El Festival de San Sebastián despide su 64 edición con Jacques Cousteau y el mar como protagonistas
La 64 edición del Festival de San Sebastián cierra esta magnífica edición con la pelicula ‘ The Odissey’, que narra la historia de Jacques-Yves Cousteau, el famoso buceador que descubrió al mundo las maravillas escondidas en el fondo del océano.
El filme de Jérôme Salle exponeel hombre detrás del personaje público, el lado más humano de Cousteau con el foco de atención puesto en su relación familiar. ‘The Odissey’ está protagonizada por Lambert Wilson, interpretando a Cousteau, Audreay Tatou, como su sufrida y fuerte esposa Simone, y Pierre Niney como Philippe, su hijo mayor. Dos horas de película en las que, además del magnífico elenco, el gran protagonismo lo tiene la naturaleza marina: la profundidad del océano, las criaturas que lo habitan y los peligros que encierra.
Ese es quizás el tema de esta delicia audiovisual, cómo la relación con el mar afectó, y cambió, a la vida del célebre marinero del gorro rojo. Salle expone magistralmente, mediante hitos en la biografía del marino, la evolución de la personalidad de Cousteau a medida que estrechaba sus lazos con el mar. Sin olvidarse de los que le rodeaban. Viendo ‘The Odissey’ podemos entender el personaje de Simone, la mujer del marino interpretada por una magnífica Audrey Tatou.
«Simone simboliza cómo las mujeres de esa época, muchas veces, se realizaban a través de sus maridos. En la película se aprecia que ella es la verdadera marina. Por su actitud, sus costumbres. Ella es la que nunca sale del barco y la que lo considera realmente su casa» comenta el director refiriéndose al personaje de Tatou.
Pero Simone no sería nada sin Cousteau. A pesar de las continuas infidelidades de él, se siguen amando. Una situación en la que, claramente, ella es la más perjudicada. La magnífica interpretación de Wilson lo convierten en un Cousteau más que creíble. Una espléndida caracterización hace que durante la segunda mitad de la película haya determinados momentos que parece estar viendo al mismo Cousteau. Digno de mención es, aproximadamente en el ecuador del filme, la primera escena del icónico gorro rojo.
Como explica Salle, al documentarse para la película se encontró con dos opiniones acerca de Cousteau: “Había dos grupos de personas, los que pensaban que era un semidios y los que directamente lo consideraban un cerdo”. Para elaborar esta película, el equipo hablo con los trabajadores de Cousteau y todos coincidían en “el poder de seducción” del francés. Un poder de seducción que entraba en colisión con una “debilidad en los conflictos derivados de las relaciones humanas” que se plasman en la película aportando una panorámica muy completa y profunda de Cousteau.
Salle ha comentado, en la rueda de prensa posterior a la proyección de la película, las dificultades a las que se han enfrentado en el rodaje de ‘The Odissey’: “Rodar en el mar con mala visibilidad es como rodar en la superficie con niebla. Además, Cousteau grabó sus películas en unos ecosistemas que hoy en día ya no existen, es por eso que en lo que respecta a la fauna del mediterráneo tuvimos que dejar a un lado nuestra máxima de ser fieles a la naturaleza y tuvimos que incluir elementos desde el ordenador”.
Pierre Niney, que encarna al hijo difunto de Cousteau, ha aclarado que la impresionante escena que protagoniza junto a una ballena, por desgracia, no es real. Niney explica que una escena asi hubiera necesitado de años para conseguirla, es por ello que es una de las pocas escenas realizadas con efectos especiales virtuales. Por otro lado, ha defendido el aspecto natural de la película: “Fue realmente alucinante rodar entre tiburones en sudáfrica o tener a los leones marinos tan cerca. Se puede decir que después de esta película somos buceadores profesinales”, comenta entre risas el actor francés.
La película se sitúa a medio camino entre el documental de naturaleza y el biopic, mostrando al Cousteau que, tras el éxito inicial arrollador de sus películas, se dejó llevar por la fama y el dinero sin importarle la preservación de eso que tanto amaba: el mar. Algo que cambió cuando su hijo mayor, Philippe, se hizo mayor y le plantó cara a su padre en este tema. Un conflicto cuyo detonante son dos leones marinos que Cousteau subió al Calypso, la embarcación con la que se hizo famoso. Una película que se convierte en una delicia para la vista y para el oído, que hará las delicias de los amantes de las biografías y de los documentales de naturaleza.
Puedes ver el tráiler de la película aquí.