Carolina Góngora, propietaria del Cine Paz: «Cada día cerrados nos cuesta más de 1.000 euros»

El optimismo con el que Carolina Góngora habla de la reapertura del cine que regenta su familia en Madrid es altamente contagioso. En pocos minutos transmite confianza plena en una vuelta a la gran pantalla sin miedos y sin recelos. El coronavirus ha traído consigo una serie de consecuencias muy negativas que no parecen asustar a Carolina por muchos problemas que les haya ocasionado en el Cine Paz. Al revés, da la sensación de que suponen un reto del que podrán salir reforzados. Esa tranquilidad quizás sea innata en ella o quizás se deba a los buenos meses que disfrutó su cine antes de que el virus apagara los proyectores: «Gracias a Dios que tuvimos ‘Parásitos’ y sus cuatro meses de taquilla antes de todo esto». Sea como sea, su visión del futuro de las salas de cine supone un acercamiento en primera persona a los problemas que ha tenido, y tiene que enfrentar, uno de los grandes pilares del sector del entretenimiento.

Según el plan de desescalada presentado por el Gobierno de Pedro Sánchez, los cines podían abrir junto con los bares pero ninguno lo ha hecho. El público necesita tiempo para mentalizarse y la taquilla necesita un público con el ánimo desconfinado y la mente libre de coronavirus para ser rentable. La familia Góngora es propietaria del Cine Paz de Madrid desde que su abuelo lo comprara en los años 70. Carolina, la hermana pequeña de la tercera generación y a cargo del cine junto a uno de sus hermanos, nos cuenta cómo han vivido el estado de alarma un mes antes de la fecha prevista de reapertura: el próximo 26 de junio.

Pregunta.- ¿Cómo llegó la noticia de la declaración del estado de alarma al Cine Paz? ¿Qué fue lo primero que pensaste como empresaria?

Respuesta.- Nuestra visión del estado de alarma ha ido cambiando a medida que se ha ido ampliando. Al principio fue susto y sorpresa, y ha ido a mayor preocupación según se iba ampliando. Con este estado de alarma es la primera vez que todos los cines de España han cerrado de manera sistemática. Ni durante la Guerra Civil se cerraron todos los cines. Lo primero que pensamos fue que se iban a acumular los estrenos. ¿Qué va a ocurrir con las películas programadas? ¿Qué va a ocurrir con la cartelería? Y a medida que el estado de alarma se ampliaba nuestra visión era, cada vez, más preocupante.

P.- ¿Qué consecuencias ha tenido el estado de alarma en la empresa? 

R.- Hemos tenido que hacer un ERTE a todos los trabajadores de la empresa, que somos 13. Además, hemos tenido que asumir muchos costes fijos como el de mantenimiento de la maquinaria, el de suministro de luz, el de internet. En total suman más de 1.000 euros diarios que hemos tenido que asumir nosotros sin ningún ingreso. A esto se suma la cancelación de más de 50 eventos como pases de prensa o preestrenos que teníamos ya cerrados estos meses. También hemos tenido que cancelar todos los eventos alternativos que nosotros organizamos  y que conforman una grandísima pata de nuestra actividad semanal. De estos eventos, hemos tenido que devolver ya más de 1.200 entradas y vamos a tener que seguir devolviendo más en taquilla. Y por último, ese parón en la mente y en la rutina de las personas que es lo que más estamos trabajando por superar. Queremos que todo el mundo quiera volver al cine como un lugar seguro de disfrute.

P.- Esos 1.000 euros de costes diarios que habéis tenido que afrontar, ¿salen de beneficios o habéis tenido que pedir ayudas económicas?

R.- Afortunadamente veníamos de una época muy buena. Esto ha llegado justo en un momento de recuperación de taquilla durante los últimos años, pero sobre todo en los últimos meses. Una gran cartelera nos ayudó hacer un colchón que nos ha permitido, y nos sigue permitiendo, no tener que pedir ayudas ni créditos de momento y poder asumir esos costes directamente nosotros. Gracias a Dios que tuvimos ‘Parásitos’ cuatro meses en taquilla. Fuimos el primer cine de Madrid en estrenarla y el resto se sumaron al ver el éxito. Pero esto es nuestro caso en concreto.

