El Día del Beso: de la traición de Judas al presente

Día del Beso
Detalle de Capitel de la Pasión: el beso de Judas a Cristo.
Pilar Medina Rayo

El 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso para conmemorar el más largo de la historia, tal y como quedó recogido en el libro Guinness de los récords, con una duración de 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. Un estudio de la Universidad de Copenhague indica que besar es una práctica bastante antigua, por tanto, besos ha habido muchos a lo largo de la historia, sin embargo, destaca siempre alguno por su singularidad.

El beso de afecto que esconde traición

«¡Judas! ¿Con un beso me traicionas a mí, el Hijo del hombre?». Qué mayor felonía puede haber que traicionar con un beso a la persona que confía en ti. Ésta fue la señal que utilizó Judas para delatar a Jesús ante los guardias del Templo de Jerusalén. El «beso de Judas» marcó un hito en la historia de la humanidad. Cristo, que murió como judío, tras su muerte fue el origen de una nueva fe: la cristiana.

El beso de despedida

El Día del Beso
Fotografía: Monasterio de San Pedro de Villanueva (s.XII) – Portada. Wikipedia.

En la portada románica del Monasterio asturiano de San Pedro de Villanueva podemos observar dos figuras talladas despidiéndose con un beso. Narra la trágica historia de Favila, hijo de don Pelayo y segundo rey astur. Una mañana del año 739, cuando el reino de Asturias daba sus primeros pasos, Favila parte de montería, dando un beso de despedida a su esposa Froiliuba. Ella trató de persuadirle de la cacería desoyendo él su petición. El rey nunca regresó.

Según la Crónica Albeldense, del año 881, así como en las elaboradas en el 900 por el monarca astur Alfonso III, Rotense y Ovetense, Favila murió «por un oso en el segundo año de su reinado». Parece que quiso dar caza él sólo al animal, resultando despedazado por éste. Sus hombres, al ver lo ocurrido, lograron llevar al oso a una cueva, tapiando después su entrada para que muriera de hambre.

El 5 de abril de 1880, el periódico El Siglo Futuro se hace eco de la siguiente noticia «En Covadonga, en una cueva, y en el lugar donde se hacen los cimientos del magnífico templo que el señor obispo construye, apareció no ha muchos días un oso muy grande, parte de él ya en estado de fósil», dando por sentado, tanto el periódico como la población de la comarca, que se trataba del oso de Favila.

No obstante, aquellos restos nunca fueron los del famoso oso, sino que se trataban de los de un oso cavernario, de lo que dejó constancia el geógrafo y académico Manuel de Foronda en su obra De Llanes a Covadonga: excursión geográfico-pintoresca, en la que hace alusión a uno de los objetos atesorados en la biblioteca de la Colegiata de Covadonga y que resulta ser «una cabeza del oso de las cavernas que, al hacerse el desmonte para emplazar la colegiata en proyecto, fue hallada dentro de una gruta».

El beso más antiguo del mundo

O al menos su representación más antigua. Este beso, recogido en una tablilla mesopotámica, tiene 4.500 años. La escena muestra a una pareja tumbada, desnuda, entrelazada y besándose. De la misma época aparecieron diversos textos que describen los besos durante el acto sexual, siendo estos «una parte de la intimidad romántica, igual que podían formar parte de las relaciones de amistad y de parentesco», describe el asiriólogo Troels Pank Arbøll, especializado en textos cuneiformes.

El Día del Beso

Antes del descubrimiento de esa tablilla, se consideraba que el registro más antiguo de un beso se hallaba en los Vedas, textos religiosos de la literatura de la India, datados en unos 3.500 años. Para Vaughn Bryant, antropólogo que estudia la historia del beso, la extensión de éste se produjo a través de la Campaña de la India de Alejandro Magno en el 326 a. C., «cuando sus generales regresaron a sus países de origen, trajeron consigo los besos». Aunque debemos considerar que, entre sus conquistas, se encuentra la antigua Mesopotamia, donde también pudieron conocer de ellos.

El beso en el reino animal

El beso no es algo exclusivo del ser humano. El primero viene de largo, en concreto desde la cuna de la civilización, estando la teoría dividida entre el comportamiento aprendido o el innato. De ésta última teoría es partidaria la bióloga Sophie Lun Rasmussen, de la Universidad de Oxford, quien asegura, tras sus investigaciones en bonobos y chimpancés, que «ambas especies se besan».

El beso del Muro de Berlín

La caída del Muro de Berlín se produjo el 9 de noviembre de 1989. Durante 28 años lo dividió en dos partes, República Federal de Alemania y República Democrática Alemana, convirtiéndose en símbolo de la Guerra Fría y, para el mundo occidental, en el «Muro de la Vergüenza». Según los registros del Centro de Estudios Históricos de Potsdam, tres mil personas fueron detenidas al intentar cruzarlo ilegalmente, perdiendo 125 de ellas la vida.

La East Side Gallery está realizada sobre parte de ese muro. En 1990 más de cien artistas de 20 países, plasmaron allí sus obras, entre ellos, el pintor ruso Dimitri Vrúbel, que dibujó el «beso fraternal socialista». Esta práctica, denominada «beso soviético», tendría su origen en el Domingo de Pascua a modo de saludo. En 1973 Josef Stalin besa en la boca a Ivan Spirin, galardonado con el título de Héroe de la Unión Soviética, convirtiéndose en el saludo entre los líderes socialistas.

La obra reproduce el hecho producido en 1979 entre el líder socialista Leonid Brézhnev y el jefe de Estado de la RDA Erich Honecker, durante un viaje del primero a Berlín Oriental para celebrar el 30 aniversario de la creación de la República.

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