandemia que todavía estamos sufriendo, por lo que debemos llevar cuidado y a la hora de reunirnos con nuestras familias en la cena de Nochebuena o en la comida de Navidad, tener en mente ese riesgo de contagio existente.

Para que nos hagamos una idea mucho más clara sobre lo que estamos hablando, un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT, ha desarrollado un modelo matemático en elque explica los cuatro escenarios que se pueden dar en los interiores de las casas cuando se produzcan, en este caso, las esperadas celebraciones navideñas.

El grupo ha planteado una situación genérica, en la que 10 personas se reúnen en un espacio cerrado de unos 20 metros cuadrados, y una de ellas está contagiada de coronavirus.

Los cuatro escenarios de riesgo estas Navidades

Según los investigadores del MIT, estos son los cuatro escenarios posibles que se pueden generar en relación al riesgo de contagio:

  • Primer escenario: Con la habitación estando ventilada, las personas llevando mascarilla y hablando en tono normal, la seguridad se cifra en 71 minutos.
  • Segundo escenario: La seguridad bajaría a 14 minutos en caso de que la estancia siga estando ventilada, el tono de la conversación sea normal, pero los asistentes no llevan mascarilla.
  • Tercer escenario: Con la habitación cerrada y los asistentes sin mascarilla, y sin que se haya producido un aumento del tono de voz, se produciría un contagio a los 12 minutos.
  • Cuarto escenario: Con las ventanas cerradas, sin que los asistentes lleven mascarilla y hablando alto, la infección se produciría en apenas nueve minutos.

Para plantear estos cuatro escenarios, el grupo ha establecido el contagio por aerosoles (a través del aire) de modo que son solo algo que nos sirva como una guía para hacernos una idea de lo que podría ocurrir, aunque podrían variar en función de que se den otro tipo de situaciones, como que aumente el número de asistentes, que la habitación tenga otras dimensiones, o por ejemplo que se den situaciones nada recomendables como el hecho de compartir platos, vasos o cubiertos mientras estamos cenando o comiendo.

¿Cómo podemos conseguir que nuestras reuniones navideñas sean seguras?

A partir de lo establecido  por estos investigadores del MIT podemos pensar en si tal vez las Navidades que teníamos pensado celebrar van a ser o no seguras. Evidentemente el riesgo real de contagio está ahí y no es algo que debamos negar o ignorar, pero podemos conseguir una Navidad tranquila siguiendo algunas pautas de seguridad que por otro lado, no difieren mucho de las ya conocidas.

Se recomienda así evitar cualquier tipo de contacto físico estrecho con las personas con las que vayamos a reunirnos. Es decir, nada de abrazos y besos por mucho que la Navidad sea propicio a ello. Además, antes de sentarse a la mesa es imperativo que todos los invitados se laven las manos con agua y jabón durante al menos 40 segundos. 

También será bueno procurar que las reuniones se realicen en espacios o habitaciones en los que se asegure una ventilación constante (a pesar del frío que vayamos a notar si estamos cenando o comiendo con las ventanas abiertas) y que además haya una distancia prudencial entre comensal y comensal (sabiendo que la recomendación de metro y medio va a ser prácticamente imposible que se cumpla). Además, cada comensal deberá tener su plato, cubierto y vaso o copa sin compartir con los demás y quizás tengamos que pensarnos dos veces lo típico de poner bandejas de comida para que cada uno se vaya sirviendo, cuando lo ideal es que haya una persona encargada de repartir la comida a cada comensal. 

No nos olvidemos de las mascarillas, algo que deberíamos utilizar antes y después de las cenas o comidas navideñas, por mucho que nos apetezca seguir sin ella en esa sobremesa en la que nos podemos pasar un buen rato hablando, compartiendo anécdotas o viendo como los niños abren sus regalos de Navidad. Solo así podríamos conseguir celebrar la Navidad reduciendo el riesgo de que se produzca una tercera ola que en definitiva, nadie desea.

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