P.- ¿Crees que estos meses de confinamiento y el coronavirus han cambiado al público? ¿Va a volver la gente al cine?

R.- El Cine Paz si por algo se caracteriza es por contar con una clientela muy fiel. Y todos los estudios indican que ese cliente es el primero que va a volver a las salas de cine. El que quiere disfrutar del cine otra vez, el que quiere salir de su casa y sobre todo quiere volver a entretenerse con el buen cine en compañía. Nosotros somos muy optimistas, pero porque tenemos razones para serlo. Aun así sabemos que abrimos en un periodo de verano difícil, pero tenemos mucha esperanza en todas esas personas cinéfilas hasta la médula, asiduos a las butacas del Cine Paz y que llevan ya 100 días sin ir al cine.

P.- ¿Por qué los cines no han abierto según el plan de desescalada del Gobierno?

R.- La industria del cine va muy unida y aun más en estos meses. Un cine no puede abrir sus puertas sólo. Necesitamos contenido y necesitamos películas, y además necesitamos que sean películas con fuerza. También hace falta mucha comunicación, publicidad y una buena programación. Esto, unido a lo que te he dicho antes de la mentalidad del público, ha hecho que prefiramos esperar a contar con toda la seguridad en el mayor número de aspectos posibles. Por eso hemos preferido esperar al 26 de junio, fecha en la que, previsiblemente, abriremos nuestras puertas de nuevo. A día de hoy, no tenemos la certeza de que la gente esté tan mentalizada como para poder ir a cualquier sitio. Actuamos con cautela y preferimos ir sobre seguro, por eso abrimos con más ganas que miedo.

P.- ¿Cuáles van a ser los estrenos que protagonicen la reapertura del Cine Paz?

R.- Todavía no puedo adelantar qué películas, pero apostamos por el 26 de junio precisamente porque sabemos que hay unas diez distribuidoras interesadas en lanzar sus estrenos esa fecha. Además, aunque nosotros estemos comprometidos con el cine independiente, ya se empieza a hablar de que las distribuidoras ‘major’, los gigantes del cine, apuestan por julio para los grandes estrenos mundiales que se quedaron en el aire con la llegada de la pandemia.

P.- ¿El coronavirus va a tener consecuencias en la actitud de consumo del público a largo plazo? 

R.- Esperemos que todo esto, y sus consecuencias, se arrastre poco tiempo. Vamos a abrir un mes después de la primera fase de liberación o de desconfinamiento del publico. Ese día es cuando España, esperemos, estará completamente activada, fuera de toda fase de desescalada. Con lo cual, ya estaremos con una mentalidad del público mucho más abierta y normalizada. Lógicamente habrá un periodo de transición en el mes de julio. Pero a medidas que pasen los días y vaya normalizándose todo, el público verá que puede volver al cine de una forma cómodamente segura y volver a disfrutar de él. Iremos recomponiéndonos. Como podéis ver, tenemos el local patas arriba porque estamos trabajando en todas las medidas de distanciamiento, higiene y limpieza posibles. No solo de cara a la reapertura, si no de cara a mantenerlas en el tiempo de una forma segura para que el público venga convencido de que el cine es un lugar seguro para disfrutar de una película en compañía.

P.- ¿Cómo han vivido la crisis del coronavirus otros compañeros de profesión? 

R.- En el sector hay mucha preocupación pero también hay mucho optimismo. Y sobre todo, hay una sensación de unidad entre distribuidores, exhibidores y productores. Todos estamos dispuestos a poner de nuestra parte, a cambiar nuestra mentalidad de trabajo y a que sea una reapertura armonizada entre todos. Hay optimismo porque creemos de verdad que la gente necesita salir. El público cinéfilo ha consumido, a lo mejor, mucho cine y mucha serie en casa pero de una forma limitada en espacio y en contenidos. Y creemos que el cine va a ser una potente fuente de evasión que todo el mundo necesita.