Recomendaciones literarias: un libro de intriga, una pequeña joya y la novela que me ha destrozado
Tres obras intensas que no te dejarán indiferente
Esta semana recomendamos tres libros muy distintos pero excelentes, perfectos para emocionarse y leer durante los días lluviosos. Por un lado tenemos Todos los colores de la oscuridad de Chris Whitaker, una novela que lo tiene todo; intriga, personajes inolvidables, emoción, giros imprevisibles, crítica social y una historia de amor tan original como triste. También proponemos una pequeña joya literaria que habla de la deuda moral, y de la necesidad de decir todo lo que deseamos en el momento adecuado. Se trata de Las gratitudes de Delphine de Vigan, una historia preciosa sobre la enfermedad, la vejez y los recuerdos. Y por último, El jardinero y la muerte de Gueorgui Gospodínov, el testimonio del autor ante los últimos años de vida de su padre. Una obra maestra que, en lo personal, me ha destrozado y me ha sanado a partes iguales.
‘Todos los colores de la oscuridad’ de Chris Whitaker (Ed. Salamandra)

Sinopsis: Monta Clare, Misuri, 1975. Mientras la guerra de Vietnam llega a su fin y Muhammad Ali se enfrenta a Joe Frazier, la desaparición de varias niñas quiebra la sensación de seguridad característica de esa pequeña comunidad, que se agrava cuando Joseph Patch Macauley es secuestrado. Su mejor amiga, Saint Brown, se propondrá encontrarlo a toda costa, pero, pese a sus esfuerzos, Patch permanecerá casi un año en total oscuridad en un sótano con la única compañía de una niña llamada Grace, a quien escucha, pero nunca ve, y que lo visita en secreto. Tras ser liberado, la búsqueda de Grace se convertirá en el hilo conductor de la vida de Patch, que tomará giros insospechados a lo largo de dos décadas, mientras Saint luchará por hallar la verdad y recuperar a su amigo, a quien cree perdido en un oscuro recuerdo.
Un clásico moderno: Todos los colores de la oscuridad lo tiene todo. Es épico, emotivo, intrigante y adictivo. Que a nadie le asusten sus 560 páginas, se pasan volando. Tiene una prosa contundente y rica sin caer en manierismos y, sobre todo, una construcción de personajes maravillosa. Lo peor, quizá, es su final algo apresurado pero es un mal menor ante una obra tan brillante como ésta.
‘Las gratitudes’ de Delphine de Vigan (Ed. Anagrama)

Sinopsis: «Hoy ha muerto una anciana a la que yo quería. A menudo pensaba: ”Le debo tanto.“ O: ”Sin ella, probablemente ya no estaría aquí.“ Pensaba: ”Es tan importante para mí.“ Importar, deber. ¿Es así como se mide la gratitud? En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante?», reflexiona Marie, una de las narradoras de este libro. Su voz se alterna con la de Jérôme, que trabaja en un geriátrico y nos cuenta: «Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias. Y con el miedo a morir. Forma parte de mi oficio.»
A ambos personajes –Marie y Jérôme– los une su relación con Michka Seld, una anciana cuyos últimos meses de vida nos relatan estas dos voces cruzadas. Marie es su vecina: cuando era niña y su madre se ausentaba, Michka cuidaba de ella. Jérôme es el logopeda que intenta que la anciana, que acaba de ser ingresada en un geriátrico, recupere aunque sea parcialmente el habla, que va perdiendo por culpa de una afasia.
Y ambos personajes se involucrarán en el último deseo de Michka: encontrar al matrimonio que, durante los años de la ocupación alemana, la salvó de morir en un campo de exterminio acogiéndola y ocultándola en su casa. Nunca les dio las gracias y ahora querría mostrarles su gratitud…
Una joya: Este libro es un regalo. Una obra prodigiosa, bellísima e impactante que habla de los recuerdos, de las deudas morales y de la inmortalidad de nuestros actos y de cómo éstos influyen en los demás. Una prosa directa y emotiva para una historia que no se olvida.
‘El jardinero y la muerte’ de Gueorgui Gospodínov (Ed. Impedimenta)

Sinopsis: «Mi padre era jardinero. Ahora es jardín.» En El jardinero y la muerte, Gueorgui Gospodínov nos sumerge en los interminables meses durante los que, día tras día, vio cómo se iba apagando la vida de su padre. Mientras este moría a su lado consumido por la enfermedad, Gospodínov le sostuvo la mano hasta que llegó el fin. Y aun en su lecho de muerte, para él seguía siendo el más alto, el más guapo, el más amable. Seguía siendo su padre. Entre los campos de fresas de la infancia y el inevitable adiós, Gospodínov teje un relato íntimo sobre el duelo y la memoria. ¿Cómo se despide una vida en sus últimos días? ¿Cómo se enfrenta un hijo al derrumbe del héroe que lo protegió? ¿Seguimos existiendo si se va la última persona que nos recordaba como niños? ¿Y cómo afrontamos la ausencia de quienes nos hicieron ser quienes somos?
Duro y sublime: Pocos libros me están haciendo llorar tanto como éste. Escribo en gerundio porque no lo he terminado todavía pero el viaje está siendo más que intenso. Gospodínov nos habla de la muerte para hablar de la vida y del paso del tiempo. Es una obra deliciosa, escrita con mimo que, lejos de la desesperación, te invita a ver la luz en el duelo.
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